El artista mexicano Jorge Marín da "alas" a Berlín

Artes
/ 11 octubre 2013

La escultura de bronce "Alas de México" se enmarca dentro del proyecto "Ocho ciudades, ocho culturas".

Berlín, Alemania.- Los berlineses y todo el que se pase estos días por la capital alemana podrán interactuar a partir de hoy con las "Alas de México". Fotografiarse como un ángel, colgarse de ellas o incluso hacer acrobacias. Todo esta permitido. Esa es la esencia de la obra del artista mexicano Jorge Marín: "Siempre he pensado que es una obra lúdica".

La escultura de bronce "Alas de México" se enmarca dentro del proyecto "Ocho ciudades, ocho culturas", que consiste en ocho copias de la obra repatidas estratégicamente en ocho puntos del mundo. Ciudad de México, Tel Aviv (Israel) y ahora Berlín.

"Son ciudades con una representación importante a nivel social, cultural e histórica. El concepto es compartir las 'Alas de México' con el resto del mundo", explica a dpa el artista originario de Uruapan (Michoacán).

"No fue inicialmente concebido así, pero lo armamos a raíz del fenómeno que supuso poner esta escultura en Ciudad de México y la reacción del público que de inmediato se apropió de la obra", indica.

Marín nunca se imaginó que fueran a tener ese impacto sus grandes alas de bronce (450 x 330 x 259 cm). "Fue un fenómeno bien importante porque desde el primer momento cuando las instalamos el primero que se tomó la fotografía fue el señor de la grúa que me pidió permiso para tomarse una foto", recuerda. Fue en ese momento cuando se dio cuenta de la atracción que despertaría entre los viandantes.

Cientos de miles de personas se han visto atraídos por la escultura. "Les gusta interactuar con ella". Hasta el punto de acabar convirtiéndose en "un nuevo símbolo para México".

"Es un símbolo muy contemporáneo que hacía falta en México. Creo que después del último símbolo del 'Angel de la independencia' hacía falta algo para el ciudadano del siglo XXI y yo creo que en ese sentido la gente se identificó muy fácilmente con la obra".

La gran acogida de los mexicanos llevó al multifacético artista a querer compartir su obra en otros puntos del mundo. Tanto con Tel Aviv como con Berlín "todo fue muy rápido desde el principio".

Lo más interesante para Marín es ver cómo interactúa la gente en las diferentes partes del mundo, algo que se puede contemplar en su web www.alasdelaciudad.com donde la gente puede subir sus fotos.

"Los alemanes no interactúan de la misma manera que los mexicanos. Es incluso más divertido aquí porque la gente es muy atrevida para interactuar", comenta risueño por la acogida berlinesa.

"Unas mujeres de mediana edad se subieron sobre las alas e hicieron una especie de acrobacias. Fue muy divertido verlo. Son actitudes de juego absoluto. Yo siempre he pensado que es lúdico y que permite la interacción lúdica, pero no hasta ese punto", explica alegre. "Tomé fotos porque es sorprendente".

"Pensaba que el mexicano sería mucho más bromista en el juego, pero no. El mexicano se pone muy conservador para la foto", reflexiona sobre las dos maneras de interactuar.

"Eso es parte del atractivo de cada pieza que hice para cada país. El tema de cómo lo usa la gente, cómo interactúa. Incluso cómo cada par de alas va a reaccionar distinto dependiendo del medioambiente. El bronce reacciona al medioambiente y se va coloreando con el tiempo. Cada par de alas va a tener un poco de cada ciudad", afirma.

La presentación de su escultura, ubicada de manera permanente en uno de los laterales de la embajada de México en Berlín, tendrá lugar hoy con una recepción en la embajada dentro de los actos conmemorativos de los veinte años de hermanamiento entre Ciudad de México y Berlín.

Sin embargo, para Marín, es aún "infinito" el camino por recorrer en el intercambio cultural entre los dos países. "Creo que tenemos muchísimo que aprender ambas culturas la una de la otra".

"Berlín es sin duda una ventana al mundo como expresión cultural y social. Mientras, México es un resumen de todo un mundo latinoamericano culturalmente hablando y ahora muy cosmopolita", indica.

El artista, residente en Ciudad de México, cree que gracias al actual gobierno "muy progresista" de la ciudad se ha conseguido una apertura social que permite la acogida de formas de pensar muy diversas.

"Ahora es más fácil abrirse camino en Ciudad de México como artista, como minoría, como forma de pensar diferente, como forma de actuar diferente", asegura.

Marín cree también que es importante que los artistas residan un tiempo en el extranjero en ciudades como la capital alemana. "En Berlín tienes la confluencia de la vanguardia, lo contemporáneo y lo clásico. Berlín es muy privilegiada en ese sentido. Creo que son pocas las ciudades que lo reúnen", señala.

Junto con la capital alemana se barajó Madrid, al igual que Bruselas. "Madrid también aúna las vanguardias culturales. Como artista hay que estar en Madrid para enterarte lo que se hace en el mundo a nivel contemporáneo, pero es un poco la suerte de las negociaciones. Aquí (Berlín) coincidieron muchas cosas", explica sobre la decisión de donar sus alas a Berlín. "Emocionalmente hubiera sido España. Somos parte de esa cultura los mexicanos", agrega.

Tras Berlín, Marín continuará su viaje para extender su obra por el resto del mundo. "Ahora estamos precisando los trabajos para Shanghai en representación de Oriente. También está Rio de Janeiro como otra posibilidad y Los Angeles (California)", adelanta.

Por Almudena de Cabo/DPA



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