"El léxico de América está en mantillas": José Manuel Blecua

Artes
/ 29 septiembre 2015

En la ciudad de Panamá y bajo el lema "El español en el libro: del Atlántico al Mar del Sur" se dan cita dos mundos con una lengua común llena de divergencias.

Panamá, Panamá.- La Real Academia de la Lengua Española (RAE) lleva tres siglos cuidando el idioma, 300 años en los que su trabajo arroja 22 ediciones de su Diccionario, 37 de su Gramática, ortografías, diccionarios escolares y de dudas. Pero aún quedan retos por delante. "En el léxico, muchos", asegura tajante su director, José Manuel Blecua.

"El léxico de América está en muchos aspectos en mantillas", dice el filólogo y catedrático español (Zaragoza, 1939) en entrevista con la agencia dpa en Ciudad de Panamá, donde hasta el miércoles se celebra el VI Congreso Internacional de la Lengua Española y donde la RAE recibe un esperado homenaje por su 300 cumpleaños.

"La distribución territorial y social de los elementos es una parte que en el futuro habrá que hacer con más cuidado. Pero eso exige muchísimo dinero y sistematización. No es nada fácil", dice.

Lo que a él más le gustaría que abordara la RAE, sin embargo, es algo de "una complejidad tan extraordinaria" que a lo mejor, concede, no se hace nunca: un diccionaro para leer a los clásicos.

En la ciudad de Panamá y bajo el lema "El español en el libro: del Atlántico al Mar del Sur" se dan cita dos mundos con una lengua común llena de divergencias. Y resulta inevitable preguntar por la actitud impositiva de un español minoritario, el de España, que desde América Latina se achacó tantas veces a la RAE.

"En unos aspectos tiene razón. En otros, son tópicos, una leyenda piadosa que se va conservando", dice Blecua, que junto a su antecesor Víctor García de la Concha, ahora director del Instituto Cervantes, es responsable de la política panhispánica de la RAE, un cambio en la institución que básicamente supone tener en cuenta a las Academias del otro lado del Atlántico para fijar la norma.

Alerta en varios momentos de la entrevista de las "creencias populares" que existen sobre la lengua y de que no se corresponden con la realidad. "Los hablantes tienen unas creencias muy firmes que no suelen ser verdad. Pero es muy difícil quitar determinadas cosas de la cabeza", señala.

Hombre socarrón que contesta devolviendo el balón cuando algo le parece que puede ser polémico, admite que en su casa hay "cuatro o cinco" libros electrónicos, que él llama "máquinas de leer". El libro electrónico no es bueno ni malo, asegura Blecua. "Es una realidad". Y en cualquier caso "tiene un futuro espléndido", aunque en su casa sean su mujer y sus hijas las que lo usan y no él.

Fruto del avance tecnológico es también la implantación de términos como "tuitear" o "tuit", que la RAE recoge en la 23 edición de su Diccionario, la que saldrá justo dentro de un año. Blecua rechaza que las redes sociales estén dañando la lengua. Ni con esas abreviaturas que proliferan para poder encajar una idea en pocos caracteres y que "han existido siempre", al margen del soporte.

En un momento en el que se habla mucho del español de Estados Unidos -el Instituto Cervantes estima que en 2050 podría convertirse en el país con mayor número de hispanohablantes- Blecua rechaza que se pueda utilizar ese término de forma general.

"Estamos hablando de realidades lingüísticas muy distintas. No es lo mismo California que Nueva York, Chicago que Lousiana. No hay un español de Estados Unidos, hay variedades. Louisiana por ejemplo es canario, Chicago es mexicano, Florida es el Caribe".

Volviendo a España, donde se asienta la institución que él dirige desde 2010: ¿se escribe y se habla bien allí? "Como en todos los sitios, como en México, como en Colombia...".

Viejo debate entre los dos lados del Atlántico, pero también entre las propias regiones españolas: ¿español o castellano? "Las dos cosas", responde. "En este momento son casi sinónimos. En el fondo, es un problema de perspectiva. Cada uno ve el objeto lingüístico de una manera".

¿Contempla Blecua seguir al frente de la RAE un segundo mandato? "Tengo que hablar yo conmigo mismo de un nuevo mandato, aparte que pueden no votarme los académicos. En las votaciones no hay candidatos", cualquiera menor de 78 años puede ser elegido, dice evitando contestar a si aspirará el año que viene a seguir al frente.

Por Sara Barderas/DPA



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