Bill Viola, pionero del videoarte, llegará a Monterrey en exposición

Desde los 70’s el artista neoyorquino Bill Viola ha explorado la condición humana a través de la tecnología, especialmente desde el video. En una época donde las imágenes en movimiento apenas comenzaban a ser universales su propuesta fue revolucionaria y ahora que están en nuestro día a día se mantienen vigentes y potentes.

Con la exposición “Bill Viola. Tiempo Suspendido” el Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey (MARCO) trae al norte de México una selección de su trabajo, con 15 piezas que nos permitirán conocer de primera mano sus procesos, inquietudes y evolución.

La muestra se realiza con la curaduría de Kira Perov, directora ejecutiva de Bill Viola Studio, así como la colaboración del Museo Ex Teresa Arte Actual —su primera sede—, bajo la dirección de Francisco Rivas y en compañía de Taiyana Pimentel, directora de MARCO, este jueves se llevó a cabo una rueda de prensa para compartir los pormenores de la exhibición.

“Si bien esta muestra no reúne trabajos tempranos del artista, vamos a tener una que otra obra relativa a los años 70 y 80 [...] Y vamos a ver a un creador que está cuestionando casi todos los ordenes éticos de la existencia. Llámense fe, construcciones culturales, desde luego problemas de representación”, explicó Pimentel.

Por su parte, Rivas destacó la influencia que ha tenido en las generaciones que le sucedieron, sobre todo al incorporar las nueva tecnologías en su trabajo y ampliar el panorama sobre lo que el video como soporte expresivo puede otorgar.

“Tal vez hoy para nosotros hablar de video y de lenguajes expresivos en video nos sea una cosa muy común, porque el video satura nuestra experiencia cotidiana. Vivimos rodeados por pantallas, por teléfonos celulares por pantallas, recibimos un constante bombardeo de imágenes en movimiento que configuran el paisaje de la cultura contemporánea”, dijo.

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“Sin embargo, por eso podemos perder de vista que no siempre el video fue una expresión de nuestras emociones y sueños. Durante cientos de años la humanidad utilizó la pintura como el lienzo, literalmente, para plasmar estas realidades. Hubo otros soportes como la escritura, pero propiamente en la plástica así fue. Y hasta el siglo 20 la humanidad descubre esta tecnología, y es ahí donde la exploración de Bill Viola se vuelve trascendental”, continuó.

La muestra, que abrirá al público el próximo 18 de noviembre, presentará piezas como “Incrementation” (1996), “The reflecting pool” (1977.1979), “The quintet of the astonished” (2000) y “Fire woman” (2005).

“Hablar de la obra de Bill Viola es fascinante pero también complejo. Porque no solo es un artista plástico muy competente, con una expresividad verdaderamente maravillosa para quienes nos gusta su trabajo, sino que también estamos hablando de un filósofo, estamos hablando de un pensador en el más amplio término de la palabra, que reflexiona plásticamente sobre los grandes problemas de la existencia humana, como lo efímero de la existencia, como la idea de permanecer, de cómo permanecemos, trascendemos en esta fugaz vida; la idea de nuestro cuerpo como superficie en la que se expresan todas nuestras emociones y cómo el cuerpo es también una pantalla y la podemos llamar así, una imagen, somos un signo de lo que sentimos y pensamos”, señaló Rivas.