¿Continúa la lucha entre el arte y la tecnología? Desde un David digital hasta una novela premiada hecha con IAG

En las últimas semanas ha continuado el debate sobre la presencia de las nuevas tecnologías, particularmente la inteligencia artificial generativa, en la industria del arte y el entretenimiento

Artes
/ 9 febrero 2024
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En el verano del 2022 la Competición Anual de Arte de la Feria Estatal de Colorado tomó una decisión desde cierta ignorancia que cambió para siempre el mundo del arte: Le otorgó el primer lugar a una ilustración digital hecha con inteligencia artificial generativa (IAG).

La existencia de estas tecnologías no era nueva, pero justo coincidió con —y estimuló— la popularidad de herramientas como MidJourney —con la que fue creada la pieza ganadora “Théâtre D’opéra Spatial” de Jason M. Allen— y Dall-E 2. Sin embargo, la posibilidad de que un trabajo con estas características fuera reconocido de esta manera, entusiasmó a quienes ya estaban fascinados por estas tecnologías y preocupó al mundo del arte y el entretenimiento en general.

Desde entonces han existido incontables debates en internet, artículos publicados y hasta huelgas enteras dedicadas a hacer ver los riesgos de la implementación no regulada de la inteligencia artificial en las industrias creativas. Ni siquiera los NFT’s llegaron a generar tal movimiento de rechazo por parte de creadores, pero esto todavía no acaba.

Infiltrada en todas las artes

Aunque son los artistas visuales, particularmente los ilustradores digitales —que crean imágenes figurativas, además—, así como escultores 3D, diseñadores gráficos y animadores los que están amenazados por el uso de la IAG a niveles industriales, como el caso de las desarrolladoras de videojuegos, o con lo más recurrente que son empresas pequeñas o medianas que fabrican imágenes y logos, también la literatura se está viendo afectada.

De forma similar a como sucedió con la Feria Estatal de Colorado, el Premio Akutagawa de Japón seleccionó como ganador al libro “Tokyo-to Dojo-to” (“La torre de la piedad de Tokio”) de la escritora Rie Kudan, quien aseguró en un primer momento que el manuscrito contaba con un 5% de de contenido hecho con IAG.

No obstante, esta semana se aclaró un poco la situación, pues la autora explicó que en el libro se utiliza como las respuestas de AI-Built, una inteligencia artificial inspirada en ChatGPT de Open-AI, segmento de la historia que “apenas ocupa una página del libro”.

“Cogí partes (de la IA), pero hice las modificaciones necesarias para no entorpecer el acontecer del texto”, dijo Kudan, quien además lamentó exagerar la información previa. No obstante, al igual que sucedió en Colorado, el concurso japonés también modificará sus reglas en el futuro para prohibir la inclusión íntegra, sin adiciones o revisiones previas, de contenido escrito por IAG.

“Si bien todavía no podemos crear historias superiores simplemente usando texto generado por IA, deberíamos discutir si llegará a reemplazar la creatividad de los escritores”, comentó a medios el crítico literario Akira Okawada. Kudan remarcó: “Incluso si la IA imitara a los humanos y escribiera textos superiores, todavía querría escribir yo misma”.

No es una lucha contra la tecnología

Aunque el siguiente proyecto inició en 2023, esta semana volvió a resonar gracias a que ya se dio más información sobre la Bienal de Escultura del Chaco en Argentina, donde debutará: Se trata de una réplica digital del “David” de Miguel Ángel Buonarrotti, creada por las artistas digitales Gisela Kraisman y Denise Di Federico.

El diseño se dará a conocer el próximo 6 de marzo, Día Internacional del Escultor, en el marco de la conmemoración del natalicio del artista renacentista. Este fue realizado a partir de un escaneo de la pieza original en Florencia y está siendo reconocido como un importante avance en la preservación histórica.

Tras su presentación, la obra pasará a ocupar un lugar en el parque escultórico de Resistencia, donde se exponen permanentemente las estatuas ganadoras de los premios otorgados en las distintas ediciones de la Bienal.

Este proyecto da cuenta de que la lucha contra la inteligencia artificial generativa no se trata de una tecnofobia, sino de una preocupación por las implicaciones éticas de una tecnología que necesita de arte real para entrenarse, al tiempo que busca reemplazar a los creadores que la alimentan.

Con información de EFE.

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