‘Crónicas locas’: Geroca sigue la fiesta, de un bar gay hasta el panteón
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El monero inaugurará su exposición anual en el Cerdo de Babel este miércoles 1 de diciembre en punto de las 21:00 horas
El ojo de Geroca sigue vigilante. Con pandemia o no, este “Bosco mexicano” continúa plasmando sobre el realidades cotidianas del noreste urbano del país, con una paleta vibrante y un humor ácido, que se refleja ahora en su más reciente exposición “Crónicas locas”.
La serie anual, que se inaugura este miércoles 1 de diciembre en la Taberna El Cerdo de Babel cuenta con 85 cuadros, ahora con dos protagonistas de gran formato, a través de los cuales comparte su perspectiva sobre los vaivenes del día a día en Saltillo, Monterrey y otras ciudades de la región, así como una crítica puntual, pero humorística, sobre algunas de las situaciones que considera problemáticas en estos entornos.
Y es que, sin algunas de las restricciones que lo aislaron y le impidieron viajar durante 2020, Geroca pudo este año, una vez más, recorrer sus hoteles de paso y bares y cantinas favoritos en los que, como siempre, encontró más material para sus obras, tanto desde el lugar mismo, como desde los acontecimientos que presenció o le contaron sobre ellos.
Así, desde la calle o desde la barra, los personajes de este artista, entre hombres y mujeres desnudos, automovilistas inconscientes, perros, gatos, payasos y avatares del autor, quien cada vez genera más expectativa con su trabajo ahora presenta una línea de trabajos en los que permanece la familiaridad de su estilo y postura, pero con la misma frescura de siempre.
Geroca el crítico
“En los últimos años ha protestado a través de su obra por la falta de respeto hacia el peatón”, comentó en entrevista Sergio Castillo, socio del bar que albergará durante dos meses la obra del pintor, “él es un peatón y sí hay una manifestación, una crítica hacia el conductor, una crítica al uso de las vías rápidas, a los accidentes automovilísticos; hay varios cuadros que plasman accidentes vehiculares. Son cuadros duros”.
“Hay también críticas a la destrucción del Centro Histórico. Hay una pieza donde plasma la destrucción de la Sociedad Manuel Acuña; habla también de un tema gay. De hecho es uno de los cuadros principales”.
La destrucción del patrimonio arquitectónico es recurrente en la obra de Gerardo Rodríguez Canales, y no es la excepción en esta ocasión, aunque con ejemplos como el del centro de convenciones que perdimos durante la pandemia, si impacto en el público general será mucho más profundo.
“También hay una crítica a las formas de alimentación. Geroca es vegetariano, casi vegano, entonces también aborda estos temas de los usos y costumbres en cuanto a la alimentación en las ciudades”, señaló.
Pluma, pluma... y al panteón
Una de las dos piezas de gran formato, tradicionales ya en sus exposiciones, es la que dedicó al Bar Jardín, sitio regiomontano de encuentro de personas LGBT, y de la cual, como explicó Castillo, se desprenden otros cuadros también con escenas de temática LGBT.
La obra rebosa de microescenas, donde cada uno de los personajes de la imagen cuenta su propia historia, tanto en particular como en relación con otros de los presentes, y entre el color y el movimiento invita a unirse a tremenda fiesta.
La otra pintura se llama “Funerales de un monero”, y aquí la Catedral de Saltillo, uno de los motivos más importantes de su trabajo, vuelve a tomar preponderancia. Ahora, sin embargo, lo hace para dar el último adiós al artista, quien sale del santuario en un ataúd, con una corte de gatos —animal con el que suele relacionarse a sí mismo—, así como un payaso que encabeza el sepelio y es, en pocas palabras, “el que se lo está cargando”.
“El año pasado si traía cierta carga de frustración, porque además le parecía absurdo que por ser una persona de la tercera edad le negaran el paso en varios lugares”, agregó Castillo sobre la exposición, “también se ha lamentado el cierre y derrumbe de varias cantinas que él visitaba en los 90’s en Monterrey, en los alrededores de la calle de Colón, y que muchos de estos cierres han tenido que ver con la pandemia”.
La obra estará a la venta a partir de la inauguración, y no habrá listas de espera. Serán vendidas a quien tenga el dinero en mano o pueda separar la pieza con al menos el 50 por ciento de su valor, concluyó Castillo.