Escritores pierden una demanda contra OpenAI en Estados Unidos
Los demandantes no lograron demostrar similitudes entre la producción de la inteligencia artificial generativa y sus escritos
La actriz Sarah Silverman y un grupo de autores vieron desestimada una querella por infracción de derechos de autor que entablaron contra la firma OpenAI, informó este martes el medio especializado The Hollywood Reporter.
Los demandantes, que además de Silverman incluye a autores como Christopher Golden y Ta-Nehisi Coates, no lograron demostrar similitud entre la producción hecha por ChatGPT, la herramienta a base de inteligencia artificial de OpenAI, y los libros escritos por los querellantes, según una moción de la jueza federal Araceli Martínez-Olguín.
La magistrada señaló que los denunciantes tienen hasta el próximo 13 de marzo para poder presentar evidencia que demuestre una “similitud sustancial entre los resultados y los materiales protegidos por los derechos de autor”, según el escrito ingresado en la corte el lunes.
Silverman y los otros autores dejaron entrever en su demanda que no requieren alegar una “similitud sustancial”, en vista de que cuentan con evidencia de una “copia directa” de libros con derechos de autor para entrenar a los modelos de lenguaje de la tecnología de inteligencia artificial.
La decisión de la jueza va en la misma línea de recientes decisiones judiciales en tribunales estadounidenses, en los cuales se han desestimado las reclamaciones de autores que demandaron a empresas de inteligencia artificial por no pedirles autorización para usar sus creaciones a la hora de entrenar a sus herramientas.
TE PUEDE INTERESAR: Del cuerpo y del hogar: Inauguran Daniela Elidett y Rafael Ortega exposiciones en Saltillo
No solo autores como George R.R. Martin y John Grisham se han querellado contra OpenAI, a la que acusaron de “robo sistemático a gran escala” y pedían una compensación económica, sino incluso el diario The New York Times demandó el año pasado a dicha firma y a Microsoft.
El rotativo alegó miles de millones de dólares en daños como resultado de uso ilegal de millones de artículos protegidos por derechos de autor para entrenar los modelos generativos de IA de las compañías.