Gustavo Moller continúa rompiendo esquemas y se adentra en el uso de la IA en nueva exposición en Saltillo

Para Gustavo Moller la creación artística está llena de potencial y encasillarse en una sola forma de hacer las cosas no es opción para él. Por eso a lo largo de 30 años de trayectoria ha explorado desde las técnicas más tradicionales hasta los avances tecnológicos del momento, en busca de nuevas maneras de hacer realidad sus ideas.

En la exposición “De la tinta al pixel” que se inauguró el miércoles 12 de marzo en la Taberna el Cerdo de Babel, el artista coahuilense da cuenta de su camino por el arte y los diferentes pasos que ha tomado a lo largo de este tiempo.

La serie está integrada por paisajes de Saltillo, retratos y estudios anatómicos y de composición, entre otros temas, con ejemplos de la variedad de técnicas que Moller maneja, incluidas las digitales.

“Presento también el tema de los petróglifos, principalmente de Ramos Arizpe, pero igual están los de Narihua, en General Cepeda. Son piezas muy novedosas que muy pocas personas han visto”, compartió el artista en entrevista con VANGUARDIA.

“Son obras digitales impresas en tela, dibujo también, que los hice en pandemia y voy a presentar un área de miniprints, que trabajé mucho en 2004, porque gané el Premio de Miniprint Internacional de Cadaqués”, agregó.

Grabados con técnicas experimentales como la colografía, y más convencionales, como la punta seca: “Tengo unos grabados de la torre de Catedral, muy interesantes, que hice casi al inicio de mi trayectoria”, destacó.

El artista, que inició su carrera en 1995 en los talleres de gráfica del Instituto Coahuilense de Cultura, permitirá al público encontrarse con la vastedad de su práctica y cómo han ido evolucionando sus intereses con los años.

“Soy creador, incluso me metí en una época en la escultura, vacié muchas piezas en bronce, es otra temática que no está presente en la exposición, pero también busqué arte por allá. Yo necesito crear cosas, por eso ahora ando con la inteligencia artificial”, mencionó.

Justo es gracias al grueso de su trabajo que ha podido trabajar con los modelos de inteligencia artificial, pues los entrena a partir de su trabajo y así los resultados son mucho más cercanos a lo que busca.

“Una de las obras tiene a un toro y su torero con el cuerpo lleno de conchas o verás caras de indígenas mayas con moluscos, rayas, peces [...] Para llegar a eso le di información de lo que quiero, cómo lo quiero [...] Y como yo he indagado durante 15 años en nuevas texturas digitales se vuelve loca la inteligencia artificial, por todo lo que le doy de información. Ya inclusive tiene mi firma, yo llamo así, porque hay un escurrido en tintas en los personajes, un patrón que le di en alguna ocasión y ya lo toma como mi sello”, mencionó.

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La exposición “De la tinta al pixel” de Gustavo Moller estará en el Cerdo de Babel hasta la primera semana de abril.