Impacta el descubrimiento de antiguas viviendas en la zona arqueológica de Kabah, cerca de la ruta del Tren Maya
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Nuevamente las excavaciones relacionadas al proyecto del Tren Maya derivaron en un hallazgo que el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) se ha dado la tarea de preservar
La construcción del Tren Maya se ha caracterizado por ser una de las más ambiciosas de los últimos años, sin embargo, este proyecto que ha sido tan criticado también ha dado la oportunidad al INAH de preservar los diferentes vestigios arqueológicos de la zona de Kabah.
Fue en este lugar que recientemente se descubrió el “Palacio Petenero”, una construcción cuadrangular de aproximadamente 26 metros que contiene ocho pilastras y nueve vanos en su fachada, según informa Diego Prieto Hernández (director del INAH). Además, agrega que se encontraron alrededor de 24 mil fragmentos de vasijas que no tienen una fecha específica, pero que actualmente se encuentran en investigación debido a los jeroglíficos que presentan.
Se presume que el “Palacio Petenero” podría datarse en un periodo del 250 al 500 D.C. además de que se cree que podría ser obra de una migración proveniente de la Ruta Puuc y El Petén, Guatemala. Por este motivo se supone que este palacio estuvo decorado con motivos de cuentas, plumas y aves labradas, además de un techo de hojas de palma.
Estas estructuras que pretenden convertir esta zona en un sitio turístico son sólo algunas de las más importantes, no obstante, también hay que recalcar otras que componen un verdadero tesoro arqueológico y que, desgraciadamente, han sido comprometidas por el avance del proyecto del Tren Maya.
Cerca del tramo 4 de esta construcción, se localizaron desde una canoa dentro de un cenote hasta ofrendas cerámicas, pinturas rupestres, piezas líticas y hasta un pozo de 50 metros de profundidad que contenía osamentas humanas. Por otra parte, en el tramo 3 se encontraron alrededor de 42 piezas cerámicas de las cuales destaca una vasija con jeroglíficos ceremoniales.
También se localizó en el tramo 5 una cueva a la que denominaron “El escondrijo” de la cual se supone que pudo haber servido como almacén o lugar ceremonial. Sobre ese mismo tramo también se reportó el hallazgo de metates, diversas piezas cerámicas, conchas marinas y restos óseos de animales y humanos.
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No cabe duda que la exploración de la selva también ha supuesto una vulnerabilidad para estos restos arqueológicos, misma que el arqueólogo Fernando Cortés de Brasdefer denunció mediante su texto “La tragedia cultural del siglo XXI”. Su crítica tiene dos puntos clave: la poca preparación de los trabajadores para tratar con estos vestigios y la nula vigilancia que tienen estos sitios.