‘La niña polaca’, un retrato desgarrador de las atrocidades del comunismo ruso en la II Guerra Mundial
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La escritora mexicana Mónica Rojas nos muestra n su nueva novela “La niña polaca”, un retrato perverso del comunismo ruso en la II Guerra Mundial, en contra de los polacos.
“El foco histórico está en los nazis y en la atrocidad del holocausto, sin embargo, si movemos la mirada, veremos que la intervención de Stalin para detener a Hitler tuvo un costo humano terrible del cual no se habla”, explicó la autora, originaria de Puebla.
Tomando como referencia a una familia polaca, con una niña que es la narradora, el libro cuenta la ocupación de los bolcheviques en el pueblo polaco de Komárno, cuyos habitantes están siendo deportados a los campos de trabajo forzado de Siberia por el único delito de su origen.
La novela que fue editada por Grijalbo, denuncia a partir de más de 100 testimonios que fueron recogidos por la novelista, la deshumanización de los rusos en el gulag (campo de trabajo), en donde los polacos recibieron trato de animales y fueron considerados seres inferiores, a la manera de Hitler con los judíos.
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“Es un equilibrio malvado; hay una parte en el libro que ejemplifica esto: los judíos esperaban la entrada de los rusos y los polacos la de los alemanes. Las fronteras entre lo bueno y lo malo se disipan y esto es lo sucedido a lo largo de la historia”, explicó Rojas.
![En su nueva novela, La niña polaca, Mónica Rojas hace un retrato de la maldad del comunismo ruso en la II Guerra Mundial en contra de los polacos. $!En su nueva novela, La niña polaca, Mónica Rojas hace un retrato de la maldad del comunismo ruso en la II Guerra Mundial en contra de los polacos.](http://vanguardia.com.mx/binrepository/1153x1605/1c191/1152d648/down-right/11604/TSJI/imagen-ef487d90dfe086aa890b90088e7e52650068a_1-3237376_20220926203749.jpg)
Si bien, el libro de Rojas relata una dura historia a partir de hechos reales, en él los protagonistas también se acercan al amor y a la belleza en las condiciones de mayor desesperanza.
Ania, una niña que conforma va transcurriendo el tiempo en la novela se vuelve adolescente y se aferra al recuerdo de Cezlaw, su primer amor. En en los campos de concentración de Stalin se encuentra con la anciana Olga, quien escribe poemas y platica historias optimistas cuando todo parece estar perdido.
“Quería rendir un homenaje a quienes murieron o vivieron las atrocidades en los gulag. A través de la literatura de ficción uno tiene mayores recursos para escribir acerca de lo bello, con ella pudo la vieja Olga escribir poesía”, comentó la escritora mexicana.
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Por su parte Rojas, candidata a doctora en literatura hispanoamericana por la Universidad de Zurich y activista de los derechos de la infancia, la también periodista dio descubrió la historia de la novela en una visita que hizo a León, Guanajuato, destino final de algunos de los emigrados de la guerra, que formaron en el lugar “La pequeña Polonia en México”.
“La historia vino a mí. En León conocí a las primeras personas que me contaron de su estancia en un gulag. El punto de partida fue una mujer de 92 años que sigue entre nosotros y luego recabé información en León y Varsovia. Los más de 100 testimonios fueron las piezas del rompecabezas con el que construí la novela”, expresó Rojas.
“Todo esto se sostiene en los discursos de poder y en las identidades construidas con relatos a partir de intereses. Uno quisiera creer que lo que ocurrió en otro tiempo y otros espacios no va a repercutir en países como México, tan distantes de Rusia y de la II Guerra Mundial, pero no es así. Valdría la pena replantearnos qué es el poder y hacia dónde nos conduce”, añadió la escritora.
Después de una trayecto en medio de hambruna y enfermedades, parte de los polacos arribaron a la Hacienda de Santa Rosa en Guanajuato, en donde inicias fueron por el amor de los mexicanos.
Desafiando a Josef Stalin, los mexicanos corren el riesgo y reciben a los polacos.
“Nadie se quería meter en problemas con Stalin, México alzó la mano y eso es algo que los polacos de Santa Rosa están muy agradecidos”, aseveró Rojas.
“Jan va al campo de batalla en busca de su propia identidad, sin embargo, después de mucho tiempo reconoce que ese no era el camino. Es uno de los personajes con los que más me encariñé”, concluye Rojas.
Con información de la Agencia EFE.