Memoria, autorretrato y color celebran los 10 años de La Besana con ‘Los Malos Comensales’
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La exposición de la pintora duranguense Michelle Galaviz es parte de los festejos del décimo aniversario de este centro cultural
Por diez años el Centro Cultural La Besana ha sido tierra fértil para muchas artes. El teatro es su especialidad, pero también tienen su lugar las letras, la danza, la música, incluso el cine y desde hace dos años también las artes visuales encontraron su espacio.
Ahora, en el marco de su décimo aniversario, Liquen Agencia de Arte inaugura la exposición “Los malos comensales” de la artista duranguense Michelle Galaviz, como la primera de varias actividades que se llevarán a cabo durante el mes de agosto para celebrar a este recinto.
“Su obra habla de la memoria, pero sobre todo esta memoria de lo cotidiano, de la familia, de las casas, de los objetos y de una u otra forma son ecos de este espacio. Cuando estamos en un lugar, la cocina por ejemplo, tiene una vibra particular, y las piezas de Michelle van perfectamente con el alma de la casa”, comentó la curadora Talía Barredo durante la inauguración de la muestra pictórica, que se llevó a cabo este miércoles.
La serie de 14 piezas integran también la primera muestra individual de la pintora fuera de su natal Durango, donde ha destacado como seleccionada en las bienales Ángel Zárraga, Rubén Herrera y Arte Actual, con otras cuatros exposiciones individuales más.
“El título se refiere a esa exploración de las carencias internas, de cómo el alimento es algo que nutre al cuerpo, y cómo el alimento emocional que podría ser el amor, la alegría, que nutren, pues cuando careces de ello también dejan su huella. Entonces va de eso, de los malos comensales, los que comen mal, los que carecen de eso”, agregó la artista en dicho evento.
En entrevista con VANGUARDIA, Galaviz destacó la dimensión introspectiva de la muestra, así como el proceso paulatino de su exploración pictórica, que la ha llevado de un tema a otro de manera casi natural.
“Hay mucha introspección, busco mucho en el pasado, la melancolía. Ha ido escalando, porque las primeras series fueron sobre la infancia, el retrato familiar, y me doy cuenta que mi obra va de la mano con ese crecimiento. Esta serie es más de buscar en el presente y ver la cotidianidad como un autorretrato inmediato de nuestra condición humana”, dijo.
Además de las búsquedas simbólicas, personales y emocionales, la obra de Galaviz también continúa una fuerte tradición pictórica y figurativa duranguense, que se remonta hasta el maestro Ángel Zárraga, y que actualmente es liderada por jóvenes.
“Hay una generación compuesta por muchos pintores generativos, y desde la figuración explorando la contemporaneidad. Viene una generación fuerte y viene escalando de maestros que vienen de más atrás, que rompieron con una escuela un poco más nacionalista, del muralismo que había. Hay maestros como Carlos Cárdenas y Ricardo Fernández, pero esta escuela viene desde Ángel Zárraga”, explicó.
Con referentes en el impresionismo, esta artista deposito su estilo propio en la gestualidad del trazo y la tonalidad dinámica de su paleta de colores, por lo que sus pinturas ofrecen una gran riqueza visual, que no se detiene en preciosismos, sino que su estilo particular fluye y ofrece una personalidad propia al espectador.