Slow Horses, el fracaso como disciplina británica

Artes
/ 11 noviembre 2025

Basada en las novelas de Mick Herron, la serie —disponible en Apple TV+— convierte el fracaso en una forma de resistencia

El arte de caer sin hacer ruido

En el universo de Slow Horses, los héroes no portan trajes elegantes ni relojes de oro. Son espías fracasados, relegados a un edificio gris conocido como “La ciénaga”, donde los expedientes se acumulan junto al olor del café viejo. Gary Oldman encarna a Jackson Lamb, un jefe tan brillante como repulsivo, que dirige a su equipo con una mezcla de sarcasmo, alcohol y lucidez corrosiva. A su lado, River Cartwright (Jack Lowden) representa la última chispa de idealismo en un sistema diseñado para aplastar cualquier esperanza.

El fracaso como estructura

Basada en las novelas de Mick Herron, la serie —disponible en Apple TV+— convierte el fracaso en una forma de resistencia. Cada episodio oscila entre el thriller político y la comedia cínica, recordando que el espionaje, en realidad, es un espejo burocrático de la condición humana. En Slow Horses, la incompetencia es tan peligrosa como la traición, y la redención se gana con paciencia y cinismo.

Un país que se mira al espejo

Gary Oldman ofrece una de las mejores actuaciones de su carrera: un espía que ha visto tanto que solo puede sobrevivir burlándose de todo. La serie combina el ritmo de un thriller clásico con el humor amargo de la decadencia británica. Londres aparece aquí no como capital imperial, sino como un cementerio de glorias pasadas, un país que ya no espía al enemigo, sino a su propio reflejo.

Espías, política y mediocridad

Slow Horses no es una historia de acción; es una radiografía del poder en tiempos de mediocridad. Los enemigos ya no están al otro lado del canal, sino dentro del mismo edificio: políticos oportunistas, burócratas cínicos, instituciones corroídas por el miedo. En ese sentido, la serie se parece más a The Thick of It que a James Bond: un retrato donde el absurdo y la vigilancia se confunden hasta volverse indistinguibles.

La sombra mexicana

Visto desde México, el tono de Slow Horses resuena con ironía familiar. La incompetencia institucional, la corrupción sistemática, los funcionarios que sobreviven al escándalo mientras los honestos se hunden: el espionaje británico podría ser cualquier oficina pública mexicana con presupuesto y gabardinas. Aquí y allá, el enemigo no es extranjero: es la inercia.

El humor como redención

El mérito de la serie está en su equilibrio: combina la tensión del thriller con el humor corrosivo del fracaso. Slow Horses entiende que la inteligencia no siempre triunfa y que, a veces, el único acto heroico posible es seguir trabajando entre ruinas.

Calificación: ★★★★☆

Advertencia: Contiene espionaje, humor británico y la deprimente certeza de que los ineptos siempre encuentran la forma de sobrevivir. Disponible en Apple TV+.

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