"Corpus Christi”, cuarta cinta polaca que aspira a esta estatuilla en los últimos diez años

Cine
/ 8 febrero 2020

"Corpus Christi", nominado al Oscar a la Mejor Película Extranjera, es la cuarta cinta polaca que aspira a esta estatuilla en los últimos diez años, una señal del buen momento que vive la industria cinematográfica de ese país.

El largometraje "Corpus Christi", nominado al Oscar a la Mejor Película Extranjera, es la cuarta cinta polaca que aspira a esta estatuilla en los últimos diez años, una señal del buen momento que vive la industria cinematográfica polaca, que ha dejado de sentirse la Cenicienta europea y reclama su sitio en la escena internacional.

El largometraje de Jan Komasa cuenta la historia de Daniel, un joven de 20 años quien después de abandonar un reformatorio se decide a convertirse en sacerdote pese a su historial de antecedentes penales.

Komasa ya conquistó las salas polacas con "Miasto 44" (2014), una cinta trepidante, rodada de una manera muy dinámica, donde se narra el heroico levantamiento de Varsovia contra la ocupación nazi desde el inocente amor de dos jóvenes combatientes.

Con "Corpus Christi" Komasa mantiene ese estilo vigoroso y vuelve a recurrir al angular de las emociones humanas, aunque en este caso lo hace para teletransportar al espectador a lo más profundo de la mentalidad e idiosincrasia polacas, con la religión católica y las tribulaciones adolescentes como compañeros de viaje.

El film ha sido un éxito en Polonia, país donde por cierto el público todavía disfruta de ver una película en una sala de cine, tal y como demuestran los números: los cines polacos recaudaron en 2019 más de 60 millones de euros, una cifra superior a la de 2018.

"IDA" ROMPIÓ EL MALEFICIO DEL CINE POLACO

 

Polonia ha buscado durante décadas el reconocimiento internacional de su cine que, pese a contar con figuras de la talla de Roman Polanski, Krzystof Kiewlowski o Andrzej Wajda, nunca ha logrado conquistar las grandes salas y, cuando lo ha hecho, ha sido como coproducciones bajo el sello de otro país (generalmente el de Francia).

Todo eso cambia en 2013 con la cinta "Ida", de Pawel Pawlikowski, que por fin logra el ansiado reconocimiento al cine hecho en Polonia al conquistar el Oscar a la Mejor Película Extranjera.

"Ida" narraba en blanco y negro el drama de Anna, una joven novicia que descubre su origen judío a punto de tomar los votos como monja.

Pawlikowski volvió a ser nominado en 2018 al Oscar a la Mejor Película Extranjera con "Guerra Fría", otro drama en blanco y negro en este caso en torno a una tormentosa relación amorosa marcada por el fin de la II Guerra Mundial y la imposición del comunismo en Polonia, con la que no logró repetir el éxito de 2013.

El reconocimiento alcanzado por "Ida" supuso el colofón a una larga carrera por la estatuilla a la Mejor Película Extranjera que había comenzado en 1963 con el intento fallido de "El cuchillo en el agua", de Polanski.

Otros realizadores como Agnieszka Holland ("Darkness", en 2012) o Wajda ("Tierra prometida", 1976; "Las señoritas de Wilko", 1979; "El hombre de hierro", 1981, y "Katyn", 2008; ) también lo intentaron sin éxito. Y así hasta diez largometrajes nominados que regresaron a casa con las manos vacías, hasta que "Ida" rompió ese maleficio.

 

PROFUNDA TRADICIÓN CINEMATOGRÁFICA EN POLONIA

 

Según dijo el director estadounidense Martin Scorsese durante la presentación entre 2014 y 2015 de un ciclo de sus películas polacas favoritas en Estados Unidos, el cine de este país exhibe una expresión artística comparable a la del "neorrealismo italiano, la nouvelle vague francesa o la poesía de los viejos maestros de Hollywood".

Lo cierto es que los profesionales cinematográficos nacidos en Polonia siempre han tenido un lugar destacado en el cine hecho en Francia, Alemania y, por supuesto, Hollywood. De hecho, sus cineastas han sumado doce estatuillas, dos más honoríficos y otros de los Oscar técnicos.

Pese a que los nombres más conocidos son Polanski o Wajda, la principal fortaleza de la cinematografía polaca ha sido la dirección de fotografía, con diez nominaciones y dos Oscar para Janusz Kaminski por su trabajo en "La lista de Schindler" y "Salvar al soldado Ryan".

La Ley Marcial, introducida en Polonia en 1981, tuvo un gran impacto en el cine polaco: las películas fueron muy censuradas y los estrenos se retrasaron. La inestabilidad política que acompañó a los últimos años del comunismo hizo que muchos cineastas decidieran marcharse al extranjero, como Holland, Zbigniew Rybczynski o Tal Krzanowski.

En la década de los 1990, después de la llegada de la democracia, los polacos volvieron al ruedo con una larga lista de nominados, entre ellos Kieslowski al Mejor Director (por la coproducción franco-polaca "Tres Colores: Rojo", 1994), generalmente por trabajos rodados fuera de Polonia o en grandes coproducciones como "El Pianista" (2002), con al que Polanski se hizo con el Oscar al Mejor Director.

La última década ha supuesto una revolución para el cine 100% hecho en Polonia, que ha visto con "Ida" el anhelado reconocimiento y que puede repetir éxito con "Corpus Christi" si la Academia se decanta por este film íntimo y vibrante que competirá por un Oscar con "Dolor y Gloria", de Pedro Almodóvar, la surcoreana "Parasite", la francesa "Les Misérables" y "Honeyland", de Macedonia.

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