Cultura y Pop: Black Mirror
Es tan sólo una excusa para que un hombre solitario recuerde una relación de su pasado, y poco a poco se desvelen malos entendidos y oportunidades perdidas
La serie ‘The Twilight Zone’ comenzó en 1959, la prehistoria de la televisión. En su primer episodio —en blanco y negro— un hombre deambula por un típico pueblo estadounidense, que sin embargo está vacío. Las horas pasan y el hombre termina enloqueciendo, hasta que entra en una cabina telefónica y pulsa un botón para llamar a quien sea — lo que resulta ser un botón de pánico: el hombre es parte de un experimento para ver cómo reaccionarán los seres humanos en un vuelo solitario a la Luna.
El episodio captura la ansiedad que la carrera espacial causaba en la sociedad americana, y anticipó el tipo de historias que la serie — traducida al español como “Dimensión Desconocida”— ha ofrecido a lo largo de sus diferentes reencarnaciones: personajes en lugares aparentemente cotidianos, que sin embargo revelan de pronto un elemento perturbador. Lo que viene después puede involucrar ciencia ficción, terror, fantasía, o suspenso, pero suele terminar con un twist inesperado, y frecuentemente macabro.
Vi mis primeros episodios de esta serie cuando era niño, durante su segunda reencarnación allá por los años 80. Las tramas eran tan inquietantes que cuarenta años después aún recuerdo varias.
Resulta que fuimos muchos los que crecimos fascinados por esta serie. Entre ellos, el británico Charlie Brooker, que desde 2011 escribe y produce “Black Mirror”, una serie inspirada en ella.
”Black Mirror” tiende a la ciencia ficción. Frecuentemente gira alrededor de posibles nuevas tecnologías y las consecuencias que tienen en la vida de sus personajes en un futuro no lejano.
Sus episodios son de vez en cuando un miss, frecuentemente un hit, pero siempre resultan interesantes. Dos pequeñas joyas son “San Junipero” de la tercera temporada, o “The Entire History of You” de la primera.
La semana pasada compré palomitas y cada tarde vi uno de los seis capítulos de su séptima y más reciente temporada. Me alegra reportar que para nerdos como yo, Black Mirror sigue siendo fantástica, y su nueva temporada tiene otra joya.
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El quinto episodio se llama “Eulogy”. El actor principal es Paul Giamatti, un actorazo; la actriz de soporte es muy buena; y la tecnología imaginada fascinante. Pero es tan sólo una excusa para que un hombre solitario recuerde una relación de su pasado, y poco a poco se desvelen malos entendidos y oportunidades perdidas.
Sueños, amor, errores y remordimientos. Se supone que “Black Mirror” es una serie de ciencia ficción; y sin embargo es difícil encontrar temas más humanos.