‘Desierto’; terror, sol y balas
¿Es una película de miedo? Bastante, muy violenta, dando un giro de acción a la temática migrante, que en el cine nacional tiende más al dramatismo
Calificación: 8.5 de diez
Las frases pueden llegar a ser como navajas. En el cine, las palabras se transforman en guiones y luego tienen su última metamorfosis en imagen, donde, si es adecuado, no perderán ese filo. Jonás Cuarón carga su cuchillo a todas partes cuando escribe algo. Sus historias son incisivas, directas, poderosas, características que se ajustan muy bien a su más reciente esfuerzo como director y guionista: “Desierto”. Una película que, a pesar de que sus protagonistas son unos migrantes que intentan pasar a Estados Unidos, tiene más tintes de terror y acción que de drama. Víctimas de estas atroces circunstancias, casi se han convertido en un subgénero del cine y lo que el cineasta nos presenta aquí se siente como un nuevo giro, como desviarse por ese mismo desierto a terrenos inexplorados.
Como es de esperarse, la cinta cuenta sobre un grupo de migrantes, en su mayoría mexicanos, que van en busca del “sueño americano”. Pasando por el inclemente territorio que da nombre a la película, la camioneta que los lleva se descompone y tienen que desviarse, a pie, por un camino mucho más largo y difícil que el que habían pensado. El asunto se complica todavía más, cuando se cruzan con un cazador estadounidense (Jeffrey Dean Morgan), quien con su rifle y su perro, pronto deja de interesarse en los conejos, al ver que al grupo de personas que quiere entrar a “la tierra de los libres”. Aniquilando a la mayoría, comienza la persecución y un pequeño grupo liderado por Moisés (Gael García Bernal) tendrá que luchar por su vida. Las prioridades cambian, ahora ya no es tan necesario cruzar al otro lado como esquivar balas.
El terror siempre me ha parecido uno de los géneros más versátiles, contrario a lo que se piensa normalmente. El asunto es que si bien ha caído en innumerable cantidad de clichés, también da permiso para muchas cosas si se hecha a volar la imaginación. Y la imaginación es mucha en Jonás Cuarón, hijo del famoso Alfonso ganador del Oscar (para quien precisamente escribió “Gravity”, la cinta que le dio el premio). Y podrá sorprender clasificarla como una cinta de terror, pero tiene varios elementos: una amenaza mortal en un terreno inhóspito. El asunto es que está más anclada a la realidad, no a la fantasía; este asesino tiene motivaciones racistas que se viven actualmente en la sociedad, no es un simple asesino serial cualquiera. En este sentido se acerca también al thriller de acción. No hay tiempo para llorar, aquí se tiene que correr sin detenerse.
Y como la persecución de la cinta, así se maneja el guion de esta historia. Trepidante, en constante movimiento. Si el drama es una pausa más contemplativa, la acción es correr y correr hasta agotar al espectador. Este es el ángulo que el cineasta le quiere dar a su película. Se aleja premeditadamente del drama y del discurso político, aunque éste venga implícito. Es casi como si la historia de los migrantes fuera simplemente el contexto de lo que quiere contar. Esta temática ha inspirado a muchos otros directores que generalmente tienen el mensaje claro: retratar las dificultades de los migrantes, acusar la discriminación y ver el punto de vista dramático de todo el asunto. Un punto de vista más humano, si se quiere.
Esto no quiere decir que la cinta de Cuarón sea menos consciente de la problemática. La tiene ahí, es inevitable no verla, pero más que hacernos reflexionar, el director busca emocionarnos, estresarnos, transmitirnos la angustia de ser perseguidos en el desierto por un cazador inclemente y su compañero canino. Sí es una cinta de acción pero una bien ejecutada. Y como las buenas películas de acción presenta bien a sus personajes, hace que nos importen y que por eso estemos al pendiente de lo que les pasa. Las historias de los protagonistas se van contando a lo largo de la trama, poco a poco, con detalles sutiles, algunos más explícitos que otros. La mujer acosada por su protector, el hombre demasiado cansado para avanzar y Moisés y sus razones para cruzar la frontera. No sabemos mucho, pero sabemos lo suficiente y eso basta para mantenernos preocupados por ver a dónde apunta el personaje de Jeffrey Dean Morgan.
Y este elenco es muy bueno, tanto Dean Morgan como García Bernal se entregan a sus personajes. Donde sí queda como un vacío es en la historia del asesino. Sus motivaciones son muy simples y jamás se sabe qué hay detrás. Mata migrantes porque es racista y ya, aunque se intuye que hay algo más. Sus acciones son las de un villano sin matices. Simplemente es malvado y cruel para hacer que la historia se mueva. Esto quizá sea a propósito, y el personaje entonces vendría a ser como el asesino serial de una cinta slasher, el monstruo que se esconde en las sombras, la creatura gigante que viene del infierno, el demonio que atormenta a una familia, el espectro que habita en una mansión… Es decir, la amenaza necesaria en toda cinta de horror, que seguido es maldad pura, instinto asesino en su más baja expresión. Un asesino por naturaleza.
Pero en un mundo anclado a una realidad como este, se vuelve un poco necesario conocerlo más, así como conocemos a sus víctimas. Humanizar ambas partes de esta historia, le hubiera dado mucho más profundidad y haría que la cinta fuera algo más que buenos contra malos. Pero quizá la cinta no necesita ir más allá para ser efectiva. El impacto, como ya dije, se mantiene en el nivel del suspenso, de la emoción, del terror que sentimos al vernos en los zapatos de las víctimas. Si la película nos pone a reflexionar, sobre un tema que no necesariamente necesita más sermones cinematográficos, es porque se trata de un hecho que ya habla por sí solo. Todos sabemos que hay racismo en Estados Unidos, que los migrantes lo pasan muy mal y que esta es una problemática social que se debe combatir.
Jonás Cuarón es inteligente al intentar irse por un camino distinto. Por eso creo que esta cinta se disfruta mucho más si la vemos como un thriller de acción o terror. Así sin más, no le podemos exigir demasiada profundidad en sus personajes. Ahora bien, no toda la acción es perfecta, existen secuencias que si no estamos del todo sumergidos en la trama, parecerán un poco caricaturescas, sobre todo rumbo al final. Esto podrá quitarle cierta veracidad a los acontecimientos, pero Cuarón tiene una visión tan clara y directa, que no pierde el piso. Tiene su objetivo claro y no lo suelta, sin importarle si pierde audiencia en el camino. Defecto o acierto, dependerá de la percepción de cada uno.
Me parece que esta historia está contada de manera sólida y escrita con mucha determinación. Las palabras fueron navajas en papel y así se mantienen en la pantalla grande. Su visión es cruda y extrema, pero es un aire refrescante para esta especie de subgénero cinematográfico.
El dato
> Director: Jonás Cuarón
> Elenco: Gael García Bernal, Jeffrey Dean Morgan, Diego Cataño, Alondra Hidalgo, Marco Pérez.
> Género: Thriller / Acción
> Clasificación: B15
> Duración: 88 minutos