Jubileo de platino, una mirada al inconfundible estilo y guardarropa de la reina Isabel II
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Cada vestuario que usa Isabel II tiene una intencionalidad no es al azar, algunos los usa para inspirar o recordar, otros para mostrar gratitud o respeto y están aquellos que expresarn un sentido de poder o de familiaridad.
La reina Isabel II podría tener el guardarropa más ajetreado del planeta.
“Cada atuendo usado en público es cuidadosamente calibrado para inspirar o recordar, para mostrar gratitud o respeto, para expresar un sentido de poder o de familiaridad”, escribió el diario The Mail on Sunday en 2015. “Su majestad no establece ni sigue tendencias, pero aunque ella es sorda al llamado de las sirenas de la moda, tiene su propio estilo”.
De sus tiaras, sombreros y mascadas Hermes, a sus bolsos de mano Launer London e incluso sus sombrillas, el estilo de la reina ha sido hiperdocumentado desde su nacimiento, sus días de joven princesa, su acenso al trono y ahora a más de 70 años de reinado, mientras celebra su jubileo de platino a los 96 años.
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Conocida en la actualidad por sus abrigos en colores brillantes (elegidos así para poder ser vista por las multitudes) con sombreros a juego, la reina fue una princesa y monarca glamurosa en sus primeras décadas.
A continuación, algunos de los aspectos destacados del estilo de la reina a través de los años:
SU INFANCIA
¿Algodón o lana? El mismo nacimiento de la reina desató un debate de estilo, escribió Bethan Holt, editor de moda de The Telegraph y autor del libro publicado este año “The Queen: 70 Years of Majestic Style”, sobre el estilo de la reina.
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Desde el comienzo, su guardarropas fue un tema de fascinación nacional con un ajuar de bebé cosido por su madre y abuela, y con un poco de ayuda de mujeres de escasos recursos de Gran Bretaña. Al declarar que los bebés vestidos de lana parecían “pequeños gnomos”, la madre de la pequeña Lilibet, que entonces era la duquesa de York, optó por algodón con volantes, pero sin que fuera demasiado recargado.
Cuando nació su hermana Margarita cuatro años después, las princesas solían ser vestidas igual hasta su adolescencia. Cuando era niña, a la futura reina no le importaba “un bledo” la ropa, según su antigua institutriz, Marion Crawford.
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“Ella usaba lo que le decían sin protestar, fuera de una larga gabardina que odiaba”, escribió Crawford en sus controvertidas memorias “The Little Princesses”, sobre los primeros años de las princesas.
LA JOVEN HEREDERA
Con la tumultuosa abdicación de su tío y el ascenso de su padre para convertirse en el rey Jorge VI, la princesa Isabel se convirtió en heredera, a falta de uno masculino que nunca llegó.
Ahí comenzó su labor el modisto Norman Hartnell, de acuerdo con Holt. Aunque había otros diseñadores, a él se le encomendó vestir a la familia al emerger al escenario mundial, incluyendo las dos princesas de 11 y 6 años. Sus “vestidos adornados con moños y pequeños abrigos señalaban un regreso a la tranquila fiabilidad de la monarquía”, escribió Holt.
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A sus 18 años, durante la Segunda Guerra Mundial, Isabel comenzó a tener apariciones más públicas, entrenando como mecánica a comienzos de 1945 hacia el final de la guerra. Fue la única vez que usó rutinariamente pantalones (y monos), de acuerdo con Holt.
La reina era, y sigue siendo, una persona que se viste con practicidad cuando es necesario, pero también es glamurosa con vestidos brillantes cuando la ocasión lo amerita. Solía usar mangas cortas o nada de mangas, algo que ya no pasa en la actualidad. Posó para fotografías con el príncipe Felipe en un vestido sencillo de color claro con las mangas por encima del codo y sandalias de tacón bajo con la punta descubierta en sus pies de talla 4 británica (6 de Estados Unidos), poco antes de su boda en 1947.
“La gente quiere ver a la realeza vestida como realeza, pero al mismo tiempo no quieren pensar que se está desperdiciando el dinero de los contribuyentes”, dijo Nick Bullen, editor en jefe de True Royalty TV.
EL VESTIDO DE NOVIA
Hartnell transformó las flores de la “Primavera” de Botticelli en un vestido de gala con cristales blancos y perlas. Pero no fue sencillo, había dudas diplomáticas en el periodo de la posguerra, escribió Holt. La aduana incautó 10,000 perlas de río de Estados Unidos y a los periodistas se les aseguró que la seda producida en Kent y tejida en Essex provenía de gusanos de la “nacionalista” China y no del “enemigo” Japón.
Miles de personas en Gran Bretaña enviaron sus cupones de ración a la princesa Isabel para que los usara para materiales para el vestido. Eso habría sido ilegal, así que ahorró los suyos y le pidió al gobierno 200 extra, dijo Holt a The Associated Press.
“Esto mostró la sed que había en el país para este gran momento de glamur”, dijo. “En años recientes, hemos conocido a la reina y al príncipe Felipe como esta dulce pareja de viejos, pero tenemos que recordar que en esa época eran era esa nueva impresionante y glamurosa pareja en escena”.
La boda no estuvo carente de drama tras bambalinas. La tiara Fringe de la reina María, hecha por la abuela de Isabel de un collar que le regaló a María la reina Victoria, se rompió justo antes de la ceremonia y fue llevada apresuradamente la joyería Garrard encargada de las piezas de la corona para que fuera reparada.
El vestido y la boda ofrecieron “un verdadero momento de esperanza”, dijo Holt.
SUS DOBLADILLOS
Desde hace años la reina se estableció en faldas y vestidos justo debajo de la rodilla, pero el largo de sus faldas llegó a ser un tema para los miembros más viejos de su familia. En 1952, la reina de entonces 25 años ocupó el puesto como cabeza de su familia en el funeral de su padre siguiendo los estrictos códigos de vestimenta establecidos durante el reinado de Victoria, dijo Holt.
Cuando la reina María hizo una reverencia a su nieta y le besaba cada mejilla, la amonestó: “Lilibet, tus faldas son demasiado cortas para el luto”, escribió Holt. El vestido de la reina se alzaba por encima de sus tobillos, pero respetuosamente debajo de la rodilla, mientras que el de su abuela llegaba al piso. Todas las integrantes de la familia real, incluyendo a la reina Isabel II, iban cubiertas con velos negros como los que llevó la reina Victoria por 40 años tras la muerte del príncipe Alberto en 1861.
“La evolución del estilo de la reina de una joven princesa a la monarca con el reinado en servicio más largo de la historia británica se ha tratado de ella siendo de la época, no siguiendo la moda”, dijo Bullen.
ENCONTRAR UN UNIFORME
La reina que conocemos ahora usa tacones anchos o mocasines, generalmente hechos a mano por Anello & Davide, un clásico bolso Launer sobre el brazo y un broche en un hombro. Usa faldas escocesas de tartán como estilo campirano. Pero la reina de comienzos de la década de 1950 encantó al mundo con cinturas entalladas, siluetas de lápiz y algunos experimentos esponjosos y etéreos cuando la moda de posguerra se apoderó del país.
“En los primeros años de su reinado, ella realmente adoptó la estética del New Look de Dior, y las mujeres veían sus atuendos como una fuente de inspiración, en buena medida como lo hacen con la duquesa de Cambridge ahora”, dijo Kristin Contino, reportera de estilo de Page Six.
Hubo un glamur juguetón en las décadas de 1970, 80 y 90, incluyendo un atrevido vestido de gala multicolor de 1999 para una función de Royal Variety, creado por Karl-Ludwig Rehse, con rombos amarillos, azules, rosados y verdes con lentejuelas en el torso y una falda amarilla.
También hubo momentos con pantalones y una fase con turbantes en los años 60 y 70 entre toda una variedad de estilos de sombreros.
La reina se enteró de la muerte de su padre durante una parada en Kenia de camino a Australia. Algunos reportes señalan que llevaba puestos jeans para un encuentro con una manada de elefantes en el momento que su padre murió mientras dormía en Sandringham, escribió Holt. También llevaba pantalones en un safari en Zambia en 1979, y un conjunto de pantalón en 2003 al salir del hospital rey Eduardo VIII en Londres tras una operación de rodilla.
Era Margarita, la rebelde, quien era reconocida como una estrella de la moda entre Dior y otros diseñadores, y su influencia con Isabel era tangible. La pequeña hermana le ayudaba a la reina a encontrar nuevos diseñadores británicos y le presentaba a creadores en ascenso, como la sombrerera Simone Mirman, de acuerdo con Holt. Mirman creó algunos de los sombreros destacados de la reina, incluyendo su “casco medieval” estilo Tudor, como lo llama Hartnell, color amarillo pastel para la investidura del príncipe Carlos en 1969.
“Margarita estaba realmente a tono con la moda. Ella habría sido la que leía Vogue. Así que ella solía ir con la reina a compromisos para inyectarle ese pequeño extra de estilo a sus atuendos”, dijo Holt.
La reina, que generalmente se apega a diseñadores británicos, ha tenido por años un gusto por las mascadas de seda de la casa de modas Hermes. La marca ha lanzado varios diseños especiales en su honor. Lo hizo en 2016 con un pañuelo con temática ecuestre para celebrar su cumpleaños 90.
En la actualidad no hay una fiebre por copiar el estilo de la reina, pero por un breve periodo en la década de 1950 las mujeres vivían así gracias a su gusto por los vestidos de algodón con estampados florales o los estampados abstractos de Horrockses Fashions, una marca británica de confección, dijo Holt.
Otro estilo de esos primeros años es destacado. En octubre de 1952, poco después de ascender al trono, la reina fue una sensación en el Teatro Imperio en una función real del musical de comedia “Because You’re Mine”. Llevó un vestido bicolor de gala de Hartnell que asemejaba un frac negro con el frente blanco y amplias solapas en un diseño halter a juego con guantes largos, una tiara y un brazalete de diamantes.
Al día siguiente estaba en todas las revistas y diarios. Los fabricantes corrieron a copiarlo. El vestido se apodó “el acaparador” y la reina no lo volvió a usar nunca más.
A JUEGO TOTAL
A la reina le encanta coordinar colores, apegándose a tonos brillantes y pasteles en abrigos y vestidos florales en la actualidad.
Eso también incluye sus famosas sombrillas transparentes. Son fabricadas por Fulton Umbrellas y se pueden adquirir por 30 dólares o menos, aunque las de la reina son hechas a la medida. Ella es propietaria de unas 100 con toda una variedad de colores en el borde inferior, pero contrario a lo que dicen los reportes, no posee 200 de sus bolsos favoritos Launer, dijo Holt. Gerald Bodmer, quien rescató a Launer en 1981 tras un periodo en declive, también ha rechazado ese mito.
“Él dice que ella tiene varios estilos de varios colores. Él dice que 200 está muy por encima de la cifra”, dijo Holt.
Launer extiende las correas de sus bolsos de piel para facilitar a la reina colgarlas de su brazo y se asegura de que sean ligeras de cargar. ¿Y qué lleva dentro? Bullen dijo que ha escuchado que siempre hay lápiz labial, un pañuelo y un retrato del príncipe Felipe, quien falleció el año pasado a los 99 años.
El diseñador irlandés Paul Costelloe, quien vistió a la princesa Diana en las décadas de 1980 y 90, dijo a AP sobre el estilo de la reina: “Es un poco como una maestra de primaria, una buena maestra de primaria. Nunca escandaliza, siempre lo hace bien”.
Por Leanne Italie The Associated Press.