La sabiduría y la muerte de Ozzy Osbourne. Así nos iremos, dejando atrás un video de una vida vivida
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Ha muerto Ozzy Osbourne. Los pedazos de una generación se van cayendo mientras que otras generaciones se establecen y toman su lugar. Natural. Vi una caricatura de Felipe, él amiguito de Mafalda. Conocedores de la vida, sin duda, tanto Ozzy como Felipe. En la caricatura Felipe está tirado en un sillón (tal vez su “lugar de no hacer nada”) y contempla, “La de gente que habrá haciendo cosas importantes mientras yo estoy aquí tirado.” Luego se hace una pregunta. “¿No me da vergüenza?” Se queda pensando, “Ah, ¿cómo? ¿No me da?” Y concluye, “Nunca termina uno de conocerse.” Sabiduría pura.
Toda vida toca la sabiduría. Eso no significa que la tome y la fomente, ni siquiera que la reconozca pero, sí la toca. Creo que a la sabiduría se llega de distintas maneras, aunque ella, como destino, es un espacio común a todos sin importar si somos de la generación que se cae a pedazos o de la/s que van consolidándose. En algún momento nos reuniremos, tal vez aquí mismo, ante la música que abarca generaciones, por ejemplo, o bien en otro lugar.
Ozzy Osbourne ya no contribuía activamente a la creación de su arte, pero su trabajo seguirá inspirando a músicos por mucho tiempo aún. Vi el video que traza su vida del presente al pasado, de los 76 años hasta los 19 años. Épocas duras pasó, pienso por su semblante. Y si yo, o tú, o todos los que pasamos de los 65 años, hiciéramos un video similar, ¡qué aventura! Todos hemos vivido mucho, y tenemos aventuras que contar y sabiduría que esparcir.
En reacción a la caricatura de Felipe, y su desvergüenza que comparto cabalmente, contemplé que por más que nos lamentamos sobre “el mundo que estamos dejando a los que siguen”, ya les toca. No puedo decir que la generación de mis padres nos haya dejado un mundo “bueno”, ni siquiera amable. Si no me creen, vean la serie “Mad Men”. Me parece que no ha existido una generación que haya dejado un mundo mejor para quienes siguen. Han dejado lo que han entendido y logrado. Solo eso. Entonces, si me necesitan, si requieren de mi sabiduría (que algo sí he adquirido) ya saben donde encontrarme.