Open Air 2023: El pandemónium coahuilense
Se abrieron los cielos y no fue por el Apocalipsis, sino por el ‘Saltillo Open Air 2023’
En la terraza del Beer Therapy Saltillo, se realizó un festival musical, cuyo sonido retumbó hasta en el tártaro.
El evento fue organizado por ‘Nosferatum Productions & Booking’ y ‘The Hell Room Studio’. La dirección de Daniel Santana, productor principal y baterista de varias agrupaciones, fue excepcional; siendo este evento una contribución titánica a la escena metal local y regional.
El telonero del evento fue Disengage; con una guitarra estridente, ritmos ominosos y guturales que podrían someter a Cervero, la banda local inició el festival con fuerza. Presentaron música original y cerraron con un cover de Suicide Silence, mostrando su versatilidad entre los subgéneros del metal.
LA EXPERIENCIA
La banda consiguiente fue Burning Shadow. Para entonces la noche ya velaba sobre los espectadores y los efectos del escenario eran más vistosos; gracias a la máquina de humo y la habilidad vocal de su cantante, la experiencia fue semejante a vivir los eventos de la Niebla, por Stephen King. Su death metal era bestial y atmosférico. Faltaban segundos para que sus composiciones musicales abrieran un portal hacia lo desconocido.
La acústica del evento fue impecable; cada banda se tomó su tiempo para preparar sus instrumentos.
Algunas agrupaciones lograron un sonido más pulcro que otros, pero la asistencia técnica, tanto de los organizadores como de los encargados del sitio, fue sobresaliente.
DESDE MONTERREY
El tercer grupo fue Stay Design, agrupación de Metalcore, proveniente de Monterrey. Su presentación tuvo un ángulo más teatral y contemporáneo. Elaboraron una producción con samples y su sincronía fue impresionante; ni el martillo de Thor tiene la fuerza de sus acordes y batería.
Para la mitad del festival, la audiencia ya rebasaba lo esperado. Tanto la popularidad de los grupos como la del bar fue clave para que el público fuese numeroso; la mercancía se vendía, la comida llegaba a las mesas y la cerveza fluía como cascada.
La cuarta agrupación en presentarse fue Fractured; los riffs de la guitarra, la gravedad del bajo y los frenéticos pulsos de la batería fueron capaces de ilustrar la titanomaquia en la mente de sus escuchas. Su death metal fue tan bestial como puro. Con solo tres integrantes, fueron capaces de componer la música que acompañaría al armageddon.
UN DEATH METAL AGRESIVO
Devoured Souls fue la quinta banda en subir al escenario; su música podría despertar al mismísimo Leviatán. Con un death metal agresivo, y unos guturales tormentosos, la banda trajo el macabro misticismo del sur al escenario del noreste mexicano.
Las tres últimas bandas en participar tomaron el ambiente del festival y lo retorcieron hasta volverlo en un escenario semejante al del cruel y salvaje black metal noruego.
Funus fue la sexta agrupación en tocar aquella noche; con el niño de la profecía en la guitarra, y una agrupación utilizando corpse paint, el jolgorio provocado por su black metal revivió a los muertos y poseyó a los vivos.
La audiencia estaba entusiasmada y la adrenalina estaba en su tope. Sin embargo, los slams fueron breves y escasos durante todo el festival; la razón es un misterio, pues la actitud y la energía que emitía cada banda sobre la gente era equivalente a una ráfaga nuclear.
La penúltima banda fue Sacramentum; sus armonías eran templadas, pero la esencia de su música era ominosa, macabra. Su doom metal era sobrio, punzante; tan punzante como los ganchos de los cenobitas en Hellraiser.
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LA MÚSICA ‘BESTIAL’
El evento finalizó con la presentación de la banda black metal: Haxan. Su música era tan siniestra como un calabozo olvidado, pero igual de errática que un exorcismo. Sus composiciones fueron perfectas para darle cierre al festival, siendo sus acordes y guturales un recuerdo bien lapidado en la mente de sus escuchas.
Tras haber navegado entre las diferentes corrientes del metal, se puede concluir que el Open Air 2023 fue un éxito. La compañía fue grata, el servicio óptimo y la música bestial.
Expectante, ansío ver el próximo lineup y nuevamente experimentar, de principio a fin, la euforia que la escena metal regional predica.
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