Peor que el ‘Overlook’... Así fue la traumática experiencia de Shelley Duvall con Stanley Kubrick en el rodaje de ‘El Resplandor’

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/ 11 julio 2024

La actriz contaría años después sus vivencias en la filmación de la clásica adaptación del libro de Stephen King, que la llevó a padecimientos mentales graves

La adaptación cinematográfica del libro ‘El Resplandor’ (The Shining) es considerada en la actualidad como una de las obras maestras del séptimo arte, ya que su revolucionaria manera de transmitir el terror y la cautivante historia marcaron el género del horror psicológico para décadas posteriores.

De entre los elementos que trascendieron de la cinta a la cultura popular se encuentran la simbología, las extrañas intervenciones de los “huéspedes” del hotel y la selección de los actores que marcaron la carrera de Stanley Kubrick, por encarnar de manera excelente a la familia Torrance.

Si bien, el peso de esta emblemática puesta en escena recayó principalmente en la memorable interpretación de Jack Nicholson (Jack Torrance), su coprotagonista, Shelley Duvall, logró ponerse a la altura del legendario actor del ‘Joker’, además de entregar gran parte de su salud física por el papel.

Fue en 1978 que el director de ‘El Resplandor’ seleccionó a Duvall para uno de los personajes principales de esta cinta, en un proyecto que la llevaría al límite de su capacidad física y mental junto con los demás miembros de la producción, pues el control de Kubrick sobre las escenas fue explicado como “enfermizo”.

¿CUÁLES FUERON LOS ABUSOS A SHELLEY DUVALL DE STANLEY KUBRICK EN ‘EL RESPLANDOR’?

Aunque en el documental The Making of ‘The Shining’ se muestra que el control del director fue excesivo con todos los involucrados, se concentró especialmente en la actuación de Duvall, a quien sometió a distintas presiones que más tarde le costarían su salud mental y un evidente desgaste físico.

Algunas de las cosas que no fueron exclusivas del personaje fueron la repetición de escenas, aunque ciertamente tuvo un trato especial con la actriz ya que no le dio indicaciones en el montaje donde “Jack” trata de tranquilizar a “Wendy”, por lo que su reacción fue completamente auténtica.

La falta de instrucciones para la actriz fue una constante del director, que buscó la autenticidad en las reacciones, a pesar de que Duvall vivió un estrés constante, además de daños leves en las manos por las escenas con el bate, pues tuvo que repetir la toma 127 veces.

Sin duda, una de las actitudes más crueles de Kubrick fue prohibirle a los miembros de la producción hablar con la actriz, así como consolarla, pues narra que tenía que pasar hasta 12 horas seguidas llorando para su papel, que posteriormente sería criticado por esto.

Más allá de las 60 puertas que se tuvieron que destruir para conseguir la escena perfecta que se ha parodiado en innumerables series y películas, la actriz pronto vio el deterioro físico y mental, pues empezó a perder cabello por el estrés que le provocaba el cineasta, quien ni siquiera la reconocía dentro del set, con el fin de mantenerla “en el ambiente” de la trama.

Todo lo que diré es que, si el director no hubiera hecho lo que hizo, con tanta fuerza y crueldad, no habría obtenido el mismo resultado en la película”, expresó Duvall en 2016 para Dr. Phil, a pesar de los abusos que sufrió en el papel más difícil de su vida.

¿UN ESFUERZO INÚTIL?

La declaración del escritor Stephen King, que apuntó a no haber disfrutado de la adaptación de su obra, fue una bola de nieve en contra de la película, pues fue un fracaso en crítica porque fue considerada como “involuntariamente cómica”.

En especial, las escenas de Duvall fueron catalogadas de “exageradas” y de “parodia”, pues el personaje vive en un constante estado de llanto y desesperación durante la parte más importante de la trama. Esto fue motivo de que su actuación fuera nominada a un Razzie en 1980.

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A pesar de que esta actuación la elevaría al estatus de “leyenda” por su participación, las secuelas psicológicas que llegaron después del término de la filmación le incluyeron una depresión y severas afecciones mentales de las que no logró recuperarse incluso décadas después.

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