Saludando con el codo derecho, para esconder la mano, Jennifer Lawrence llega a nuestro especial encuentro demostrando que todavía vivimos en una pandemia “Nada de abrazos, recién salgo del COVID” apresurando la aclaración “no te preocupes, ya di negativo”. Hace tiempo que estrenó como productora y protagonista la película ‘Causeway’ en Apple TV, pero ante la expectativa de poder llegar a ser nominada a un Premio Oscar como Mejor Actriz, se abre una nueva oportunidad de entrevistarla, muy difícil de rechazar.
La última vez que nos vimos, el año pasado, estabas embarazada, muy embarazada. Y hoy... ¿el trabajo de madre te tiene mucho más ocupada que la actuación?
Muy cierto, pero también me dejaron descansar un poco, porque vine a Los Ángeles apenas por dos días, por el fin de semana. Mi bebé se quedó con mi esposo (Cooke Maroney), en Nueva York. Pero ya estoy por volver... lo extraño horrores.
MATERNIDAD
¿La maternidad genera cierto cambió, al ser también la productora de una historia tan humana como ‘Causeway’, mucho más parecida a tus principios de la primera nominación al Oscar de ‘Winter’s Bone’ que las superproducciones de ‘Juegos del Hambre’?
Es una forma de volver a mis raíces de cine independiente... Pero la idea de producirla nació enseguida cuando leí el guion, porque hacía mucho tiempo que no leía algo que me pareciera tan familiar. Es difícil explicar la confianza que también generó el saber que había encontrado algo especial. Y esa confianza fue creciendo con la cena de cinco horas que después tuve con la directora Lila Neugebauer, aunque nunca antes la había visto trabajar
¿Con tantas comparaciones entre esta actuación y la primera nominación al Oscar con ‘Winter’s Bone’, el hecho de volver a tus raíces da ganas de filmar muchas más películas independientes como al principio de tu carrera?
Sí y no. Sí, porque al leer el guion sentí que no podía perdérmela. Pero después de 20 horas de filmación, con tanto calor, compartiendo una carpa con otra persona y el mismo ventiladorcito, llegó un punto en que también llegué a dudar si todo valía la pena (risas). Pero sí, nada llena más que hacer un estilo de cine que tenga tanto sentido como actriz, para compartir la misma pasión con un pequeño grupo de personas, sudando sangre y lágrimas por el cine. No hay nadie en el equipo que no haya dado todo, en cada rincón. Es algo que jamás pensé que podía hacer en mi vida. Y sí, me encantaría tener muchas más experiencias como esta, aunque no suelen caer del cielo tan seguido.
CINE INDEPENDIENTE
¿Es tan difícil encontrar buenas historias para filmar un buen cine de estilo independiente, con costos inferiores a las superproducciones de acción?
El cine independiente se trabaja con amor, aunque una siempre recuerde la parte del trabajo (Risas).
A la hora de ver ‘Causeway’, la invitación había llegado curiosamente por otro famoso amigo de Jennifer Lawrence. Benicio del Toro en persona, nos presentó la película como “una historia que empieza sin esperanzas y termina con las mejores esperanzas”. Y sin ánimos de contar ese final, para quienes todavía no la vieron, al menos podemos adelantar que trata sobre una sobreviviente de la guerra de Afganistán que quiere recuperarse para volver a la guerra, como la mejor forma de escaparse de la dramática vida de una madre ausente y un hermano preso. Y mientras se gana la vida limpiando piscinas, entabla la única amistad que puede hacerle cambiar de opinión.
¿En qué se parece la ficción del personaje de Jennifer Lawrence de ‘Causeway’ con la verdadera Jennifer Lawrence?
Yo me identifiqué bastante con ese sentido de tratar de encontrar un hogar, tratar de encontrar un lugar y los propósitos de tu vida, porque yo dejé mi casa cuando tenía 14 años. Y mi relación con el hogar siempre fue muy complicada. Ese es el tema que tanto me emocionó a nivel personal.
¿Imagino que en tu casa tendrás una alberca?
Sí.
¿Y la limpias tal cual como en el cine, sola?
No (riendo), pero sé como hacerlo. Aprendí muy bien.
¿Qué tan difícil es limpiar una piscina?
Es muy fácil: Con un cepillo se limpian todas las paredes, para quitar todo lo que se queda pegado. Después que terminas con las paredes, se pasa una aspiradora y se limpia lo sucio que quedó flotando, se ponen dos pastillas de cloro y eso es todo. Bueno, también ha que limpiar el filtro, pero es todo así de simple.
¿En invierno también? ¿Es igual?
Ah, eso sí que no sé, porque nosotros filmamos durante el verano (Risas).
¿Cuántas veces tuviste que tirarte al agua fría para la misma escena?
El agua no estaba fría, hacía calor, así que no tuve problemas en actuar rápido, meterme, salir y volver a casa para filmar otra vez al día siguiente.
El nivel de actuación se resalta al interpretar el lado dramático de un trauma cerebral y lo difícil que es volver a la normalidad para muchos veteranos de guerra ¿Cómo fue la preparación, para conseguir una actuación al puro estilo del Oscar?
Para mí fue muy importante representar bien a nuestros héroes de guerra, con tanta verdad como fuera posible. Me encontré con muchos admiradores que sufrieron lo mismo que mi personaje y aprendí que ninguno reacciona igual, depende de cada persona. Y después de escuchar muchas historias, buscando algunas señales que pudieran servirme en la actuación, terminé con una idea completamente diferente sobre los traumas y las heridas invisibles que no se ven en una persona, donde la cura no tiene ningún guion y las partes físicas necesitan volver a aprenderlo todo de nuevo. También tuve la suerte de contar con gente que me enseñó y me mostró como se veía en la realidad, cada una de las escenas que me tocó representar en la parte de la recuperación de mi personaje, después de haber vivido un bombardeo en Afganistan.
¿La actuación sorpresa en cierta forma es la parte donde tuviste que actuar hablando con señales al enterarnos que el hermano de tu personaje es sordomudo y está en la cárcel?
Sí, es una escena muy poderosa, en especial la escena donde el hermano de mi personaje dice “No confío en lo que pueda llegar a hacer si salgo. Me siento más seguro adentro, en la cárcel”. Es lo mismo que mi personaje siente con Afganistan. Es el lugar donde ella se siente segura, con un rol que tiene sentido. Y es lo que la ayuda a darse cuenta que al menos ella está libre, no está encerrada. Puede elegir. Y el solo hecho de haber filmado una escena tan poderosa, hablando con señales, le agrega mucho más poder a la película, porque el silencio del sordomudo le agrega todavía más drama. Es la escena más fuerte que filmamos, pero en completo silencio. La idea fue brillante.
‘Causeway’ también es el debut como directora de Lila Neugebauer que tiene mucha más experiencia en teatro ¿Se notó la diferencia?
La diferencia que yo noto es la ayuda que trae el teatro, al momento de estudiar cada palabra que se dice, donde repiten lo mismo, todas las noches, pero se siente diferente siempre. Esa forma meticulosa de repetir el mismo diálogo implica ser también meticuloso con el estudio de los personajes, yendo todavía mucho más profundo con la actuación.
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¿Hasta qué punto influyó la pandemia en el rodaje de ‘Causeway’ ?
No sé si mucha gente lo sabe pero cuando empezamos habíamos filmado partes en Afganistan, para mostrar los recuerdos de mi personaje, mostrando un poco más mi vida, pero la directora quiso mostrar solamente los efectos posteriores de una guerra, en el presente, sin el pasado. Y justo habíamos empezado a filmar en el 2019, con todos los desastres del COVID que nos fue demorando cada vez más. Pero con cada parada sabíamos que teníamos que volver para completar la producción. Cada vez que volvíamos a filmar, tuvimos que volver a parar por el COVID. Pero también creo que convertimos muchas de las desventajas en verdaderos regalos. No creo que la película hubiera sido lo que fue si no fuera por todo lo que vivimos durante los dos años que tardamos en filmarla.