Recuento 2022: Un recorrido por lo que nos dejó el arte y la cultura este año en Coahuila

Ya es casi una tradición hacer un recuento de lo que sucedió en materia de arte y cultura al finalizar el año. Esa lista cada vez se engrosa más, con nuevas propuestas por parte de artistas, colectivos e instituciones, con temáticas variadas y dirigidas a todo tipo de público en Saltillo.

Pero, aunque el ejercicio de recordar todas y cada una de las actividades que se realizaron este 2022 tiene sus beneficios, ya no basta con enumerar los acontecimientos, por eso en esta ocasión te traemos una lectura sobre el panorama cultural de estos últimos doce meses.

NUEVOS ESCENARIOS

Sin duda fue un gran año para el teatro regional, sobre todo en lo que se refiere a plataformas y espacios de difusión de esta disciplina. Casi a inicios de este periodo, en marzo, el Instituto Municipal de Cultura de Saltillo llevó a cabo el primer Festival Municipal de Teatro “Bertha Leticia Villalobos Delgado”, que reunió a decenas de compañías locales con puestas en escena recientes que mostraron al público de la ciudad la gran cantidad de actividad que hay.

Casi al final, en noviembre, la Coordinación Nacional de Teatro del INBAL, en colaboración con la Secretaría de Cultura, trajo a Torreón la 42 Muestra Nacional de Teatro, que nos ofreció un “paisaje de las teatralidades de México” y en la cual participaron 4 proyectos coahuilenses —“Celsa” de En El Surco Teatro, “Tsunami” de Compañía de Teatro Camaleón, “Un monstruo viene a verme” de Cuarta Pared Teatro y el proyecto “Las líneas de mi vida” de María del Roble Cerecero.

A estas se sumaron la Muestra Estatal de Teatro, que sobrevivió a la pandemia, el Festival de la Dramaturgia Saltillense y el Premio Nacional de Dramaturgia “Teatro Testigo de la Vida”, sin mencionar que el dramaturgo coahuilense Ignacio Garibaldy López recibió el Premio Bellas Artes de Obra de Teatro para Niñas, Niños y Jóvenes Perla Szuchmacher 2022.

LA MÚSICA EN BUSCA DE VISIBILIDAD

Además de los éxitos que logró la Orquesta Filarmónica del Desierto, primero en mayo con la interpretación de la Sinfonía no. 1 “Titán” de Mahler y luego en noviembre con la Sinfonía no. 9 de Beethoven, también es importante destacar que este fue el año que vio nacer a la Compañía de Ópera de Saltillo, bajo la dirección musical de Alejandro Reyes-Valdés y que dejó en claro su calidad con la presentación del Réquiem de Mozart en la Catedral de Saltillo en abril.

Sin embargo, algo que llamó mucho la atención fue la movilidad de los músicos, sobre todo de los pequeños ensambles, que buscaron nuevos espacios para dar a conocer su trabajo. Sala Prisma fue uno de estos y a lo largo del año recibieron al pianista y compositor Alonso Julián, al trío de pianistas Ricardo Esparza, Caro Estrada y Octavio Reyes, el espectáculo de flamenco “Esto no es cualquier cosa” con la bailaora Melissa Soto y el guitarrista Rodrigo Alvarado, el recital “Fantasía y realidad” de Manuel Muñoz, a Carlos Montoya Trío y al ensamble Jazz 314.

Aunado a esto, los músicos de jazz también demostraron que este género es cada vez más del gusto de la ciudadanía con el primer Festival por el Día Internacional del Jazz, que durante una jornada llenó las calles del Centro Histórico con las propuestas musicales de distintas agrupaciones, entre ellas la Saltillo Big Band, y que promete regresar con todo el próximo año.

EL CALEIDOSCOPIO DE LAS ARTES VISUALES

Las inquietudes de los artistas visuales siempre son muy variadas. Aunque cuentan con referentes y en ocasiones comulgan ideas o temas, en general, tal vez por ser una práctica solitaria, suelen plantear cosas distintas entre sí.

Por eso aunque este año vimos propuestas dedicadas a la exploración del territorio, todas se manejan de manera singular en su aproximación. Karla Rangel, por ejemplo, presentó en septiembre en El Cerdo de Babel la serie “The joy of walking”, donde a través de la gráfica, principalmente, comparte sus recorridos y descubrimientos en el territorio de General Cepeda; Carlos Farías, por su parte, toma el paisaje y lo utiliza de pretexto para recrear atmósferas, conocer las posibilidades pictóricas y las texturas de los materiales y hasta se aventura en el terreno de la abstracción en ese mismo ímpetu y al mismo tiempo tenemos a la lagunera Perla Mata Torres, que en octubre compartió, en la galería “María Alicia García Narro” de Casa La Besana, una perspectiva sobre la orografía lagunera a la vez que propone un cuestionamiento sobre la industria de esa región.

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Pero no solo las artes del presente tienen algo que decir, por eso el Centro Cultural Vito Alessio Robles exhibió en su espacio cuatro retrospectivas pictóricas. En marzo “Mujer, símbolos y claves” de Fernando Fuentes Cortés, “Las carretas de Tlaxcala en Saltillo” de Guillermo López Gómez, “Bitácora de juicios” de Eloy Cerecero y la que podría ser la más importante de este año “Dora Scaccioni, una pintora italiana en Saltillo”, que rescató la obra de esta artista italo-mexicana cuyo legado fue opacado durante décadas por ser la esposa de Rubén Herrera.