Rigo Tovar y su desgraciado final

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/ 29 marzo 2016

De la cima del éxito descendió al barranco del fracaso

Este día se conmemora el nacimiento del cantante Rigo Tovar quien fuera uno de los grandes íconos de la música regional mexicana con grandes temas como "El sirenito" o "Mi Matamoros querido".

Rigo falleció víctima de un paro cardiorrespiratorio el 27 de marzo de 2005 y ahora hacemos un recuento de su carrera, misma que estuvo llena de éxitos, pero que en sus últimos años de vida se fueron hacia el precipicio.

Era originario de Tamaulipas y conocido por su música tropical y peculiar forma de bailar, en donde destacaba un brinco que en alguna ocasión alcanzó más de un metro con 40 centímetros de altura y que después no pudo dar más por problemas de salud.

Fue él quien enloquecía a las mujeres y hacía bailar a los caballeros, con temas como “Mi amiga, mi esposa, mi amante”, “Oh qué gusto de volverte a ver” y “El testamento”.

Su vida llena de excesos se comparó con la del vocalista de “The Doors”, y lo apodaban “El Jim Morrison mexicano”, pues en los escenarios recibía ropa íntima de las mujeres a las que volvía locas a pesar de no ser atractivo visualmente, pues sólo compartía con el estadunidense los lentes, la ropa y la cabellera rebelde.

A pesar del éxito que obtuvo durante décadas, murió lejos de los escenarios y de los reflectores de la televisión, pues en 1995 le dijo adiós al ambiente musical.

En la pobreza y con múltiples mujeres

Se quedó pobre y enfermo, pues le diagnosticaron retinitis pigmentosa que fue dejándolo ciego poco a poco, con el impedimento de realizar diversas actividades, lo que lo hundió en una depresión irreparable tras operarse en vano en Cuba y gastarse millones de pesos.

A eso se le añadió el vitíligo, un padecimiento que le afectó el pigmento de la piel, además de que tenía diabetes que es una alta de azúcar en la sangre.

Tuvo más de diez hijos, regados por todos lados, algunas fuentes dicen que exactamente son 16 y el día de su velorio distintas mujeres se presentaron a reclamar su parte de los bienes del cantante pues mantuvieron relaciones sentimentales con él.

Entre ellas figuraba la esposa oficial Isabel Martínez, la empleada doméstica María Magdalena Ángeles Palacios conocida como “Leonor” y su ex secretaria Elizabeth Ornelas, quienes junto con los fanáticos que querían ver al astro hicieron un zafarrancho que quedará grabado en la memoria para siempre.

De milagro no sacaron el ataúd de su lugar pues por la euforia hubieran sido capaces de repartirse hasta el cuerpo del mismo cantautor.

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