Hera, la primera misión de defensa planetaria europea despega desde Cabo Cañaveral en un cohete Falcon 9 de SpaceX

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/ 7 octubre 2024

La primera misión de defensa planetaria de la Agencia Espacial Europea (ESA) Hera logró despegar desde Cabo Cañaveral en un cohete Falcon 9 de SpaceX

CABO CAÑAVERAL- Después de horas de incertidumbre provocada por la meteorología en esta zona de Florida -ayer, domingo, la posibilidad de lanzamiento era muy baja y el día de hoy comenzó con un 50 % de probabilidades-, la nave emprenderá finalmente viaje a su destino, el sistema binario de asteroides Didymos, al que llegará en otoño de 2026.

Su objetivo, escudriñarlo, fijándose sobre todo en el más pequeño de los dos cuerpos, llamado Dimorphos, de 150 metros de diámetro. Este, en septiembre 2022, fue impactado por la nave DART de la NASA, que consiguió, por primera vez en la historia, desviar la órbita de un asteroide.

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Hera es, junto a DART, una misión de defensa planetaria y ambas están integradas en la colaboración AIDA (Asteroid Impact and Deflection Assessment). Con ellas las dos agencias espaciales pretenden demostrar la tecnología capaz de desviar asteroides para proteger a la Tierra de un eventual impacto.

Sobre la hazaña de DART hay ya bastantes datos gracias a su cámara y a un pequeño satélite italiano (LICIACube) que se desprendió de la nave unos días antes y obtuvo imágenes de la pluma de fragmentos eyectados en la colisión, además de la mirada de varios telescopios terrestres y los espaciales Hubble y James Webb.

Sin embargo, falta información crucial para comprender realmente lo que allí sucedió y para afinar los modelos para desviar asteroides.

$!La primera misión de defensa planetaria de la Agencia Espacial Europea (ESA) Hera logró despegar desde Cabo Cañaveral en un cohete Falcon 9 de SpaceX .

DEL TAMAÑO DE UNA CAJA DE ZAPATOS

Por eso Hera y sus dos pequeños satélites del tamaño de una caja de zapatos (cubesats) inician ahora un largo viaje al lugar de los hechos para analizar las secuelas de ese impacto cinético.

Bautizada así en honor de la diosa griega del matrimonio, en su viaje Hera necesitará la asistencia gravitatoria de Marte para coger impulso. Tiene 12 instrumentos -el sistema de guiado, navegación y control lo ha liderado la española GMV- y estará en el entorno de estos asteroides seis meses.

La misión determinará con precisión el tamaño y masa de estos -esta última fundamental para medir la eficacia de la desviación- y analizará la composición de sus superficies, así como sus características térmicas.

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También medirá la estructura de sus interiores pormedio de un radar a bordo de uno de los dos cubesats que se desprenderán de la sonda principal, y el campo gravitatorio del sistema con la ayuda de un gravímetro realizado por la empresa española EMXYs y el Real Observatorio de Bélgica.

La intención es que la misión finalice con la nave y sus dos pequeños satélites posándose en alguno de los dos asteroides.

Los asteroides del tamaño de Dimorphos suponen un peligro para la vida en la Tierra en caso de colisionar con nuestro planeta, explicó vía correo electrónico a EFE Susana Infante, jefa de proyecto de Hera en Thales Alenia Space, empresa que desde España lideró el sistema de comunicaciones, que permite controlar la nave desde el centro de control durante todo el transcurso de la misión.

El efecto de tal impacto sería devastador si llegara a un área poblada, capaz de destruir una ciudad entera o de generar un tsunami si cayera en el mar, agrega la experta.

Se calcula que hay unos 30,000 asteroides con tamaños entre los 100 y 300 metros y con órbitas cercanas -en términos astronómicos- a la Tierra (los llamados NEO).

La frecuencia de impacto de cuerpos de estas dimensiones con la Tierra es de aproximadamente una vez cada 10,000 años, detalla Infante: “Se estima que el 82 % de ellos no han sido detectados todavía, así que debemos permanecer en alerta y preparados para actuar en caso de necesidad”.

Hera es un complemento esencial a la misión DART de la NASA. Sabemos que DART consiguió modificar con éxito la órbita de Dimorphos alrededor de Didymos (...); sin embargo, los científicos necesitan información más detallada sobre Dimorphos para poder evaluar la eficiencia del impacto cinético como método de defensa planetaria”.

Hera aportará datos esenciales sobre su masa, composición y estructura, concluye.

HERA ESCUDRIÑARÁ EL PRIMER IMPACTO DELIBERADO CONTRA UN ASTEROIDE

El 26 de septiembre de 2022 la nave DART de la NASA logró, por primera vez en la historia, chocar contra un asteroide, alterando con éxito su órbita. Ahora, dos años después, otra sonda de la Agencia Espacial Europea inicia un largo viaje al lugar de los hechos para escudriñar las secuelas del impacto cinético.

¿Se formó un cráter o la colisión deformó globalmente al asteroide? ¿Cuál es su masa? ¿Y su estructura interna? Son muchas las incógnitas que aún quedan por resolver y la misión europea Hera, que podría despegar este mismo lunes desde Cabo Cañaveral (Florida, EE.UU.), está diseñada para esclarecerlas.

Tanto DART como Hera, ambas dentro de la colaboración AIDA (Asteroid Impact and Deflection Assessment), son misiones de defensa planetaria, con las que NASA y ESA pretenden demostrar la tecnología capaz de desviar asteroides para proteger a la Tierra de un eventual impacto.

Como campo de pruebas se ha elegido Didymos, un sistema binario de asteroides compuesto por un cuerpo principal y más grande del mismo nombre -780 metros de diámetro- y otro más pequeño -de unos 150 metros- llamado Dimorphos, una luna que orbita al primero. DART impactó sobre esta alterando su órbita 32 minutos.

Sobre esta hazaña hay ya bastantes datos gracias a la cámara de DART y a un pequeño satélite italiano (LICIACube) que se desprendió de la nave unos días antes y obtuvo imágenes de la pluma de fragmentos eyectados en la colisión, además de la mirada de varios telescopios terrestres y los espaciales Hubble y James Webb.

Sin embargo, falta información crucial para comprender realmente lo que allí sucedió y para afinar los modelos para desviar asteroides.

DART no tenía más instrumentación que la cámara óptica, en sí era sólo una demostración tecnológica”, explica a EFE Adriano Campo Bagatin, catedrático de Física Aplicada de la Universidad de Alicante (España) y del equipo científico de Hera.

LLEGADA EN 2026

Bautizada así en honor de la diosa griega del matrimonio, Hera es una misión “enormemente más completa”, con 12 instrumentos, y estará en el entorno de estos asteroides seis meses. Llegará en otoño de 2026 en un viaje que necesitará la asistencia gravitatoria de Marte -marzo de 2025- para coger impulso y llegar a su destino.

Además de mapear con alta resolución la superficie de los dos asteroides y determinar con precisión su tamaño y masa -esta última fundamental para medir la eficacia de la desviación-, analizará la composición de sus superficies, así como sus características térmicas.

También medirá la estructura de sus interiores pormedio de un radar a bordo de uno de los dos cubesats -pequeños satélites- que se desprenderán de la sonda principal, y el campo gravitatorio del sistema con la ayuda de un gravímetro realizado por la empresa española EMXYs y el Real Observatorio de Bélgica.

Será la primera sonda espacial que visitará un sistema binario de asteroides y experimentará por primera vez la comunicación entre cubesats y sonda principal en el espacio profundo. Además, Dimorphos es el asteroide más pequeño jamás visitado por una nave.

Con un presupuesto de 363 millones de euros (casi 400 millones de dólares), Hera es una versión adaptada de una idea anterior que no recibió en 2016 apoyos suficientes de los países de la ESA. Hubo que esperar a 2019 para conseguirlos, lo que retrasó su despegue.

En un inicio estaba prevista para ser lanzada justo después de DART. No obstante, afirma Campo Bagatin, “hay investigación revolucionaria que se puede hacer mejor pasado un tiempo”.

De hecho, cuatro años después de la colisión de DART -Hera llegará en 2026-, el sistema estará mucho más libre de material eyectado, lo que ofrece mayores garantías de seguridad para la misión, y el estado dinámico del sistema, en particular de Dimorphos, será más estable y podrá estudiarse de manera más precisa su evolución tras el impacto.

DEFENDER A LA TIERRA

Los asteroides son los “ladrillos” con los que se formaron los planetas cuando se desarrolló el Sistema Solar y los que no lograron pegarse a uno de estos cuerpos viajan, desde entonces, por el espacio. Son millones y los hay de centímetros, metros y hasta kilómetros, y más o menos peligrosos.

Unos 36.000 están catalogados como NEO -objetos cercanos a la Tierra-, lo que implica que sus órbitas pasan cerca, en términos astronómicos, de la órbita terrestre, según datos del Centro de coordinación para la vigilancia de estos objetos (NEOCC) de la ESA.

Es en estos, por su posible peligro, en los que está puesto el foco. El sistema Didymos está en esta categoría.

Para Campo Bagatin, no hay que olvidar que “si bien los eventos de colisión por pequeños asteroides (a partir de 100 metros) son esporádicos (ocurren cada unos cuantos miles de años), sí terminan ocurriendo”.

Un recordatorio de esto será, en 2029, el “paso rasante” del asteroide Apophis (unos 300 metros), que volará a menos de 32,000 kilómetros de la superficie terrestre, es decir, por debajo de las órbitas de los satélites de telecomunicaciones.

No tiene ninguna posibilidad de impactar sobre la Tierra y la ESA prepara la misión RAMSES, profundamente inspirada en Hera, para estudiar el efecto sobre el asteroide de ese paso cercano.

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