Si llegara a producirse un accidente nuclear, se liberaría yodo radiactivo. Este elemento puede provocar un daño muy grave en la tiroides, glándula que está implicada en muchas de las funciones básicas de nuestro organismo.
La Coordinación Nacional de Protección Civil recomienda no manipular el equipo ni tenerlo cerca sin recibir instrucciones de la Comisión Nacional de Seguridad Nuclear y Salvaguardias