Cada uno de ellos cargaba consigo el ‘Libro Rojo’ y, convertidos en una especie de evangelistas fanáticos del régimen, gritaban lemas revolucionarios mientras creían salvar el legado de Mao
La revolución no se televisará. En todo caso será cubierto por las redes sociales. Existirá solo si lo permiten los metabuscadores. La inteligencia artificial tomará conciencia
En tiempos de la rebelión cristera, cuando la Iglesia Católica y el Estado mexicano se enfrentaron en una cruenta lucha... los gobiernistas quemaban judas en la forma de curas con sotana, y los creyentes ponían fuego a monigotes con la traza de Obregón o Calles
La mujer de mi relato de hoy se llamaba Concepción Jiménez. Vivía tranquila con su hombre en un pueblo del norte del Estado cuando estalló la revolución de Madero
Hoy se conmemora en México el aniversario 114 de la Revolución Mexicana, cuyo conflicto armado tuvo como antecedente el descontento hacia la dictadura de Porfirio Díaz.
Acompañando a Madero y Carranza en distintas empresas militares, nombres como Lucio Blanco, Francisco Coss o Eulalio Gutiérrez rodean a la lucha revolucionaria en Coahuila
Con una mirada de burla desató las manos de la persona, que al día siguiente fue a dar a Chihuahua con otros prisioneros de guerra. De ahí escapó dos meses después.
Robles destacó la fortaleza del PRI coahuilense, que se llevó la mayoría de las alcaldías en las últimas elecciones, por lo que dijo que ‘si un partido no gana elecciones, desaparece, por ello es importante que el objetivo principal del PRI nacional sea ganar elecciones’
De pronto aquella árida visión se enriqueció. En la ventanilla apareció un par de bien torneadas piernas de mujer. Pertenecían a una soldadera que viajaba en el techo del vagón
Un hombre de compromisos, Carranza apoyó a Madero tras los inicios del ‘Plan de San Luis’ y éste lo hizo ministro de Guerra. Pero como todos los seres humanos, Carranza estuvo también lleno de defectos
En todo ha pensado este hombre para hacer que la vida de su gente sea mejor. Anduvo en la Revolución, pero no gusta de hablar de ella. Cuando alguien le pregunta por sus días de revolucionario tuerce el gesto