8 formas en las que tu cuerpo te grita que está enfermo
Si has notado en ti o en alguno de los miembros de tu familia algunos de los síntomas anteriores, te recomiendo que te realices los análisis médicos pertinentes en cualquier laboratorio, y acudas con tu médico de confianza
La prevención de enfermedades es una de las principales prioridades para cualquier persona en la actualidad, ya que tener una buena salud es importante para llevar una vida longeva, plena y feliz. Sin embargo existen enfermedades silenciosas que no pueden ser detectadas tan fácilmente, por lo que es necesario que aprendas a escuchar la sabiduría de tu cuerpo. Ya que cuando algo no anda bien en tu salud, tu cuerpo es capaz de reflejarlo a través de ciertos síntomas que muchos de nosotros ignoramos por falta de atención. En este artículo encontrarás ocho señales de alerta que te pueden ayudar a prevenir una posible enfermedad grave.
1. Orina
La orina revela información sobre el funcionamiento de algunos órganos vitales del cuerpo, por lo que es importante que detectes cambios extraños en ella, como una coloración diferente a la que estás acostumbrado, o un olor fuerte y desagradable. La orina de una persona sana debe tener un color amarillo claro y un olor que no es fuerte, por lo que una tonalidad muy transparente en la orina te puede indicar que tu cuerpo está reteniendo líquidos o bien si la orina tiene aspecto amarillo más fuerte con una consistencia espesa, puede representar una señal de que tu cuerpo está deshidratado.
2. Peso inestable
Hoy en día las personas suelen subir y bajar de peso según su dieta o estilo de vida, pero si alguien pierde o gana peso sin explicación alguna o de forma repentina y rápida, puede representar un claro indicio de que algo no anda nada bien.
3. Cambios físicos
La piel es el órgano más grande, sirve para proteger todo lo que hay dentro del cuerpo humano y su apariencia te puede indicar cómo te encuentras por dentro. Debes saber que te faltan vitaminas o calcio si notas algún cambio en la textura de tu piel como resequedad o manchas, labios partidos, uñas débiles y quebradizas o si se te cae el cabello en exceso.
4. Problemas de descanso
Un cuerpo saludable presenta energía y bienestar, por lo que es necesario que consultes a un médico si presentas constantemente un cansancio inexplicable, fatiga, debilidad o dificultad para realizar cualquier actividad.
5. Cicatrización
Una forma sencilla de saber cómo están actuando tus células en tu interior es observando tu cicatrización. Si te lastimas y tú piel está tardando mucho en regenerarse te puede indicar la falta de zinc en tu cuerpo o bien la presencia de una posible enfermedad como la diabetes.
6. Malestar corporal
Si detectas que últimamente te duele la cabeza, tienes cuerpo cortado, temperatura, mareos, diarreas excesivas o vomito sin motivo aparente, no lo dejes pasar, ya que tu cuerpo te está pidiendo atención.
7. Frecuencia cardiaca
Según el Dr. Lee Goldman, autor del libro Una aproximación al paciente con una posible enfermedad cardiovascular, la frecuencia cardiaca normal se encuentra 60 y 100 veces por minuto, sin embargo si sobrepasa los 100 latidos puede ser peligroso y se llama taquicardia, mientras que si se encuentra por debajo de los 60 latidos por minuto se llama bradicardia. Una frecuencia cardiaca anormal, te puede indicar alguna enfermedad del corazón, problemas con la tiroides o un bajo nivel de oxigenación en la sangre.
8. Frecuencia para ir al baño
El hecho de ir al baño representa un tema tabú entre las personas, sin embargo las características de los desechos fecales te pueden dar información sobre tu salud. Es muy importante que tomes en cuenta alguna anomalía en su forma, tamaño o color.
Estas simples medidas de auto observación y análisis corporal te pueden salvar la vida, ya que estos síntomas te ayudan a detectar si algo en tu cuerpo no está bien. Si has notado en ti o en alguno de los miembros de tu familia algunos de los síntomas anteriores, te recomiendo que te realices los análisis médicos pertinentes en cualquier laboratorio, y acudas con tu médico de confianza. No olvides que no debes automedicarte, pues para un correcto diagnóstico debes acudir a un centro de salud.