Estos son los beneficios del chisme, según la ciencia
COMPARTIR
Esta actividad no solo actualiza a los amigos sobre lo que ha estado sucediendo en sus vidas, sino que también refuerza su conexión emocional.
El chisme es una práctica bastante presente en la sociedad, y aunque a menudo tiene connotaciones negativas, la ciencia ha comenzado a arrojar luz sobre sus aspectos positivos y su papel en la socialización. Un estudio reciente publicado en Current Biology por investigadores de Dartmouth College, en Estados Unidos, ha explorado esta dinámica de una manera innovadora.
TE PUEDE INTERESAR: ¿Quiénes son más infieles, los hombres o las mujeres? Esto dice la psicología
Los investigadores, liderados por Eshin Jolly y Luke Chang, crearon un juego en línea en el que los jugadores debían colaborar para alcanzar distintos objetivos. Sin embargo, algunos participantes mantenían un perfil bajo, lo que obligaba a los demás a hablar sobre sus acciones para comprender mejor lo que sucedía. Este diseño buscaba simular una comunidad real, donde las acciones de cada miembro afectan al resto, aunque no siempre se observen directamente
“Nuestra inspiración fue crear un escenario realista en el que eres miembro de una comunidad y te ves afectado por las acciones de todos los demás miembros de la comunidad, la mayoría de los cuales rara vez observas y te involucras directamente”, explicó Jolly.
Al finalizar el juego, los investigadores encontraron que los jugadores que discutían sobre las acciones de otros se sentían más conectados entre sí. “Al intercambiar información con otros, el chisme es una forma de entablar relaciones”, comentó Chang en un boletín de Dartmouth. “Implica confianza y facilita un vínculo social que se refuerza a medida que se produce una mayor comunicación”.
Este intercambio de información, según los investigadores, tiene un efecto unificador. Según los resultados del estudio, el 85% de los chismes son charlas inofensivas, mientras que solo el 15% son mezquinos. Esto sugiere que la mayoría de los chismes no son maliciosos, sino que sirven como una herramienta para mantenernos informados sobre la moral pública y las normas sociales.
El estudio de Dartmouth subraya que el chisme es un medidor social y una manera efectiva de aprender a través de las experiencias de otros, permitiendo a las personas estrechar sus vínculos en el proceso. Este fenómeno ha sido respaldado por estudios evolutivos que sugieren que chismear facilita reforzar los lazos sociales.
Por ejemplo, cuando una persona se reúne con un amigo que no ve desde hace mucho tiempo, el acto de “ponerse al día” a menudo implica compartir chismes. Esta actividad no solo actualiza a los amigos sobre lo que ha estado sucediendo en sus vidas, sino que también refuerza su conexión emocional.
Lejos de ser únicamente una práctica negativa, el chisme tiene un papel significativo en la socialización humana. Según la ciencia, es una herramienta crucial para construir y mantener relaciones, ofreciendo un medio para intercambiar información y fortalecer los vínculos sociales. Este estudio de Dartmouth proporciona una perspectiva valiosa sobre cómo y por qué el chisme puede ser beneficioso, desafiando así las percepciones tradicionales sobre esta práctica tan común.