Fair Entrepreneur, la búsqueda del comercio justo del arte
Fair Entrepreneur es una iniciativa que busca armonizar a los factores que implican la tarea de encontrar el verdadero valor del arte
El arte contemporáneo propone retos como el entendimiento de nuevos conceptos, técnicas e ideas, pero sobre todo que su venta sea un proceso justo para todos los involucrados en el proceso de mercantilización. Fair Entrepreneur es una propuesta que busca dejar de lado la especulación para posicionar la ética.
Durante más de 30 años, Olga Margarita Dávila se ha dedicado a apoyar a los artistas en la producción de sus obras y a trabajar en organizaciones públicas para fomentar el consumo simbólico del arte, es decir que los públicos puedan verlo, pero existe un tercer grado para el arte.
“Para mi como para muchas otras personas, el arte no es sólo un objeto, sino una relación entre los productores, los medios de distribución y consumo. Al día de hoy no hay un consumo económico y para mi es momento de unificar el ciclo”, explicó Dávila.
Una de las principales metas es llegar a ese sector de la población con las necesidades básicas están resueltas y cuya posición les permite desear un plus en su vida, como el desarrollo de un patrimonio familiar, por ejemplo.
La aspiración de Fair Entrepreneur, es contrarrestar el ambiente desmotivador del sistema de venta en galerías y museos, ofreciendo bases justas tanto para el artista, como el intermediario y el comprador, a través de un método de comercio justo del arte, campo prácticamente inexplorado al menos de la manera en que esta asociación lo plantea.
“Pensando en el modelo del comercio justo que existe para cuestiones agrícolas pensé, ¿no podría ser lo mismo comercio justo en el arte, qué implicaría eso? Investigué y cuando buscas fair trade art encuentras cosas vinculadas a artesanías o comunidades sociales que producen artículos creativos y artísticos, pero no al arte”, señaló Dávila.
Es así fue como, tras varios años de realizar proyectos alternos e independientes para la venta ecuánime de arte, hace apenas unos meses echó a andar FE, sentando las bases que permiten un encuentro anímico y afectivo de las personas con la obra de arte, como explica su página web, haciendo resaltar lo que hay detrás, la singularidad, de cada pieza.
Así funciona Fair Entrepreneur
La valoración del ingenio es un campo minado, si logras resolver una ambigüedad más adelante surgen muchas más.
“Tiene muchas cosas que ver, entonces decidí usar la lógica como la de un bien o una joya, a diferencia del oro al que le hemos puesto un valor fuera de dimensión anímica, porque se trata del gesto de un artista, su capacidad de transmitir una realidad en un lienzo, por ejemplo. ¿Eso cómo lo mides?”.
Hubo que definir algunas reglas, como por ejemplo trabajar únicamente con artistas consolidados con una tasación previa en el mercado, ya que además la empresa aún no se encuentra en el momento ideal para invertir en la carrera de un emergente.
Además Fair Entrepreneur ofrece tiene marcos legales para promover el comercio justo, da planes de adquisición personalizados y flexibles, fomenta la cultura del coleccionismo y desarrolla programas de producción y promoción para sus artistas.
“Tomando en cuenta la estructura comercial capitalista, nos encontramos con la dificultad de valorar lo anímico, y la definición de ‘valor’, que tiene que ver con la deseabilidad, ¿qué tanto una comunidad desea un objeto?”, planteó Dávila.
Es en este punto donde surge uno de los valores definitorios en la este proyecto: Fair Entrepreneur ofrece piezas cuyo valor puede ser palpable en su factura y su sustento conceptual.
“Pensamos en hacer un sistema donde metieramos datos como el lugar donde nació el artista y en qué lugares ha expuesto, fue divertido pensar en cómo íbamos a calificar las galerías del mundo para que arrojara un ranking, como una manera de traducir lo cualitativo a lo cuantitativo”, explicó Dávila quien trabaja en conjunto con el artista Daniel Alcalá.
Hoy depende de las situaciones del artista, pues cuando su elección se somete a un escrutinio, sí se valoran algunos puntos muy específicos, creando una fórmula entre el costo de la producción de la pieza, la determinación de un salario mínimo por hora y el tiempo que le tomó al artista hacer su obra, el costo de los materiales, de sus estudios, la importancia de los sitios donde ha expuesto y las notas que surgieron de ello.
En otras ocasiones, se atiende las emergencias económicas del propio artista.
“Esto se trata de la confianza y de mi propia honorabilidad, mi intención es devolverle la integridad que ha perdido el arte en el término del comercio a partir de la voz del artista, los márgenes de ganancia son cortos, porque me interesa legitimar esto”.
La familiaridad del público con un sistema de éste estilo no es mucha, pero ella asegura que para la microempresa esto representa un beneficio.
“Quienes lo escuchan se interesan, son demasiadas las cosas a nuestro favor: que es nuevo, que no se conoce, que es algo que me estoy inventando y aunque es una ventaja implica un paso lento, pero con esa característica, voy sin ningún miramiento”, finalizó Dávila.
¿Qué es el comercio justo?
Según la Organización Mundial del Comercio justo, se trata de un sistema comercial basado en el diálogo, la transparencia y el respeto con la intención de buscar una mayor equidad en el comercio, que ejerce mejores condiciones comerciales y asegura los derechos de productores y trabajadores desfavorecidos.
El dato
> El margen de ganancia de FE es de 40 sobre 60 a favor del artista.
> Trabaja con artistas como Irma Poeter, Enrique Ciapara, Luis Carrera entre otros.
> Como parte de FE se puede apreciar ‘Estética’ en la galería Casa República de Saltillo.
> El proyecto trabaja en cercanía con Distrito 14.