Por esta razón los jóvenes ya no quieren ser papás, según la UNAM
Uno de los principales factores que influyen en la decisión de no tener hijos es la inestabilidad laboral.
En los últimos años, se ha observado un cambio en la actitud de los jóvenes hacia la paternidad y la maternidad. Aunque formar una familia sigue siendo un deseo para muchos, la decisión de tener hijos se ha visto afectada por diversos factores sociales, económicos y culturales. De acuerdo con Luz María Galindo Vilchis, académica de la UNAM, este fenómeno responde a condiciones desfavorables que enfrentan los jóvenes en la actualidad, más allá de una simple falta de interés por ser padres.
TE PUEDE INTERESAR: ¿El amor eterno existe? Esto dice reconocido psiquiatra
Uno de los principales factores que influyen en la decisión de no tener hijos es la inestabilidad laboral. Según Galindo Vilchis, “cada vez es más difícil encontrar un empleo fijo”, y en muchos casos, los trabajos que se consiguen ofrecen sueldos bajos con largas jornadas laborales. Esto es especialmente relevante en México, donde los jóvenes trabajan más horas y reciben menos salario en comparación con otros países de la OCDE. Esta situación genera incertidumbre y preocupación entre quienes desean formar una familia, ya que los salarios no son suficientes para sostener a los hijos ni para garantizar un futuro económico estable.
La académica destaca que, aunque los jóvenes logren obtener empleo, el ingreso no cubre las necesidades básicas de una familia. La pregunta que muchos se hacen es: “¿Con qué van a mantener a los hijos?” Este es un interrogante constante para una generación que enfrenta mayores desafíos económicos y laborales que sus predecesores.
Otro aspecto clave es el alto costo de las rentas, que limita la independencia económica de los jóvenes. Muchos no pueden permitirse vivir solos y deben continuar compartiendo vivienda con sus padres o amigos. Esta situación crea una barrera adicional para aquellos que desean formar una familia, ya que sin estabilidad económica o un hogar propio, es difícil considerar la paternidad o maternidad como una opción viable.
Además, los largos trayectos que muchos jóvenes deben hacer desde las zonas conurbadas hacia sus lugares de trabajo agravan la situación. Pasar varias horas al día en el transporte público reduce considerablemente el tiempo libre y la energía disponible para dedicarse a una familia.
Para la comunidad LGBTQ+, las barreras son aún mayores. Según Galindo Vilchis, las dificultades en procesos como la adopción o la gestación subrogada retrasan significativamente el momento en que las personas de este colectivo pueden formar una familia. Además, los obstáculos legales y sociales que enfrentan añaden otra capa de complejidad a la decisión de tener hijos.
Galindo Vilchis señala que para mejorar las condiciones de los jóvenes y facilitar la decisión de tener hijos, es necesario un cambio en las políticas públicas. Proponer soluciones como la creación de empleos cercanos a las viviendas, el desarrollo de zonas laborales en las áreas conurbadas de la Ciudad de México y la consideración de las necesidades específicas de los jóvenes son pasos cruciales.
La académica resalta que debe haber voluntad política para implementar estas políticas y generar un entorno más favorable para los jóvenes que desean formar una familia. De lo contrario, la tendencia a retrasar o evitar la paternidad y maternidad seguirá creciendo.
La decisión de no tener hijos entre los jóvenes no se debe simplemente a un cambio de actitud o valores. Se trata de un reflejo de las dificultades económicas, la inestabilidad laboral y las condiciones sociales desfavorables que enfrentan en su día a día. Para revertir esta tendencia, es fundamental que se implementen políticas públicas que mejoren las oportunidades laborales y económicas de los jóvenes, permitiéndoles considerar la formación de una familia como una opción viable y realista en el futuro.