¿Qué es la ‘bigorexia’? Y sus efectos negativos a la salud mental y física
COMPARTIR
TEMAS
Reconocer los síntomas y pedir ayuda a tiempo puede marcar la diferencia
La bigorexia, también conocida como dismorfia muscular, es un trastorno psicológico que provoca una obsesión por desarrollar masa muscular y alcanzar un cuerpo “perfecto”. Aunque suele pasar desapercibida, esta condición puede tener graves consecuencias en la salud mental, física y social de quienes la padecen.
¿Qué es la bigorexia?
La bigorexia se caracteriza por una percepción distorsionada del propio cuerpo. Quienes la sufren se miran al espejo y se consideran delgados o débiles, incluso cuando su físico demuestra lo contrario. Este pensamiento los lleva a pasar horas en el gimnasio, seguir dietas estrictas, consumir suplementos o esteroides anabólicos y sentir ansiedad si no entrenan.
Aunque afecta a hombres y mujeres, los casos más comunes se presentan en jóvenes varones que buscan cumplir con estándares de belleza basados en fuerza y musculatura.
Señales de alerta
Detectar la bigorexia puede ser difícil, ya que muchas conductas asociadas parecen “hábitos saludables”. Sin embargo, hay señales que deben tomarse en cuenta:
- Entrenar de forma excesiva y sentir culpa o ansiedad al no hacerlo.
- Evitar eventos sociales para no alterar la dieta o el entrenamiento.
- Uso compulsivo de suplementos o esteroides.
- Baja autoestima y comparación constante con otros cuerpos.
- Aislamiento social o problemas en el entorno familiar y laboral.
Consecuencias en la salud
Más allá de los daños psicológicos, la bigorexia puede afectar la salud física. El exceso de entrenamiento puede causar lesiones musculares, articulares y cardíacas, mientras que el abuso de sustancias para aumentar la masa corporal puede provocar problemas hormonales, hepáticos o renales.
A nivel emocional, este trastorno puede generar depresión, ansiedad y frustración, ya que la persona nunca se siente satisfecha con su cuerpo.
Buscar ayuda es fundamental
La bigorexia no se trata solo de vanidad, sino de un trastorno de salud mental que requiere atención profesional. La terapia psicológica y la orientación nutricional son claves para recuperar una relación saludable con el cuerpo y el ejercicio.
Reconocer los síntomas y pedir ayuda a tiempo puede marcar la diferencia entre una vida dominada por la obsesión y una donde el bienestar físico y emocional estén en equilibrio.