Tomarse un café con la culpa

Tomarse un café con la culpa

Recuerda que la culpa, al igual que todas las emociones, es una señal.

Vida
/ 30 agosto 2025
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La culpa es una emoción que muchas veces llega con un libro gordo de leyes bajo el brazo.Un libro pesado, lleno de reglas, mandatos y normas que aprendimos —algunas con amor, otras con miedo— y que dictan cómo debemos ser, cómo debemos actuar, qué está bien y qué está mal.

Cuando te sientas a tomar un café con la culpa, imagina que ese libro está abierto frente a ti. Y la culpa es como ese guardián que te invita a revisar cada página, a leer cada ley, a ver en qué te equivocaste, qué norma rompiste. La pregunta que la culpa responde es clara: ¿Cuál es la ley que no cumplí?

Quizá en casa había una regla que parecía inquebrantable, una ley que se repetía una y otra vez: “No puedes dormir en la tarde porque eso es de flojos”. O tal vez: “No debes expresar tu enojo porque vas a hacer enojar a los demás.” O incluso: “Tienes que ser perfecto para que te quieran”.

Y ahora que eres grande, sientes culpa cuando haces alguna de esas cosas que, sin saber bien por qué, creíste que estaban prohibidas. Te sientes mal por descansar, por poner límites, por equivocarte. La culpa se apodera de ti porque tu código interno dice: “Rompes una ley”.

Pero ese libro no es sagrado ni eterno. Es un libro que podemos abrir, leer y... cuestionar.

Cuando tomas café con la culpa, no estás para castigar, sino para escuchar. Para preguntarle: “¿Qué ley estoy siguiendo? ¿De dónde viene? ¿Para qué me sirve? ¿Me fortalece o me limita?”

Quizá descubras que muchas de esas leyes fueron puestas en tu interior cuando eras niño o niña, sin darte oportunidad de decidir si las querías aceptar. Quizá veas que algunas reglas ya no tienen sentido para ti hoy, que te hacen daño, que te frenan. Y entonces puedes elegir cambiar ese código, actualizarlo.

Porque el derecho a descansar, a equivocarte, a decir no, a poner límites, a ser imperfecto, también debe estar en ese libro. Y está bien que así sea. Es tu libro. Tu ley. Tomarse un café con la culpa es permitirte la compasión para contigo mismo.

Es entender que la culpa no es para castigarte, sino para que puedas crecer, sanar y transformar esas leyes internas que te limitan. Así que, cuando llegue la culpa a tu mesa, dile: “Gracias por venir, sé que quieres que me esfuerce y mejore, pero quiero revisar este libro contigo, quiero entender qué ley me está frenando, y si necesito, cambiarla”. Recuerda que la culpa, al igual que todas las emociones, es una señal.

No es tu enemiga, sino un guía que te invita a cuestionar y a construir nuevas reglas que te ayuden a vivir mejor. Y como siempre, recuerda: Somos un todavía. Todavía aprendiendo, todavía creciendo, todavía construyendo nuestro propio libro de leyes.

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Licenciada en Ciencias para la Familia, especializada en armonía emocional, formación de hábitos y desarrollo de la fuerza de voluntad. Terapeuta, conferencista y tallerista internacional con más de 22 años de experiencia. Autora del libro ¿Cómo desarrollar hijos fuertes y seguros? Coautora de nueve libros de la colección Aprender a Querer. Autora y creadora del programa Humans UP y de la colección de 12 libros Mi Diario HUP. Creadora y productora de Big Bang Zoe, serie infantil en YouTube con enfoque en habilidades socioemocionales para niños de 3 hasta 15 años.

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