¿Un día te levantas y has envejecido? Esto dice la ciencia

Vida
/ 7 marzo 2025

Las nuevas tecnologías están permitiendo a los científicos comprender mejor cómo funciona realmente este proceso.

Por: Mohana Ravindranath

Muchas personas tienen la sensación de que el envejecimiento se produce con paradas y arranques. Tras un periodo de navegación tranquila, un día, aparentemente de la nada, te duelen las rodillas.

“Te levantas por la mañana y de repente te sientes viejo”, dijo Steve Hoffmann, profesor de biología computacional del Instituto Leibniz sobre el Envejecimiento en Jena, Alemania. “Esa es más o menos la impresión”.

Resulta que puede haber una base científica para esta experiencia. Mediante el análisis de indicadores relacionados con la edad, como proteínas y marcadores de ADN en el torrente sanguíneo, algunos científicos están llegando a comprender que el envejecimiento en la edad adulta no es un proceso lineal, sino quizá uno que salta drásticamente en determinados momentos de la vida.

He aquí lo que han aprendido hasta ahora, y lo que podría significar en última instancia para tu salud y tu esperanza de vida.

¿Qué aspecto tiene el ‘envejecimiento no lineal’?

Los científicos sospechan desde hace tiempo que el envejecimiento puede producirse en ráfagas, pero solo empezaron a utilizar señales moleculares para medir el ritmo del envejecimiento en la última década aproximadamente.

Un estudio de Stanford ampliamente difundido y publicado el año pasado rastreó varios cambios moleculares asociados al envejecimiento en muestras de sangre recolectadas de 108 adultos de entre 25 y 75 años. Comparando muestras de sujetos de distintas edades, descubrió que las personas parecían envejecer más rápidamente alrededor de los 44 años, y de nuevo alrededor de los 60. Los conjuntos de cambios en el primer pico parecían estar relacionados sobre todo con el metabolismo de las grasas y el alcohol, así como con la función muscular, y el segundo pico sobre todo con la disfunción inmunitaria y la función muscular. El primer pico podría ayudar a explicar por qué las personas parecen tener más problemas para procesar el alcohol a partir de los 40 años, y por qué se vuelven más propensas a enfermar a los 60, dijo Michael Snyder, profesor de genética de la Facultad de Medicina de Stanford y coautor del estudio.

También el año pasado, un estudio en ratones, del que Hoffmann es coautor, descubrió que se producían modificaciones químicas repentinas en el ADN de los roedores en el periodo entre sus primeras etapas de vida y la mitad de estas y de nuevo en el periodo entre la mitad de sus vidas y la edad avanzada.

Y en un estudio de 2019 en el que se analizó el plasma sanguíneo de más de 4000 personas, los científicos informaron de que había saltos significativos en las concentraciones de proteínas asociadas al envejecimiento en la cuarta, séptima y octava década de la vida.

Otros expertos piensan que el envejecimiento no se produce necesariamente en arranques breves, sino en fases más largas. Steve Horvath, a quien se considera pionero de las herramientas de envejecimiento biológico conocidas como relojes epigenéticos, dijo que un estudio que dirigió en 2013 descubrió que el ritmo de envejecimiento sigue una curva pronunciada desde la primera infancia hasta la pubertad, pero se vuelve lineal a partir de los 20 años. (Horvath es ahora investigador principal de Altos Labs, una empresa de biotecnología enfocada en mejorar la salud celular y ralentizar las enfermedades relacionadas con el envejecimiento).

También hay datos preliminares que sugieren que ciertos órganos, como el corazón o el cerebro, pueden envejecer más deprisa que otros, dijo Tony Wyss-Coray, profesor de neurología y ciencias neurológicas de la Universidad de Stanford, quien fue uno de los autores del estudio de 2019.

Tanto si se producen por fases como por ráfagas, aún no está claro cómo contribuyen realmente todos estos cambios moleculares al envejecimiento y a las enfermedades relacionadas con la edad. Aun así, este tipo de hallazgos podría ofrecer más información sobre la biología subyacente a los cambios bien conocidos en la mediana edad, como la ralentización del metabolismo, dijo Allison Aiello, profesora de epidemiología del Centro de Envejecimiento Robert N. Butler de Columbia.

En la práctica, podría significar que las personas podrían controlar mejor su salud, centrándose en los cambios y afecciones específicos que se correlacionan con su edad concreta, dijo Aditi Gurkar, profesora adjunta de medicina del Instituto del Envejecimiento de la Universidad de Pittsburgh.

¿Y ahora qué?

Estos resultados son “bastante interesantes, pero yo diría que preliminares”, dijo Eric Verdin, presidente y director ejecutivo del Instituto Buck de Investigación sobre el Envejecimiento. Y dijo que estos planteaban toda una serie de preguntas:: “¿Qué está ocurriendo? ¿Qué órgano o conjunto de órganos está provocando estos grandes cambios?”.

Hay otras preguntas abiertas, como si los cambios varían de un individuo a otro o entre sexos, y en qué medida pueden contribuir el estilo de vida y el comportamiento, ya que cada vez hay más pruebas de que determinados acontecimientos —como el embarazo, el trauma y las adversidades o incluso una infección por covid— también pueden acelerar el envejecimiento biológico.

Los expertos dijeron que están ansiosos por responder a estas preguntas con estudios longitudinales que sigan los cambios a lo largo de la vida de una persona. Ese método tendría en cuenta las diferencias del entorno o estilo de vida entre los sujetos.

“Si realmente quieres identificar si se trata de una tendencia lineal, o si existen estos brotes que se producen en periodos de tiempo muy específicos, querrías seguir a las mismas personas para ver si se trata de cambios biológicos”, dijo Aiello.

Hasta ahora, los investigadores solo están “tocando la superficie” de cómo se relacionan los cambios moleculares con el envejecimiento, dijo Luigi Ferrucci, director científico del Instituto Nacional sobre el Envejecimiento. Añadió que, si aprenden más, podrán ayudar a las personas a vivir mejor durante más tiempo y a prevenir las enfermedades.En lugar de declinar a los 70, podemos intentar que decline a los 75, y ganar cinco años de buena vida”.

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