Así fue el adiós de Kobe Bryant, al más puro estilo Hollywood

Kobe Bryant puso fin a su increíble carrera al estilo de Hollywood.

Bryant anotó 60 puntos en su último juego en la NBA, poniendo broche de oro a 20 años de carrera con un increíble despliegue ofensivo en la victoria de los Lakers de Los Ángeles el miércoles 101-96 sobre el Jazz de Utah.

Bryant anotó 23 unidades en el último cuarto, logrando su primer juego de 50 puntos desde febrero de 2009 y encabezando la remontada de los Lakers de una desventaja de 15 puntos para ganar el último partido en la peor temporada en la historia del equipo.

«Es difícil creer que haya sucedido así», dijo Bryant. «Sigo sorprendido».

Con todo el Staples Center de pie, Bryant encestó un triple a 59 segundos del final. Logró otro a falta de 31 segundos, para dar a los Lakers ventaja de 97-96. Terminó con una asistencia antes de dejar el juego con 4,1 segundos en el reloj en la victoria número 17 de los Lakers esta temporada.

«El final perfecto hubiese sido un campeonato», dijo Bryant con una sonrisa. «Pero hoy intenté salir, trabajar duro y dar tanto espectáculo como pude. Se siente bien poder hacerlo una última vez».

Bryant y sus compañeros conspiraron para lograr una última explosión ofensiva del entonces tercer máximo anotador en la historia de la NBA.

Bryant necesitó de 50 disparos, una marca personal, en 42 minutos sobre la cancha para alcanzar la cifra. Fue su máxima anotación desde que logró 61 ante Nueva York en 2009. Fue el quinto mejor juego en anotaciones de su carrera, y se convirtió en el jugador de mayor edad en conseguir 50 puntos en un partido.

Fue uno de los últimos clásicos de la Mamba Negra, el sobrenombre con el que conoce a Bryant.

«No me sorprende la forma en que se va», dijo el técnico de los Lakers, Byron Scott, compañero de equipo de Kobe en su temporada de novato. «Sesenta puntos no son una sorpresa. Sabía que lo tenía dentro».

Toda la noche fue un tributo a Bryant, quien se retira luego de 20 temporadas, cinco campeonatos y 18 Juegos de Estrellas con los Lakers, que le rindieron tributo antes y después del encuentro. Bryant es apenas el quinto jugador en la historia de la NBA en jugar 20 temporadas, y el primero en hacerlo con un solo equipo.

El jugador se dirigió brevemente a la grada tras el juego para expresar su agradecimiento por el apoyo recibido.

«Creo que la parte más importante es que estuvimos juntos de principio a fin», manifestó. «Siempre estarán en mi corazón y sinceramente, sinceramente, lo aprecio. Gracias de corazón. Los quiero».

Kobe tuvo también un momento divertido al término de su partido 1.346 en temporada regular, con un total de 33.643 puntos en su carrera.

«Lo que me hizo gracia durante toda la noche fue que, después de pasar 20 años con todo el mucho chillándome para pasar la bola, ahora me decían ‘¡No la pases’!», explicó con una sonrisa.

Bryant superó su anterior record personal de 47 disparos, conseguido el 7 de noviembre de 2002 durante una derrota contra Boston.

«¡La mamba se va!», fueron las últimas palabras de Bryant a su afición.

La despedida al ídolo se prolongó durante toda la jornada, con miles de aficionados llenando las calles del centro de Los Ángeles próximas al Staples Center y coreando su nombre desde primera hora de la tarde. Quienes tuvieron la suerte de poder entrar al estadio respondieron con ovaciones en cada oportunidad posible. Magic Johnson, que condujo un pequeño tributo previo al juego, dijo que Bryantera «la mayor y más importante celebridad que hemos tenido en esta ciudad en 20 años» y «el más grande que ha vestido el púrpura y oro», en referencia a los colores tradicionales de los Lakers.

Tras repartir besos al aire y golpearse con la mano en el pecho antes del pitido inicial, Bryant se puso manos a la obra para dar a la grada lo que quería ver. Pero falló sus cinco primero lanzamientos antes de amagar un salto y lograr finalmente una canasta y conseguir su ritmo de juego.

Los Lakers frenaron una seguidilla de seis derrotas en su último juego de la temporada, y su exigente afición pudo olvidar por una noche un año horrible en lo deportivo.