'El Chapo' Guzmán ya ve borroso, a su alrededor no hablan español y lo raparon por ello

Nacional
/ 14 julio 2020

    Desde el pasado 19 de julio, El Chapo Guzmán, llegó a la cárcel más segura de Estados Unidos. La abogada Mariel Colón fue entrevistada por Univisión Noticias para conocer todo sobre su última visita.

    De las 23 horas del día, el narcotraficante Joaquín Guzmán Lorea pasa una hora dentro de una jaula. El Chapo Guzmán no habla, la gente de su alrededor no habla su mismo idioma, en un mes y medio su vista empeoró, ve borroso.

    Desde el pasado 19 de julio, El Chapo Guzmán, llegó a la cárcel más segura de Estados Unidos. La abogada Mariel Colón fue entrevistada por Univisión Noticias para conocer todo sobre su última visita.

    “Se pasa todo el tiempo en aislamiento, nadie habla español, los guardias no hablan español así que se le dificultan muchas cosas” informó Colón. Una de las anécdotas que compartió fue que el capo pidió que le rebajaran el cabello, él dijo “cut”, pero entendieron que quería ser rapado, por lo que obtuvo algo que no quería. 

    Algo de lo que más llamó la atención de sus defensores legales fue el daño en la vista de ‘El Chapo’: el mes pasado notaron que su vista disminuyó a tal grado que no puede leer sin sus anteojos, trató de pedir lentes pero nadie le entendió. Un obstáculo más a la barrera del idioma.

    En la prisión de máxima seguridad donde se encuentra ‘La Alcatraz de las Rocosas’ perdió varios de los privilegios con los que contaba, ya no puede recibir visitas legales todos los días. Únicamente puede ser visto por sus abogados cinco veces al mes y hasta el momento no ha visto a sus gemelas. 

    La celda en la que se encuentra preso cuenta con una cama hecha de losa de acero y un colchón delgado, un escritorio de metal, un inodoro y lavabo del mismo material, una pequeña televisión con la emisión de programas educativos y religiosos.

    Los movimientos del preso son registrados las 24 horas del día gracias a una cámara montada en el techo, nunca se apaga como medida de vigilancia.

    Por una pequeña rendija le pasan los alimentos y debe beber el agua del grifo, por regla de la penitenciaría, algo que a él le desagrada.

    El mexicano puede realizar una llamada al mes de máximo 15 minutos, el pasado mes de agosto utilizó ese privilegio para hablar con su mamá María Consuelo Loera Pérez y su hermana Bernarda. 
     

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