Hospital español, primero en el mundo que opera la parálisis facial con dos pequeñas incisiones
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Los cirujanos usan una combinación de endoscopia, microcirugía reparadora y cirugía plástica de autotrasplante de tejidos, musculatura y nervios para tratar a los pacientes.
El hospital Vall d'Hebron, en Barcelona, es el primer centro en el mundo en usar una técnica mínimamente invasiva para operar la parálisis facial, que consiste en realizar sólo dos pequeñas incisiones, detrás de la oreja y en el interior de la boca del paciente.
Un total de 24 personas se ha beneficiado de esta nueva cirugía facial en los últimos cuatro años, informó hoy el hospital, un centro público de gran prestigio y uno de los más grandes de España.
Esta intervención, que realizan los profesionales de la Unidad de Parálisis Facial, creada en octubre de 2016, permite reducir el tiempo de intervención respecto a la que se realiza en otros centros, y el postoperatorio es más corto, lo que ayuda a iniciar antes la rehabilitación de los músculos afectados.
Los cirujanos usan una combinación de endoscopia, microcirugía reparadora y cirugía plástica de autotrasplante de tejidos, musculatura y nervios para tratar a los pacientes.
El jefe del Servicio de Cirugía Plástica y Quemados de este centro, Joan Pere Barret, explicó que se trata de una técnica "muy compleja, de tercer nivel", que implica realizar un trasplante de nervios o de nervios y músculo de la pierna del paciente a la cara.
La técnica habitual de este tipo de intervención deja una gran cicatriz en la cara, mientras que en Vall d'Hebron han conseguido que sólo se tengan que hacer dos pequeños cortes detrás de la oreja y en el interior de la boca, que quedan escondidos a la vista.
Además, la inflamación y el edema posteriores son menores, se reduce el dolor y se adelanta el alta del paciente.
En la operación participan cuatro cirujanos plásticos, dos anestesiólogos y dos profesionales de enfermería.
La parálisis facial es una patología que afecta a entre 15 y 45 personas por cada 100,000, y sólo un 30 por ciento no consigue una recuperación completa.
Este tipo de dolencia pone en peligro la viabilidad del ojo, altera el habla, dificulta la alimentación, y tiene un gran impacto psicológico y emocional en la persona afectada.
La causa más frecuente de esta lesión es la denominada "parálisis de Bell" o "parálisis facial a frigore"; otra causa es tumoral, por neurinoma (tumor) del nervio auditivo; seguida por cáncer de la glándula parótida, y además existen dos tipos de parálisis congénita.