López Gatell gana protagonismo y poder gracias a la pandemia del COVID-19

Nacional
/ 1 noviembre 2020

Convertido en la mano derecha de López Obrador, la tragedia ha llevado al funcionario a alcanzar la popularidad en México

CDMX.- Fue el pasado 16 de marzo cuando Hugo López-Gatell, susbsecretario de Prevención y Promoción de la Salud lanzó esa frase que provocó la persecución política que se ha ganado con el paso de los meses.

“La fuerza del presidente es moral, no es una fuerza de contagio”, fue lo que dijo el funcionario público en relación a porqué Andrés Manuel López Obrador no usa cubrebocas para protegerse de la pandemia del COVID-19.

Desde ahí, López-Gatell ha sido llamado “burócrata de la saldo”, “servil al poder”, entre otros apodos adjudicados a la forma en que maneja los asuntos relaciones con el coronavirus en México.

En contradicción con la Organización Mundial de la Salud para López-Gatell el uso de cubrebocas, entre otras medidas se sana distancia, han sido contradictoras desde que comenzaron a subir los casos de la mortal enfermedad en el país.

Esto lo ha llevado a ser denunciado en dos ocasiones ante la Fiscalía General de la República (FGR): primero por parte del Partido de Acción Nacional el 14 de septiembre y otra por los senadores de aquel partido.

Aquí en México, muy al contrario, las organizaciones sociales están calladas y no han hecho nada. Mientras López Obrador sigue manejando a su antojo su capital político”.

“Acusamos a López-Gatell de sabotaje, pues con sus acciones y omisiones entorpece los servicios de salud. Comete además un ejercicio ilícito de del servicio público, pues incumple con su responsabilidad de proteger la vida de las personas, de aquí se desprenden los delitos de homicidio y lesiones”, fue lo que dijo Raymundo Bolaños Azócar, apoderado legal del PAN.

Por su parte, Alejandra Reynoso, afirmó “no entendemos cuál es su verdadera función, ¿es el vocero o estratega?, ¿está asumiendo la responsabilidad que le corresponde al Consejo de Salubridad General?... No se sabe”.

Entre el mismo subsecretario de Salud y el titular del Ejecutivo, el uso del cubrebocas se ha vuelto un acto de negación por parte de ambas figuras políticas.

El 3 de abril, López-Gatell afirmó que el cubrebocas da “una falsa sensación de seguridad” y, para el 28 de septiembre, lo usó para limpiar sus lentes. Misma situación ronda alrededor de López Obrador pues, el 18 de marzo, le pidió a los mexicanos usar “amuletos y estampitas” para espantar al COVID-19.

Para los detractores del médico y epidemiólogo, la aplicación Centinela que utiliza para monitorear los contagios por coronavirus es inútil e, incluso, se sabe que no es recomendada por la OMS.

Fabián Infante, doctor y líder del Frente Nacional de Trabajadores de la Salud, aseguró que México se atrasó cuatro meses para capacitarse ante la pandemia, pues desde diciembre ya esta existía en China y se sabía que tarde o temprano llegaría a otros países.

De febrero a la fecha, la FNTS le ha pedido al funcionario una mesa diálogo, junto al desaparecido secretario de Salud, Jorge Alcocer, para exponer sus demandas laborales y pedir mejores condiciones para trabajar ante el COVID-19.

Y es que Hugo, de 51 años, ha “borrado del mapa” a Alcocer, de 74, pues da la pinta de ser el “rockstar” de estos tiempos de pandemia.

LA RAZÓN DE SU ASCENSO

El médico estudió en el Colegio Madrid para después profesionalizarse en la Facultad de Medicina de la UNAM. Estado ahí se integró al Consejo Estudiantil Universitario, liderados por Antonio Santos, Imanol Ordorika y Carlos Imaz.

En la segunda generación del CEU, el hoy subsecretario coincidió con Ana Cristina Laurell, quien fungía como subsecretaria de Integración y Desarrollo.

Al salir de la UNAM, en 1994, Hugo López-Gatell Ramírez presentó su tesis “Predictores de Infección en Pacientes con Lupus Eritematoso Generalizado”, siendo asesorado por nada más y nada menos que Jorge Alcocer.

Tras ello, el funcionario público se especializó con un posdoctorado en epidemiología en la Bloomberg School of Public Health, de la Universidad Johns Hopkins, centro educativo que recoge las cifras actuales del coronavirus a nivel mundial.

A LA ‘FAMA’

Del año 2008 al 2012, Gatell trabajó con Felipe Calderón como director de Epidemiología de la Secretaría de Salud, fue ahí cuando le tocó afrontar la influenza AHN1, en 2009.

De inmediato se incorporó al sexenio de Enrique Peña Nieto como director de Innovación en Vigilancia y Control de Enfermedades Infecciosas, en el Instituto Nacional de Salud.

Con un salario mensual de 153 mil pesos, siendo la mano derecha de Alcocer y trabajando de la mano con Laurell, López-Gatell arribó a la Subsecretaría gracias al actual presidente de México.

Fue la llegada del COVID-19 lo que lo hizo desplazar a Ana Cristina y a Jorge, para ser el que tomara primero las decisiones en relación con la pandemia, convirtiéndose en la voz de AMLO.

“Desde el principio decidimos poner orden, no vamos a hablar todos. Y me tocó designar a Hugo como vocero, y estuvieron de acuerdo quienes forman parte del equipo del sector Salud”, dijo el mandatario.

Pero los números no mienten. Según el mismo subsecretario de Salud, un “escenario muy catastrófico” para México sería llegar a 60 mil muertos y, para el corte de ayer sábado, se han contabilizado casi 92 mil muertes.

El médico pediatra Gabriel Pérez Rendón, quien estuvo con López-Gatell en el CEU, asegura que las denuncias deberían venir de organizaciones sociales tal como ha sucedido en Brasil y no de parte de la oposición a la Cuarta Transformación como ha sucedido.

“Aquí en México, muy al contrario, las organizaciones sociales están calladas y no han hecho nada. Mientras López Obrador sigue manejando a su antojo su capital político”, dice Pérez Rendón. Con información de Proceso

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