Trump, el primer presidente de EU que no ha viajado al exterior en sus primeros 100 días

Donald Trump es el primer presidente de Estados Unidos en décadas que no ha viajado al exterior en sus primeros 100 días de Gobierno.

Su lema "America First" (Estados Unidos primero) se traduce aquí en una agenda exterior más contenida que la sus predecesores, sobre todo Barack Obama, que en este tiempo había visitado ya nueve países, entre ellos México, Reino Unido, Francia, Alemania, Turquía e Irak.

El demócrata se propuso cambiar la imagen negativa de Estados Unidos en el mundo y ejerció la diplomacia directa y personal para ello.

Trump, sin embargo, considera que sirve más a su propósito ser él quien recibe a líderes internacionales en la Casa Blanca, símbolo del poder estadounidense, según la cadena CNN. En campaña ya dijo que no saldría mucho para priorizar los asuntos nacionales.

Hay no obstante analistas en Washington que vinculan más que Trump no haya salido aún de Estados Unidos con su impopularidad en el exterior, que podría confrontarlo con protestas, así como con su edad -70 años- y su reticencia a abandonar sus costumbres.

Cabe recordar que durante la campaña electoral volvía siempre a dormir en su cama, en la Torre Trump de Nueva York.

Su primer viaje al exterior será en mayo, cuando vaya a Italia a la cumbre del G-7. Ese mismo mes se lo espera en Bruselas para la cumbre de la OTAN. En julio viajará a Alemania para la del G-20.

Trump se ha saltado la tradición por la que el nuevo presidente de Estados Unidos visita como máximo a principios de abril a uno de sus más inmediatos vecinos: Canadá o México.

En ambos países es alta su impopularidad. En México, por razones conocidas: lo ha demonizado desde la campaña electoral y lo acusa de los males económicos que afectan a Estados Unidos y de enviar criminales a través de la frontera, además de querer hacerle pagar el polémico muro que quiere levantar en la frontera.

A los canadienses tampoco les gusta Trump, según las encuestas y pese a que Justin Trudeau, con políticas en las antípodas de las de Trump, ha adoptado una postura pragmática hacia la situación que se ha abierto con el nuevo presidente en la Casa Blanca.

Ronald Reagan viajó a Canadá a principios de marzo de 1981 y George H.W. Bush fue a México en febrero de 1989. Bill Clinton estuvo en Canadá a comienzos de abril de 1993, mientras que George W. Bush, como había hecho su padre, eligió México en febrero de 2001. Barack Obama fue a Canadá en febrero de 2009.

De los mandatarios de los dos países vecinos, Trump solo se ha reunido desde su llegada a la Casa Blanca con el canadiense Trudeau, que estuvo en Washington en febrero. Lo invitó entonces a ir a su país, pero nada se ha dicho de un viaje de Trump allí.

El presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, iba a haber sido el primer gobernante en verse con Trump en la capital estadounidense pocos días después de su investidura, pero canceló el viaje por un incendiario tuit del republicano en el que le instaba a no desplazarse si iba a seguir manteniendo que México no pagaría el muro que él quiere construir en la frontera entre los dos países.

Oficialmente, el encuentro quedó aplazado. A día de hoy no hay expectativa alguna de que Trump y Peña Nieto se reúnan ni en Washington ni en Ciudad de México.

En los primeros 100 días de Trump, quienes han llevado mensajes fuera han sido el vicepresidente, Mike Pence, que acaba de terminar una maratoniana gira asiática, y el secretario de Estado, Rex Tillerson, que sí que viajó a Ciudad de México. También están viajado al exterior el secretario de Defensa, James Mattis, y el asesor de seguridad nacional H.R. McMaster.

Donde sí viaja Trump es a Florida: desde que llegó al cargo, en su mansión de Mar-a-Lago ha pasado más de la mitad de los fines de semana. Y allí se ha llevado a líderes internacionales que lo han visitado antes en la Casa Blanca, entre ellos el presidente chino, Xi Jinping.