Carnicero, un oficio que deja de ser exclusivo para varones en Saltillo

Coahuila
/ 9 octubre 2021

Cintya Rodríguez, tablajera, considera que su oficio le ha mostrado una forma diferente de ver la carne y su calidad, pero también de ofrecer un servicio de calidad a sus clientes.

Expertas en cortes finos, sierras y cuchillos. El oficio de tablajera sobrevive detrás de las vitrinas que exhiben carne, molida, milanesas y chamberete.

Entre las sierras eléctricas, rebanadoras y los productos de marcas nacionales con carnes, jamón y pollo ya empacados, las tablajeras han logrado colocarse ahora en los pequeños negocios y carnicerías de colonias en la periferia.

Los grandes supermercados han decidido, de acuerdo con las propias empleadas de carnicerías, sustituirlas por las máquinas y hacer contrataciones únicamente de varones

A pesar de lo anterior, todavía hay algunas tablajeras como Cintya Rodríguez, quien cada mañana llega a la tienda de abarrotes en la colonia Saltillo 2000, donde trabaja.

Se coloca sus guantes, cofia, botas y mandil blanco. Se rodea de vitrinas y filosos cuchillo.

“Hago la carne molida, limpio la grasa de pulpas negras y blancas, saco los cortes de milanesa de res y pollo.

“Hacemos el cortadillo de la pulpa blanca y mantenemos las vitrinas llenas, limpiamos la carne y deshuesamos el pollo”, comentó la tablajera de entre las actividades que desempeña.

Fue poco después de que dejó su empleo anterior como obrera en la industria cuando aprendió del oficio de tablajera, al lado de carniceros.

Cintya considera que el oficio de tablajera le ha mostrado una forma diferente de ver la carne y su calidad, pero también de ofrecer un servicio de calidad a sus clientes.

“En nuestras manos está que esa ama de casa lleve a casa alimentos limpios, cortes adecuados, sin grasa y que la carne esté limpia, porque se trata de su salud.

Es una labor importante porque el producto que tú le das a la personas es tal como te gustaría que te lo dieran a ti”, consideró la tablajera.

Cintya además coordina a otras tablajeras en la carnicería de esta tienda de abarrotes, considerando quiénes son madres o estudiantes y sus posibilidades para desarrollar mejor sus habilidades.

A lo largo de su desempeño como tablajera nunca se ha cortado o amputado un dedo, un gaje típico de este oficio, sin embargo, eso es producto de su concentración y dedicación.

Este oficio, también me permite mantener a su familia, pues además agradece a sus jefes por un sueldo por arriba del que ganaba en la industria, mientras aprende de otros carniceros sobre las sierras y continúa con su rol de madre.

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