Coahuila: la suspensión de trenes de BNSF amenaza el abasto de granos en México
COMPARTIR
La reciente decisión de BNSF Railway de suspender el envío de trenes a México durante al menos 30 días ha generado una tormenta de incertidumbre en la región fronteriza de Coahuila y más allá.
Esta medida, que entra en vigor de manera inmediata, amenaza con trastocar significativamente el flujo de granos y oleaginosas desde Estados Unidos hacia México, poniendo en jaque no solo la economía local, sino también la seguridad alimentaria del país.
TE PUEDE INTERESAR: En Saltillo, la voz ciudadana clama por un transporte público digno y vialidades optimizadas
La suspensión afectará gravemente a los sectores pecuario, agroindustrial y aceitero, esenciales para el abasto de maíz en México. La Asociación Mexicana de Ferrocarriles (AMF) ha tratado de calmar las aguas, asegurando que los ferrocarriles mexicanos tienen la capacidad de mantener la importación de granos. Sin embargo, la magnitud de la interrupción es alarmante: solo en Piedras Negras, Coahuila, se estima que el comercio de granos se reducirá en 472 mil toneladas, mientras que en Ciudad Juárez, Chihuahua, la cifra podría alcanzar las 716 mil toneladas. En total, se verán afectadas 1.188 millones de toneladas de importaciones mensuales, que representan más del 53% del comercio a través de la frontera y más del 32% del total nacional.
El trasfondo de esta decisión está vinculado a la presión ejercida por 26 asociaciones de productores de granos de Estados Unidos, quienes el 31 de julio enviaron una carta al Departamento de Agricultura y a la Oficina de Representación Comercial de Estados Unidos (USTR). En la misiva, solicitaron al gobierno mexicano una mayor inversión en infraestructura ferroviaria, así como soluciones a las interrupciones causadas por las autoridades migratorias que revisan los trenes en la frontera.
Además, esta situación se agrava por la amenaza de una posible huelga en Canadian National Railway Company (CN) y Canadian Pacific Kansas City (CPKC), lo que podría afectar el abasto de granos no solo por vía terrestre, sino también por la vía portuaria. Esta perspectiva ha llevado a asociaciones agrícolas de Estados Unidos y Canadá a pedir la intervención directa de líderes como el presidente Joe Biden y el primer ministro Justin Trudeau, ante el temor de que las cadenas de suministro se vean aún más comprometidas.
Ante este panorama, las autoridades mexicanas se encuentran en una encrucijada. Si bien la AMF se muestra optimista sobre la capacidad interna de respuesta, la realidad es que el sector agrícola mexicano depende en gran medida del flujo constante de importaciones desde Estados Unidos. La interrupción prolongada de este flujo podría desencadenar una crisis alimentaria en el país, con consecuencias aún impredecibles para la estabilidad económica y social.
El tiempo dirá si las medidas paliativas propuestas por las autoridades mexicanas serán suficientes para mitigar el impacto de esta suspensión, o si el país deberá enfrentar una serie de desafíos sin precedentes en su historia reciente. Por ahora, la incertidumbre reina en Coahuila y en toda la frontera norte, mientras la suspensión de trenes de BNSF Railway sigue siendo una sombra amenazante sobre el futuro de la economía mexicana.