Desde llaveros hasta aretes, Don Beto hace figuras de material reciclado para costear su cirugía en IMSS Saltillo

Sentado en la mesa, con una chaqueta color camello y a la hora del almuerzo, así nos recibió Roberto Robledo, “Don Beto”, listo para compartir su historia. Tiene 63 años y desde hace un par, espera que su acetábulo mejore con las operaciones por las que ha atravesado.

Las primeras cirugías se las practicó en el Hospital Universitario de Saltillo, pero ninguna le sirvió para mejorar su condición. De hecho está en espera de una última cirugía, pero ahora en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y tiene toda su fe puesta en que va a volver a caminar.

A Don Beto le gustan mucho las carreras de autos y de motos, también pasear y ayudar a su esposa, Martha Alicia, a organizar las “pachangas” que se hacen en fechas señaladas: el 16 de septiembre, el 12 de diciembre, el Día del Niño, de la Madre.

También le gusta hacer colectas de ropa, zapatos y víveres en su taller mecánico, que se encuentra en la colonia Provivienda, y todo lo que logra reunir lo lleva a ejidos y lugares donde más lo necesitan.

“Hemos recorrido más de 350 kilómetros en un solo día yendo de un lugar a otro, nos gusta mucho ayudar a la gente que lo necesita. Siempre que vamos nos preguntan que de cuál partido somos para votar por nosotros, pero les digo que no, que lo hacemos para ayudar”, presume Don Beto.

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Hacer todo eso, lo extraña mucho. Su más grande deseo hoy es volver a caminar.

“Tengo ya dos meses aquí sentado y van a ser seis. Antes andaba por todos lados con las muletas, hasta conseguí un banquito para poder sentarme por donde anduviera, pero sí es mucha lata, mi esposa es la que la lleva, ya mejor me quedo aquí en la casa porque no tengo cadera, mejor ya cuando me operen vuelvo”, explica Don Beto, con una melancolía en su mirada que se oculta tras de sus anteojos de aumento.

La operación, -que espera sea la última-, está programada para el 24 de noviembre de este año, “si Dios quiere me voy a recuperar para abril o mayo”, dice con mucha esperanza.

Por mientras, Don Beto encontró un pasatiempo que le ayuda a traer ingresos a su hogar.

Le gusta tomar materiales reciclables de su taller mecánico y hacer bellos llaveros en forma de perrito, aretes de flores, pequeños anillos de alambre de cobre, hasta bicicletas con latas de la coca.

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“Como los vendo entre mis amigos y conocidos, yo les digo que me den lo que quieran, que es para ayudar con los gastos de la casa porque tenemos el taller detenido. Mi esposa es mi chalana, siempre me ayuda para todo, ella ha sacado adelante el taller, pero ya le dije que no se preocupe, que todo va a salir bien”, explica Don Beto.

También recuerda que “mucha gente se acerca a ayudarnos porque nosotros siempre estamos ahí, siempre le andamos echando la mano a todos, en el taller también, la gente llega y nosotros somos sus doctores corazón, los escuchamos y los aconsejamos”.

Por eso confía en que sus figuritas, aretes y entre otras creaciones se venderán y les ayudará a saldar la operación con la que le colocaran placas de metal y tornillos en las superficies externas del hueso y así poder recuperar el movimiento de su cadera.

“Es mucho dinero el que se necesita para la recuperación, para los medicamentos, para los traslados. Yo no tenía seguro, pero una de mis hijas me echo mucho la mano y me registró con su seguro, gracias a eso me van a poder operar porque en el Hospital Universitario no me ayudaron en nada, me lastimaron más, y luego querían cobrarme 120 mil pesos por las prótesis, pero yo demande y no me cobraron absolutamente nada”, comparte.

También indicó que el costo para la recuperación va desde los 60 hasta cien mil pesos, por lo que invitó a los lectores de VANGUARDIA a que lo apoyen comprando figuritas de material reciclado.

En caso de querer apoyar, usted se puede comunicar al teléfono 844 235 2613.