Día de los Abuelos: la historia de inspiración y unidad de Daniel Méndez y Juana Cortinas
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Daniel, un dedicado zapatero, y Juana, el pilar del hogar, han sido ejemplos de amor y sacrificio. Sus descendientes los recuerdan con cariño, destacando las tradiciones familiares y los gestos de afecto que compartieron a lo largo de los años.
Daniel Méndez Ibarra, originario de Frontera, Coahuila, y su esposa Juana Cortinas Zurita, son una pareja ejemplar que ha sido el núcleo de una extensa y amorosa familia, compuesta por diez hijos, 32 nietos y 43 bisnietos, cuyos lazos se fortalecen gracias al amor y dedicación de estos dos seres excepcionales.
Daniel Méndez, un zapatero de oficio, ha dedicado toda su vida al arte del calzado. Su esfuerzo y habilidad en su oficio han sido fundamentales para el bienestar de su familia. Juana Cortinas, por su parte, ha sido el pilar del hogar, criando a sus hijos con amor y dedicación y manteniendo un hogar lleno de calidez y afecto.
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Las historias que sus descendientes comparten sobre ellos están llenas de cariño y admiración. Laura Solís, su segunda nieta, recuerda con especial afecto los domingos en los que su abuela preparaba gorditas de harina para todos los nietos. A pesar de las dificultades, Juana siempre encontraba la manera de ofrecer un gesto de amor a través de la comida, haciendo que esos domingos en la colonia Tanquecito fueran momentos de unión familiar.
El trabajo de Daniel como zapatero, un oficio que desempeñó con orgullo y destreza, fue el sustento de su familia. Sin embargo, su verdadero legado va más allá de su profesión; es el amor incondicional y el sacrificio constante que mostró a lo largo de su vida. Juana, con su dedicación y cuidado, no solo crió a sus diez hijos, sino que también abrió su hogar para acoger a tres nietos adoptivos, brindándoles un hogar lleno de amor y apoyo.
Laura también comparte una anécdota entrañable sobre su abuelo: un gesto único de despedida. Al finalizar las visitas, Daniel solía hacer un puñito con su mano, dándole un beso y luego colocando la mano en la cabeza de cada miembro de la familia, una forma tierna y simbólica de expresar su amor y cariño.
A medida que la familia ha crecido, Juana sigue siendo la primera en llegar a las fiestas, con regalos y una sonrisa cálida. Sus juegos de lotería, en los que participa con entusiasmo, y las fiestas de pijamas organizadas en su casa son ejemplos del ambiente alegre y afectuoso que han creado para todos.
En este Día de los Abuelos, celebramos a Daniel Méndez Ibarra y Juana Cortinas Zurita, no solo como los pilares de su familia, sino como ejemplos luminosos de amor, sacrificio y dedicación. Su vida y legado continúan inspirando a las generaciones futuras, recordándonos que los verdaderos tesoros de la vida son aquellos que compartimos con nuestros seres queridos.