Día de los Abuelos: Rodolfo Carreón Garibay, el pilar de amor y resiliencia en el corazón de su familia
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El 28 de agosto, en el Día de los Abuelos, se rinde homenaje a Rodolfo Carreón Garibay, un hombre que vivió 93 años dedicados al amor por su familia y su rancho
En este Día de los Abuelos, el 28 de agosto, rendimos un homenaje conmovedor a Rodolfo Carreón Garibay, un hombre cuya vida de 93 años fue un testimonio profundo de amor y fortaleza. Rodolfo no solo se dedicó a su rancho y a la astronomía, sino que, con el mismo esmero, se ocupó del mantenimiento de las aguas termales, siempre con la familia en el centro de su existencia.
A lo largo de su vida, Rodolfo fue el pilar fundamental que unió a su ciclo familiar. Como padre de ocho hijos y abuelo de quince nietos, su presencia era un refugio de amor y protección incondicional.
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Su viaje estuvo marcado por una valentía imponente, enfrentando el cáncer durante 25 años, pero nunca permitiendo que su enfermedad opacara su espíritu vibrante y única personalidad. Para sus nietos, Rodolfo era una figura mágica, un abuelo que convertía lo cotidiano en momentos especiales. Breyda María Carreón de la Cruz recuerda cómo, al llegar a su casa, siempre había un jugo de mango reservado especialmente para ella.
Este pequeño gesto, aparentemente simple, era un símbolo del profundo conocimiento y cariño que Rodolfo tenía por sus nietos. Breyda también recuerda con ternura cómo su abuelo sacaba la lengua en las fotos, un juego de complicidad que iluminaba cada instante compartido.
El saludo especial de Rodolfo, con un abrazo y tres palmadas en la espalda, era mucho más que un ritual; era una manifestación tangible del amor profundo que sentía por su familia. Este gesto, lleno de calidez y afecto, se convirtió en un símbolo imborrable de su relación cercana y sincera con sus seres queridos.
A pesar de las duras pruebas que la vida le presentó, Rodolfo mantuvo una actitud positiva y amorosa. Su hija mayor, Silvia Carreón de la Cruz, describe a su padre como un hombre de fortaleza excepcional.
“Mi papá fue un hombre muy resiliente”, dice Silvia. “A pesar de una infancia dura y los desafíos de la vida, siempre fue puro amor para nosotros”.
Hoy, mientras conmemoramos el Día de los Abuelos, recordamos a Rodolfo Carreón Garibay como un faro de amor y esperanza. Su legado, forjado a través de años de dedicación y sacrificio, sigue vivo en cada recuerdo, en cada historia compartida y en cada corazón que tocó. Celebramos a un hombre cuya vida fue una lección de amor verdadero y resiliencia, y cuya memoria continuará iluminando a su familia para siempre.