‘Es más feliz el que no tiene deudas’; el testamento y guía de vida de Evaristo Madero que se guarda en Saltillo
Más allá de ranchos, dinero y acciones bancarias, el magnate de Coahuila heredó máximas de vida a su descendencia
Evaristo Madero Elizondo, empresario, político, militar y uno de los magnates más importantes en la historia de Coahuila, firmó un documento en el que se dijo tener “el más perfecto conocimiento” al momento de crearlo. Era su testamento, fechado el 19 de octubre de 1910.
El documento que expone 30 puntos va más allá de una larga repartición de bienes. En él, Evaristo dejó consejos de vida relacionados a la convivencia familiar, la intelectualidad, la toma de decisiones y la educación financiera.
“Es más feliz el que no tiene deudas con capital reducido, que el rico que tiene grandes compromisos, porque se desprestigia y en el rato menos pensado da un frentazo y se rompe la cabeza quedando en la ruina”. -Fragmento del testamento de Evaristo Madero.
Justo cinco meses y 15 días después de testar, el patriarca de los Madero murió en Monterrey el 6 de abril de 1911, a los 82 años.
Al nacer en una cuna de oro en Río Grande (hoy Guerrero), Coahuila, Evaristo siempre supo lo que era tener riqueza, poder y pertenecer a la alta sociedad.
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Pero él lo llevó a otro nivel cuando mezcló sus habilidades empresariales, políticas y militares.
Se involucró en la producción y el comercio de algodón, en 1865 fundó la casa Madero y Cía en Monterrey para transportar mercancías, fue legislador, entró al campo de batalla durante la Intervención Francesa, consiguió ser coronel y hasta fue gobernador de Coahuila (1880-1884).
A la par que se desarrolló en distintos ámbitos, fue haciéndose de terrenos, haciendas, acciones bancarias e inversiones. En Parras, compró la Hacienda El Rosario y abrió la fábrica “La Estrella”, enfocada en la industria vitivinícola, textil y el cultivo del nogal.
“Les ordeno y aconsejo que jamás pidan fiado y cuando lleguen hacerlo, por aprovechar de algún negocio lucrativo, no comprometan más que un 20% de su capital, y por poco tiempo solamente pues los acreedores tienen ojos abiertos contra los deudores y les cuentan hasta los pasos y bocados que dan los cual es muy desagradable”. -Fragmento del testamento de Evaristo Madero.
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LA DESCENDENCIA DE EVARISTO
Manuel Madero Farías, hijo de Evaristo, fue quien se presentó ante las autoridades para avisar sobre el fallecimiento, iniciar el proceso de inhumación y cerrar con la lectura testamentaria.
Una lectura nada simple si de reunir a 14 hijos se trata. En total tuvo 18 a lo largo de dos matrimonios, pero cuatro de ellos murieron de manera prematura.
Con Rafaela Hernández procreó a Francisco, Prudenciana, Victoriana, Carolina y Evaristo. Con su segunda esposa, Manuela Farías, dio vida a Ernesto, Manuel, José, Salvador, María, Alberto, Barbarita, Benjamín y Daniel.
“Ordeno a mis hijos y demás que sean buenos hermanos y que se ayuden en todo y por todo porque unidos serán una gran palanca que les ayudará siempre. Que procuren siempre amar a Dios sobre todas las cosas, ser justos y hacer el bien que puedan sin contarlo a nadie. Que procuren leer diariamente a lo menos tres horas, que sean activos, diligentes y honrados a carta cabal, y que jamás digan mentira porque esto envilece á los que la profieren”. -Fragmento del testamento de Evaristo Madero.
Por lo que Evaristo deja ver en su escrito, consideraba a sus hijos como personas prudentes y “sin vicios”, aunque como todos los humanos, propensos al tropiezo.
“Si por desgracia algunos se volvieran jugadores, borrachos, tracaleros y embusteros no se les entregará la herencia que nuestro buen Dios me permite dejarles; y solamente se les dará parte de las ganancias, al buen juicio de mis albaceas hasta que los consideren capaces de manejar sus bienes y con ventaja y hayan abandonado por completo los vicios”. -Fragmento del testamento de Evaristo Madero.
Evaristo no se limitó en elegir albaceas y consultores, sino que además aprovechó su texto para elogiarlos. Como en el caso de su sobrino Juan Garza, a quien le destinó sus libros contables y describió como “de honradez acrisolada y digna de alabanza”.
Su hijo Ernesto fungió como primer albacea, Manuel como el segundo y José como el tercero. Y como consultores, su hijo político Viviano Villarreal y a Mauro Sepúlveda, “ambos son de una honradez acrisolada y poco común”.
Terrenos, viñedos, cerros, pasos de arroyos, y ranchos en Coahuila y Nuevo León, acciones en el Banco de Nuevo León, acciones de agua, ganados, casas amuebladas... la lista de bienes resulta incalculable incluso con el testamento como evidencia.
Tal fue la riqueza de los Madero, que en el mismo texto refirió que todo lo regalado a sus hijos antes del documento, como casas, terrenos y empresas, debía respetarse.
Entre los 30 puntos que estableció quien fuera el abuelo del revolucionario y presidente de México, Francisco I. Madero, llaman la atención aquellas partes, que si bien fueron redactadas hace 112 años, hoy no pierden vigencia.
“Siendo honrados y activos, adquieran cuanto desean; procurando además no ser vanidosos ni envidiosos de caudales y lo único que se permite al hombre envidiar son las virtudes de sus semejantes, porque con esto ganan todos”. -Fragmento del testamento de Evaristo Madero.
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El testamento de Evaristo en su papel original, con firmas, sellos y redactado con pluma, se resguarda cual tesoro en el Archivo Municipal de Saltillo, uno de los más grandes en México, y reconocido en el país como uno de los archivos de mayor valor histórico. Digna casa de la última voluntad del magnate coahuilense.
Este no es el único documento que guarda el Archivo sobre Evaristo, también destacan algunos contratos de compra ventas de armas, tierras y acuerdos.
*Con información de Eduardo Enríquez y Archivo Municipal de Saltillo.
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