¿Escuchas música con volumen alto? Cuidado, el ruido excesivo no solo provoca daño auditivo
Altos niveles de ruido elevan la glucosa, el colesterol, el estrés y puede detonar las demencias, asegura especialista de Saltillo
Exponerse durante horas y días a altos niveles de ruido, no solo afecta la capacidad auditiva con daños que pueden ser irreversibles, sino que también daña neurológicamente y al paso de los años puede desencadenar fallas de memoria, de verbalización, deterioro cognitivo y demencias, como el Alzheimer, y depresión.
También, explicó Carolina Jasso Pérez, especialista en Audiología, Otoneurología y Foniatría, eleva los niveles de azúcar en la sangre, el colesterol, la hipertensión, el estrés y se incrementa el riesgo de padecimientos cardiovasculares que pueden llevar al infarto.
Lamentablemente, dijo, las personas no están acostumbradas a cuidar sus oídos, se exponen a niveles de ruido muy elevados y no acuden al especialista hasta que se dan cuenta de que tienen daño auditivo, el cual en ocasiones puede revertirse con medicamento y si el daño está avanzado, no queda más que recurrir a aparatos auditivos.
Diez años atrás, los especialistas atendían a personas de 60 años en adelante por deterioro auditivo; ahora, acuden a consulta personas menores de 50 años, incluso, hay quienes nunca trabajaron o trabajan en espacios con ruido extremo, pero sí se expusieron en lugares donde el sonido era muy elevado.
El sonido es energía mecánica que se convierte en energía eléctrica al pasar por la estructura del oído, y llega al nervio auditivo, pasa al tallo cerebral y llega a la corteza auditiva, en un proceso muy complejo, uno de los principales activadores del sistema nervioso.
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“Para que una persona pueda escuchar normalmente, todas esas estructuras deben estar íntegras. Nuestro sistema auditivo tiene conexiones con áreas que se relacionan con los sentimientos, las emociones, incluso se liberan neurotransmisores cuando percibimos sonidos y pueden provocar fatiga auditiva, molestia.
“Esto deriva una cascada de procesos donde se libera cortisol, una de las principales hormonas relacionadas con el estrés”, dijo, al señalar que el ruido intenso y prolongado primero daña al oído interno, donde hay células externas, las primeras en dañarse, y células internas que tienen terminaciones nerviosas y al ser estimuladas provocan la descarga eléctrica que el cerebro interpreta como sonidos.
El problema cuando ocurren daños, es que el oído no tiene capacidad para autoregenerarse, son células con las que se nace y se muere.
“La liberación de hormonas que provocan estrés puede provocar cambios en la presión arterial, y la liberación de cortisol que tiene relación con el metabolismo de la glucosa, puede aumentar la glucosa en la sangre y puede cambiar el metabolismo de las grasas y lípidos, y hay relación entre la exposición al ruido y la enfermedad cardiovascular, como pueden ser infartos”.
VANGUARDIA publicó que negocios de la zona centro utilizan bocinas y equipos de sonido que rebasan los 80 decibeles hasta alcanzar 110 para llamar la atención, pero en ese rango de volumen puede generarse daño auditivo. La especialista consideró que los empleados es posible que ya presenten daño en el oído porque han estado expuestos al ruido durante todo el día y por periodos prolongados.
La Norma Oficial Mexicana 011 de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social 2001, refiere que las personas no deben exponerse a ruidos de 90 decibeles por más de 5 horas y con 105 decibeles el máximo de tolerancia son 15 minutos.
“Si agarro un adulto de 30-35 años, y le hago un estudio de audición, ya empieza a haber daños en la mayoría, en el 50%, se pudiera decir; uno de cada dos adultos con daño auditivo no refieren trabajar en lugares donde haya ruido”, indicó.