Gente de Saltillo: Jimena y el pódcast que muestra que no se necesita un gran estudio para generar contenido

Jimena Gaona es una joven saltillense que desde hace más de un año maneja a un pódcast de nombre “Una Pizquita”, el cual, la ha llevado a cubrir eventos musicales, conocer deportistas, pero, en un principio, ayudarse a sanar.

Con un audio de WhatsApp y su camioneta, es como inició la aventura auditiva de Jime, dónde en un 9 de septiembre y junto a un árbol que aún le trae ese recuerdo, decidió grabarse hablando por 25 minutos.

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Fue el grupo de amigos de Jimena quienes representaron la primera audiencia de la podcaster; al escuchar la prueba de audio que daría el banderazo del proyecto, comenzaron con comentarios de apoyo y empatía por los sentimientos que este expresaba.

“Cosas como ‘wey, estoy llorando’ o está ‘super padre’, fueron los primeros comentarios que recibí, porque para esto puse mi teléfono en modo avión y no fue hasta la noche que vi todos los comentarios del primer episodio cuando lo subí”, dijo Jimena.

Cuenta que el proyecto de hacer un pódcast rondaba en su cabeza desde tiempo antes y que, incluso, descargó en su teléfono la aplicación de Anchor, misma que duró sin usarse alrededor de un mes.

Fue en un arranque de impulsividad que, en ese día nueve, hizo el logo del proyecto y subió el primer episodio, el cual trae consigo un desarrollo introspectivo de la autora y que en su momento le dio su primer empuje en la salud mental.

Pero el interés de Jimena en los medios de comunicación no fue algo precisamente repentino; cuenta que desde niña tenía una gran capacidad comunicativa y que siempre le gustó la idea de transmitir ideas.

Mismo interés que, con el paso del tiempo, fue creciendo hasta el punto en que su meta era estudiar la carrera de periodismo. No fue hasta el caso mediático de un periodista asesinado, lo que causó el reproche de su familia a estudiar esta carrera.

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“Yo nací para la comunicación, estoy segura; al final de cuentas la vida me llevó por otros caminos, terminé estudiando derecho, pero definitivamente hacer mi pódcast es de lo que más me gusta en esta vida”.

Aunque las personas imaginan estudios grandísimos para grabar los episodios de un pódcast, Jimena demostró a sus invitados y oyentes, que un par de micrófonos, un teléfono celular y una voz, es lo único imprescindible para comenzar a grabar.

A veces en Starbucks, en ocasiones en la Alameda, en una ocasión en un campo de entrenamiento, cualquier lugar puede ser buena sede, mientras el objetivo sea claro: transmitir un mensaje.

“Normalmente, cito a mis entrevistados en la Alameda, de ahí es donde nos pasamos a mi camioneta, donde grabamos los episodios, entonces si escuchas un camión es porque pasó un camión, si escuchas un grito, es porque alguien gritó; una vez fui a grabar en uno de los entrenamientos de un equipo deportivo y se escuchan todos los ruidos que escucharías de fondo en un lugar como ese”, contó.

A eso le sumamos la iniciativa de Jime, donde expresa que como se graba el pódcast es como sale, no hay edición, porque es parte de la esencia del mismo: mostrar a las personas como son.

“Si bien gran parte de Una Pizquita, es transmitir un mensaje, gran parte de ese mensaje está en mostrarle a la gente que todas las personas con las que hablas o que admiras al final terminan siendo personas como tú o como yo y que todas tiene una historia qué contar”, dijo.

Además de humanizar a sus interlocutores, Jimena contó que el primordial objetivo de su proyecto es inspirar a las personas e incentivarlas a que logren sus metas y que intenten, todo esto por medio de las entrevistas que realiza.

Saliendo de las preguntas típicas que normalmente se realizan en un pódcast, la idea de Jime es brindar un lado más introspectivo de las personas con las que habla, sacando más sus motivaciones e intentar enamorar a la gente con sus historias.

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“Si entrevisto a un peleador quiero que al final del episodio la gente diga, ‘sí a huevo, yo también quiero pelear’, o también quiero bailar o maquillar o lo que sea, pero que quieran hacer las cosas y lo hagan por gusto”.

Con su meta clara, conducir “un buen programa de radio”, Jime lleva a su audiencia una personalidad diferente, semana con semana, mostrando que esta clase de proyectos nos pueden ayudar a crecer y, mientras, desarrollarnos en el intento.