Mercado Juárez de Saltillo, el recinto comercial de las tres vidas

Entre incendios, remodelaciones y el crecimiento de la ciudad. ¿Cómo es que un mercado vuelve a nacer tres veces en el mismo sitio?

Coahuila
/ 23 octubre 2021
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El Mercado Juárez recibe a sus visitantes con un pacto informal bien conocido entre comerciantes y compradores: “Pregunte sin compromiso”. Es su intento por seguir cautivando clientes.

Este mercado lleva 119 años luchando contra incendios, remodelaciones y el crecimiento de la ciudad. No fue el primer lugar de comercio en Saltillo, pero sí el de mayor aferro y permanencia.

Se repuso de dos incendios devastadores, y aunque con distintas caras, ha logrado mantenerse en el mismo sitio. Su nombre rinde homenaje a Benito Juárez, varias veces presidente de México durante el siglo XIX.

Hoy, en la calle Padre Flores abundan los cajones de madera. La docena de boleros respaldan a este mercado como un imán de ventas y servicios.

Por la vialidad de Ignacio Allende, al edificio lo decoran bolsas de malla de colores y canastas rústicas. Y cual aretes colgados desde los techos, oferta jaulas para pájaros, de madera y de metal.

En su entrada por la Plaza Acuña, seguro está abierta la fonda con mesas y sillas rojas, cubiertas por un toldo verde. Si lo que se busca es un taxi, por el acceso de Pérez Treviño es garantía encontrar unidades de transporte.

El Mercado Juárez ofrece lo necesario y hasta lo inimaginable. Sarapes, artesanías, ropa, estropajos, moldes para buñuelos, molcajetes...

Si se rompió la figura de yeso del Niño Dios, aquí la arreglan. O si alguien quiere eliminar los callos de los pies, el remedio es la piedra pómez disponible en algunos locales.

El segundo piso es de alimentos. Para preparar en casa o hacerle de comensal. Qué tal un caldito de res, unos tacos al pastor o un menudo bien caliente.

Tantas cosas por comprar en este lugar que ya va en su tercera vida. Y quién sabe si sea la última.

El inicio y la primera muerte

En los terrenos del mercado antes hubo una plaza de toros, misma que se derrumbó para edificar el inmueble comercial.

Aquí un dato curioso que apela a la coincidencia. El Mercado Juárez terminó de construirse en 1902, el mismo año en que se incendió el Teatro Acuña, ubicado en la acera de enfrente, sobre la calle Juan Aldama.

Retomando al mercado, una vez que estuvo listo, albergó a vendedores ambulantes y a comerciantes de mercados más pequeños como el Parián.

El primer inmueble fue de ladrillo, con 220 locales y tres plantas. Ideal por su higiene y grandes espacios. La entrada principal era por la Plaza Acuña, aunque también con acceso por las otras calles.

La gran cualidad de este edificio era la torre que se veía desde cualquier parte de la ciudad. Ahí había una campana, cuando sonaba anunciaba la hora de cierre. Esta costumbre se mantuvo hasta la década de 1970.

El mercado funcionó por 23 años. Hasta el 15 de noviembre de 1925, cuando el fuego lo destruyó.

Hay dos versiones del siniestro. La primera dice que fue porque las velas se dejaron encendidas al interior; la segunda apunta a que hubo una explosión de dinamita.

Cualquiera que haya sido el motivo, aquel primer incendio se sumó al aspecto ruinoso del centro. Años antes, en 1918, el teatro vecino se incendió por segunda ocasión y estaba fuera de servicio.

El aferro a la vida

El seguro que cubrió la catástrofe del mercado otorgó 102,500 pesos de la época. Con eso, en febrero de 1926 comenzó la reedificación del Mercado Juárez. En el mismo lugar.

Esta vez no hubo torre. La gran nave era de un piso con techo de lámina de dos aguas. Lo que sí, es que se le dedicó una producción especial de ladrillos fabricados en la Ladrillera Saltillo.

El nuevo inmueble se estrenó en 1928. Pero tal parece que las casualidades rondan por el centro de Saltillo.

Casi como la primera ocasión, pasaron 24 años con el mercado operando, hasta que otro incendio, del cual no se especificaron causas, acabó con todo el 14 de diciembre de 1952.

Otra vez, el Mercado Juárez se levantó en el mismo sitio. Volvió a abrir en 1957, con 200 locales. El proyecto lo dirigió el arquitecto José María Morales del Bosque.

Desde entonces, el mercado ha tenido varias remodelaciones y ha dado uno que otro susto. Como en 1972, con un incendio menor que se controló. O todavía más reciente, en 2016, cuando un cortocircuito provocó el fuego en una peluquería.

*Con información de Carlos Recio, Pablo Cuéllar, Álvaro López, Arnoldo Hernández, Archivo Municipal de Saltillo.

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