Saltillo: a 10 años, fue ‘buena decisión’ abrir bulevar de Fátima a pesar de quejas de vecinos, según especialistas
Por años se sacrificó la exclusividad del fraccionamiento Fátima al norte de Saltillo para abrir la vialidad, que permitió desahogar otras alternas
El 4 de agosto de 2014, los arcos del fraccionamiento Fátima, al norte de Saltillo, dejaron de ser la entrada principal al complejo de viviendas para dar paso al bulevar José María Rodríguez. Esta decisión, a diez años de distancia, ha sido considerada positiva por especialistas y vecinos.
En aquel entonces, la apertura de la vialidad molestó a los habitantes del fraccionamiento, quienes tuvieron que abrir las bardas para conectar los bulevares Eulalio Gutiérrez y José Musa de León.
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Actualmente, el trazado de la vía es paralelo a Pedro Figueroa y Luis Donaldo Colosio. Las quejas recopiladas por VANGUARDIA se centran en el tránsito que se acumula en sus cruces durante las horas pico.
Fernando Álvarez, vecino del sector, consideró que, aunque hace diez años no fue una situación “agradable”, en la actualidad no hay problemas, ya que el acceso controlado, con rejas automáticas y casetas de vigilancia, se trasladó a las calles San Juanita y Paseo del Rey.
“Después de algunas gestiones del comité, se volvió a cerrar y ya no tenemos ningún problema. Al contrario, fue benéfico porque es una salida de acceso rápida a la ciudad, sin inconvenientes”, indicó.
Sin embargo, Álvarez señaló que entre la apertura de la vialidad y el acceso controlado pasaron alrededor de tres años en los que sí ingresaron personas ajenas a los vecinos, particularmente en las áreas verdes.
Otro vecino de Fátima que pidió anonimato comentó que, en general, la apertura del bulevar fue positiva, ya que antes tenía que dar un rodeo para ir al oriente.
“Las vialidades estaban muy complicadas para pasar hacia el oriente; teníamos que rodear mucho. Mis hijos estudiaban en la UANE, y tenía que rodear mucho para dejarlos allí. Aunque ya no estaban en la escuela cuando se abrió, fue un desfogue muy fuerte en términos de tráfico, así que para mí estuvo bien que se abriera”, señaló.
Tanto los dos vecinos mencionados como otros dos que también pidieron anonimato coincidieron en que el principal problema actual para los residentes del fraccionamiento es la cantidad de automóviles que se acumulan en la vialidad durante las horas pico, particularmente en el cruce con Eulalio Gutiérrez.
Además, señalan la falta de educación vial de los automovilistas, lo que dificulta la salida por la calle San Juanita.
“Sí es un caos en horas pico porque hay bastante tráfico. Sería necesario hacer un estudio para ver si se puede instalar otro semáforo en Paseo del Rey o encontrar otras soluciones”, sugirió uno de los vecinos.
UN ACIERTO, CONSIDERA EXPERTO
En relación con este caso, el urbanista Héctor Laredo comentó que, desde el punto de vista legal, cuando se construyeron Portal de Aragón y Fátima, estaban expresamente prohibidos los fraccionamientos cerrados en la Ley de Asentamientos Humanos y Desarrollo Urbano.
Asimismo, señaló que la vialidad José María Rodríguez estaba contemplada en el Plan Director de Desarrollo Urbano (PDDU), por lo que nunca debió considerarse privada.
“Además, la vía pública debe permanecer pública, salvo que sea un condominio y sea obligación de los condóminos mantenerla en buenas condiciones y encargarse de ella y de la infraestructura que pasa por su derecho de vía”, consideró Laredo.
Los fraccionamientos cerrados o “privados” no necesariamente son nocivos, siempre y cuando no bloqueen el flujo vial primario y secundario ni generen espacios peligrosos debido a las largas zonas sin vigilancia producidas por las bardas que los rodean, según el urbanista.
“Es positivo que en avenidas colectoras y primarias se dejen espacios de uso comercial o de servicios fuera del área habitacional privada. Fue un acierto abrir esa avenida, y su importante flujo vial actual lo demuestra; desahoga mucho a Nazario Ortiz y permite acortar distancias y tiempos para quienes se dirigen al nororiente de Saltillo”, opinó.
FRACCIONAMIENTOS CERRADOS, TUMORES URBANOS
Para José Ruiz Fernández, presidente de la representación en Coahuila de la Asociación Mexicana de Urbanistas, la apertura de este bulevar ha sido de gran beneficio para la zona, al haber mejorado significativamente la movilidad en ese sector de la ciudad y fomentar dinámicas de revitalización urbana.
En ese sentido, Ruiz Fernández calificó a los fraccionamientos cerrados, aunque brindan una percepción de seguridad para quienes los habitan, como una especie de “tumor urbano” al aislar su interior respecto del área en la que se insertan.
Explicó que esto obliga a rodear estos fraccionamientos, generando mayor carga vehicular, haciendo los recorridos más largos y dejando importantes segmentos de banqueta con bardas ciegas, es decir, que no permiten visibilidad del interior al exterior y viceversa.
“Esto provoca trayectos inseguros, particularmente para menores de edad y mujeres peatones, por su vulnerabilidad a sufrir violencia o actos delictivos”, indicó.
Asimismo, señaló que los fraccionamientos cerrados evitan la integración comunitaria de quienes los habitan, dificultando la organización comunitaria de mediana y gran escala y obligando a atender problemáticas comunes de manera aislada y descoordinada.
Para el docente de la Universidad Autónoma de Coahuila, estos espacios, que también se consideran ghettos urbanos, suponen un mayor costo para el sector público en la dotación de servicios, especialmente en el transporte público.
“Me parece que las dinámicas sociales actuales no son congruentes con este tipo de desarrollo cerrado. Es necesario evitar la creación de nuevos fraccionamientos cerrados y motivar a quienes se encuentran en ellos a abrirlos. Existen formas de hacerlo sin comprometer seguridad y privacidad”, concluyó Ruiz Fernández.
Para ello, destacó la importancia del diálogo entre autoridades, urbanistas, habitantes de estos fraccionamientos y la comunidad en general. En ese sentido, puntualizó que “el diálogo abierto y constructivo puede lograr la construcción de soluciones que consideren todos los puntos de vista e, incluso, generen consensos”.
¿OTROS PODRÍAN ABRIRSE PARA DAR PASO A VIALIDADES?
De acuerdo con Héctor Laredo, actualmente la mayoría de los derechos de vía están a salvo, ya que no se han permitido nuevos fraccionamientos que cierren vialidades como ocurrió con el bulevar José María Rodríguez.
No obstante, señaló que existe un caso antiguo de la proyección de José Sarmiento al norte para conectar con el fraccionamiento La Noria.
Asimismo, está el caso de la prolongación de José Sarmiento, que está cercada por los hoteles Holiday Inn y Hampton. Explicó que la calle adyacente a estos hoteles está autorizada como vialidad pública, pero incluso se autorizó un puente peatonal que la bloquea.