Amor en Saltillo: 29 postales antiguas que trascienden el tiempo para conmemorar el 14 de febrero

Cada día de febrero compartiremos una postal antigua para conmemorar el amor romántico en el marco de los festejos por el día de San Valentín. Sabemos que además de esta, hay otras maneras de celebrar el amor: todas válidas, todas diversas, todas auténticas. Conoce las imágenes que tenemos para ti y cuéntanos tu propia historia

Saltillo
/ 3 febrero 2024
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Amar salva de todo. Incluso en contra de la voluntad de quien ama o el ser amado. Amar es regalo divino, castigo insoportable, hallazgo repentino, disciplina crepuscular, memoria que se hereda. Amar es también un acto escaso, mitológico, al grado de ser más algo que se persigue de forma irregular, sin estar seguro de cuándo se encontrará ni de su forma o su nombre o si existe en verdad. Amar salva de los silencios, las ausencias, las sombras, las heridas que creemos ser. Salva, dignifica, reconforta y, sin embargo, no basta.

Safo, por supuesto, lo dice mucho mejor que yo (y en endecasílabos): Vuelve a agitarme Amor desatamiembros / esa agridulce fiera indominable”. Lo expresa alto cuando escribe que: “Dicen unos que una tropa de jinetes; otros, que una de soldados; / y otros aún, que una flota de naves / es lo más bello que hay sobre la tierra negra. / Yo digo que es lo que se ama.”. Lo grita en voz baja con su: “El Amor que desata los cuerpos / me ha metido en su torbellino, / el Amor, serpiente invencible / dulce y amarga a la vez...”.

Platón, por su parte, lo expresa de otra forma centurias después en El Banquete, asegurando que el amor es el más antiguo de los dioses. Y también el que más bien le hace a los hombres y las mujeres, pues les hace vivir honradamente durante su vida e incluso después de la muerte. Quien ama sin miedo, dicen aquellos griegos en torno a la figura de Sócrates, es equiparado a un héroe, bendecido y perdonado por los las divinidades.

$!El amor se ha representado de muchas maneras. El arte, en particular, ha servido para dar forma a algunas de las más conocidas, como lo son las postales que anteriormente se enviaban por correo. La que ves arriba fue generada por Inteligencia artificial. Al final de este artículo encontrarás una serie de postales de amor que circularon en Saltillo a finales de siglo XIX e inicios del siglo XX.

Todo eso fue escrito en una Grecia a la que hoy sepultan veintenas de siglos. Vinieron otras. Vinieron otros. Vinieron otres. Estuvieron de acuerdo. Repudiaron lo dicho. Quisieron alcanzar el cielo con las manos o bailaron con desdén sobre panteones. Y aquí estamos, hablando de lo mismo.

Por ejemplo, uno de los aforismos más famosos y contemporáneos de psicoanálisis reza: “Amar es dar lo que no se tiene a quien no es”. Atribuido al francés Jaques Lacan, mucho puede interpretarse al respecto sobre las faltas que nos constituyen como personas y en cómo ese sabernos incompletos, nos lleva a una búsqueda interminable de lo deseado.

¿Podemos entonces tener una opinión original sobre el amor, es muy tarde para sumarse a la conversación, hay alguna postura correcta? Quién sabe...

Lo que sí sabemos es que todo esto viene a colación, ya que se acerca el 14 de febrero, y aunque es cierto que existen muchas otras formas de amor más allá de la expresión romántica hegemónica y todos sus posibles cuestionamientos, estamos aquí para hablar justo de esa cara del amor. La más inocente, tal vez; la más idealizada, la que hoy cada vez más es puesta en duda como real y duradera ¿Por qué?

Porque el Archivo para la Memoria de la Universidad Iberoamericana Campus Saltillo y el Archivo Municipal de la ciudad invitaron a Vanguardia a ser parte de un proyecto muy especial: rescatar postales que datan de finales del siglo XIX y principios del siglo XX, cuya historia está arraigada a la capital del estado.

Así que cada día del mes de febrero estaremos difundiendo una postal diferente aunado a su contexto histórico. En total, tendremos 29 piezas.

En el verano pasado, tuvimos una iniciativa parecida al dar a conocer una serie de fotografías sobre Saltillo en el marco de su aniversario 446. La recepción que ustedes, nuestros lectores y lectoras, tuvieron hacia este gesto, fue increíble. Les agradecemos nuevamente.

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En esta ocasión, si bien no contamos con impresiones que hacerles llegar, quisimos acercar de alguna forma este tipo de formato que, por un lado, va cada vez más en desuso, pero por otro sin duda fortalecen nuestras raíces.

Asimismo, enaltece nuestro compromiso como medio de comunicación en torno a la preservación de la memoria histórica y difusión de la misma.

En esta nota, iremos actualizando día con día tales imágenes, entre las cuales se encuentran estampas que retratan el amor romántico, pero también revelan la estética de la época, exponen el concepto de belleza, dejan en claro aspectos formales en cuanto a las expresiones de afecto, y todo aquello que se pueda sumar a su análisis.

Por favor, déjanos saber qué opinas de las postales y cuál es tu postura sobre el amor. Siéntete libre de contarnos tu propia historia o si es que alguna vez enviaste una postal con este cariz. Y claro, sigamos conversando en torno a Saltillo y las increíbles historias que lo construyen.

Aquí la primera de las postales. Febrero 1:

$!La postal está bordada y contiene chaquiras. Forma parte de un cuadro conmemorativo por el 300 aniversario de Saltillo (1877). Sin embargo, se estima que se elaboró hacia 1920, ya que algunos de los elementos del cuadro, como el Hotel Coahuila y el Mercado Juárez, se inauguraron después de iniciado el siglo XX. No se conoce el autor con precisión.

Febrero 2:

$!Esta imagen forma parte del acervo del Archivo Municipal de Saltillo. Sin embargo, como ocurre con algunas piezas antiguas, no se cuenta con mayor información formal. Lo que sí podemos hacer es analizar a detalle la postal y deducir algunos aspectos con base en la experiencia de nuestro coordinador de fotografía. Todo indica que el respaldo se hizo en placa de vidrio. Por el contexto de la vestimenta se advierte que la época en que fue tomada ronda 1920, y por la ropa y los accesorios se aprecian referencias europeas. La toma de la foto implicó una dirección complicada, por lo que el artista debió contar con gran experiencia. Por lo costoso que era sacar retratos entonces, puede que se trate de la única pieza o una de pocas captadas en esa sesión. Los colores que se observa fuero añadidos con pincel de forma artesanal. La pose de la pareja pudo ser innovadora en su momento, ya que incluso hoy podemos apreciar posturas similares en retratos actuales.

Febrero 3:

$!La imagen muestra una escena entre quienes probablemente sean madre e hija frente a un piano. En el reverso, a letra cursiva se lee: “Mi nena: acuérdate de mí cuando estés triste, cuando tu alma solitaria llore, cuando quieras tener quien te consuele, cuando busques una alma que te adore”. Fechada el 10 de diciembre de 1920 con una firma que parece aludir a un M. Santillán, la postal remata con un “No me olvides, nena”.

Febrero 4:

$!La mujer que aparece en esta postal parece ser la misma que la de la imagen anterior. Incluso hay un piano, aunque el diseño es diferente. Destaca un hombre que aparece hincado sobre la pierna derecha. En el reverso, con fecha 25 de octubre de 1920, parte del mensaje dice: “Nenita, ¿Por qué crees que no te extrañé? Si tú eres la única que me consuela y que me anima (...). Dime cuando vienes, pues ya sabes que yo soy muy pesimista, y temo a algunos acontecimientos futuros”.

Febrero 5:

$!Una mujer mira al frente. Vestido negro. Blusón blanco. Cabello corto y salvaje. Mejillas sonrojadas. La parte menos nítida en el inferior no deja ver si en verdad sostiene un ramo de nueve rosas o si estas fueron añadidas posteriormente. El mensaje es breve: “No te olvido, nena”. Quien firma es Manuel, y por la letra y los elementos previos, sabemos que es el mismo emisor que en las postales previas. ¿Cuándo le escribió a su amada? El 15 de octubre de 1921.

Febrero 6:

$!Manuel en verdad estaba enamorado. Esta postal fue escrita desde Parras, en agosto de 1921. Al frente se ve una pareja sobre una banca de madera. Las ramas de un árbol se extienden detrás. Sobre está imagen, el hombre ruega a Dios por ver a su amada y pide perdón por ser tan breve. En el reverso, en cambio, se explaya diciendo que hasta esa fecha no se ha podido encontrar con una tal Julia para recoger un encargo de la mujer todavía anónima. Después le repite lo triste que está sin ella, que no sea “ingrata”, que le mande su retrato y le escriba pronto.

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