Baile, sudor, $9 mil al mes y ‘amenazas’ de los niños: la vida bajo la botarga del Dr. Simi
La temperatura de la botarga, por fuera, llega a hasta los 48 grados centígrados. Aunque cuenta con un ventilador, no siempre es suficiente para aminorar el calor
La figura del Dr. Simi ha trascendido de ser simplemente una imagen caricaturesca de la empresa que representa. Además de la botarga, con su imagen se han fabricado inflables, peluches, llaveros, calcetines y figuras coleccionables.
En Saltillo, recientemente se viralizó un video en TikTok donde tres de estos “doctores” bailaban sobre las escalinatas del Barrio de Santa Anita, usando tres disfraces diferentes a los de la medicina.
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Ante ello, VANGUARDIA platicó con César Sánchez Alvarado, quien hasta esta semana dio vida a una de estas botargas en las calles de la capital coahuilense.
Sánchez, de 21 años, es estudiante de Ingeniería en Mecatrónica en el Instituto Tecnológico de México Campus Saltillo. Decidió trabajar como botarga para obtener un ingreso extra en un empleo que pudiera compaginar con sus horarios de estudio.
“Estaba viendo en Face, me salió eso, dije ‘a ver qué pasa, a ver si me contratan’. Vi cuál es el sueldo, cómo es, y entre juego y juego se consiguió trabajo. Me lo tomé como broma y meme, ya vi que estaba, que era buena paga, era buena hora, se ajustaba mi horario de la uni y empezó el juego”, platicó Sánchez.
Fue en la colonia Saltillo 2000 donde este Dr. Simi puso pasos de baile a canciones de reguetón, mostrando una distintiva similitud con bailes que otros botargueros han realizado en videos que circulan en redes sociales.
Respecto a ello, César reveló un secreto: mediante videos sí hay una capacitación básica para aprender a mover la particular botarga.
“No bailas con la cintura, ni con la espalda, ni con los pies, es muy exagerado. Si tu baile normal es un paso para el frente y un paso para atrás, no se ve, tienes que hacer todo esto (exagera el paso) para poder hacerlo y en la botarga. Subo vídeos cuando estamos pegando dando vueltas, no sé si notan que tengo una mano suelta, es porque la agarro así para poder dar vueltas completas”, detalló el estudiante.
LO MÁS DIFÍCIL ES EL SUDOR
César contó que, a pesar de ser originario de Monclova —una ciudad más calurosa que Saltillo—, lo más complicado de trabajar como botarga del Dr. Simi es el sudor que se acumula dentro del disfraz.
“El sudor (es lo más difícil). Yo soy de Monclova, estoy acostumbrado al calor y al sudor. Pero una es cosa diferente estar empapado todo, todo de sudor. Te quitas la mano para limpiarte el sudor y otra vez tienes más, es muy diferente”, platicó.
Relató que en una ocasión, tras permanecer mucho tiempo bajo el sol en distintas activaciones de la farmacia, sudó tanto que usó uno de los termómetros del negocio para medir la temperatura dentro de la botarga, obteniendo un rango entre 48 y 49 grados centígrados.
Explicó que por dentro la botarga no se siente tan caliente, pues cuenta con un ventilador en la cabeza, aunque este no siempre es suficiente para aminorar las altas temperaturas.
“La botarga es pura nieve seca, así que es como si fuera una hielera allá adentro, se encierra y se calienta mucho. Tenemos agujeros en la panza y en la espalda que son para ventilar, pero dependiendo del traje que uses es si va tapado o no. Yo, por ejemplo, casi siempre usaba de mexicano porque me entraba más ventilación y tenía la parte de abajo abierta para mover la cintura y entraba y salía aire caliente y frío, así es la forma que sobrevivíamos al calor”, explicó.
Además narró que al principio es complicado moverse y caminar, pues se usan zapatos mucho más grandes a los habituales, por lo que quien la usa puede tropezarse solo.
BUENA PAGA Y PRESTACIONES DE LEY
César indicó que sus turnos en la farmacia eran de seis horas, aunque no tenía que usar la botarga obligatoriamente durante todo ese tiempo. El periodo más largo que duró con la botarga puesta fueron dos horas, aunque regularmente eran de media hora.
Expuso que su paga era de 9 mil pesos mensuales brutos, pagados quincenalmente, además de contar con todas sus prestaciones de ley.
“Por ejemplo, si llega a hacer mucho calor y se siente muy caliente, son 15 (minutos con la botarga) y 15 (de descanso), pero también te dicen ‘si no aguantas quítate, ya vete’. Lo principal es que tú no te vas a desmayar, no te va a dar un golpe de calor, nada, aunque hayas durado cinco minutos con la botarga puesta, te dicen ‘tú métete’”, mencionó.
Además explicó que cuando llueve tampoco sacaban las botargas, pues por el agua y la tierra se pueden ensuciar demasiado y deben lavarse en tintorería. La limpieza y desinfección de la botarga es responsabilidad de los botargueros.
‘ESCUCHÉ QUE ME QUERÍAN TACLEAR’
Sánchez contó que, aunque en general su experiencia con la gente fue positiva, cerca de las escuelas escuchó intenciones de niños que querían tumbarlo.
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“Cuando inicié, estuve mucho tiempo en la que está en Urdiñola y ahí hay una escuela y pasaba muchos niños. Sí llegué a escuchar que me querían taclear o hacer bromas así medio empujando. No me pasó, pero sí escuché que me querían hacer eso”, explicó.
César renunció a su trabajo como botarguero esta semana, ya que al iniciar su próximo semestre en la universidad le será imposible seguir conciliando los horarios.
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