Saltillo: La familia Negrete, con leyendas, tragedias y rumores que se entretejen
Un recorrido a lo que este linaje le dio a la ciudad, es una experiencia que produce vértigo
¡Ah, los Negrete! Si sus vidas fueran una telenovela, ¡sería la maratón perfecta para un fin de semana largo!
La semana pasada, en este mismo espacio, dimos inicio al relato sobre la novelesca y azarosa vida de la saltillense familia Negrete.
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José Negrete, un próspero empresario español de madura edad, se casó en 1875 con la joven Josefa Valdés, una mujer de notable inteligencia y firme carácter.
Al contraer matrimonio, José ya se había consolidado como un hombre boyante por su habilidad en los negocios, por su parte Josefa, con la dedicación propia de las mujeres de antaño, se entregó a las labores del hogar, permaneciendo siempre al lado de su esposo.
De vez en cuando sus acertados consejos orientaban a José en la toma de decisiones. A pesar de la diferencia de treinta años que los separaba, la pareja llevó una vida armoniosa y cuatro años después de casarse, Josefa dio a luz a su hija, María.
Fue en septiembre de 1883 cuando Saltillo recibió al ferrocarril, un acontecimiento que para muchos representó un vasto océano de oportunidades. Las mercancías, llegadas desde tierras lejanas, avivaron aún más la prosperidad de los negocios. El almacén de José Negrete se transformó con la llegada del tren, enriqueciendo su inventario con abarrotes finos y vinos exóticos.
La pequeña María creció envuelta en un mundo de comodidades y lujos, donde la juventud se desbordaba en admiradores que cortejaban su gracia. Pero para su padre, José Negrete, muchos de esos pretendientes no lograban conquistar su exigente mirada.
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En enero de 1902, María unió su destino al de Ángel Villar Roldán, un hombre nacido en la misma tierra cántabra que su padre, Santander. La familia se dejó envolver por una alegría serena con el matrimonio de María, mientras José Negrete, consciente del paso del tiempo, decidió en vida ordenar sus asuntos. En su testamento, dispuso que sus bienes y capitales se repartieran en partes iguales entre su esposa Josefa y su amada hija María.
ABRE CASA A SU SOBRINA
Con un espíritu generoso don José Negrete había abierto las puertas de su hogar a su sobrina Marciana, hija de su hermano Antonio, quien residía en la Ciudad de México. El 21 de enero de 1893, Marciana unió su vida a la de Juan Manuel García, dependiente mayor en la tienda de don José.
De esta unión florecieron 10 hijos, siendo Celia la primogénita. Celia, al alcanzar la madurez, contrajo matrimonio con un militar, y juntos trajeron al mundo a Jorge. Las coincidencias y los enigmáticos eventos que rodearon la vida de Celia dieron pie a una leyenda urbana.
LOS MOTIVOS DE UNA LEYENDA
A mediados de la década de los treinta del pasado siglo, la ciudad fue honrada con la visita del célebre músico Agustín Lara. En esa ocasión, llegó acompañado de uno de los más ilustres cuadros artísticos de la época, donde brillaban figuras como Jorge Negrete, quien comenzaba a destacar como cantante; la incomparable Toña La Negra; y el carismático Tito Guízar, entre otros. Jorge Negrete, con su presencia imponente, se presentó en el humilde Teatro Coahuila.
Al concluir su actuación, Jorge Negrete y Agustín Lara se dirigieron a la oficina de administración del teatro. Su propósito era invitar a salir a dos chicas que trabajaban como taquilleras. Una de ellas era rubia, la otra morena.
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La propuesta consistía en un paseo en auto, un convite tentador, aunque las jóvenes, con cierta reserva, declinaron las intenciones de los artistas. No obstante, los cuatro se enredaron en una larga conversación en aquella modesta oficina donde se expendían los boletos.
Fue en ese momento cuando Jorge Negrete le confesó a una de las señoritas que, aunque nacido en Saltillo, la vida y los asuntos familiares lo habían llevado desde su niñez a Chihuahua. Al final de aquella charla, el propio Jorge Negrete obsequió a la joven rubia una foto autografiada. La dedicatoria rezaba: “A Catalina, como un recuerdo de la visita a mi tierra. Jorge Negrete”, seguida de su rúbrica.
El retrato fue atesorado por la señorita Catalina durante años. Varios empleados del Teatro Coahuila, donde había tenido lugar el encuentro, dieron fe de aquellos hechos que ya empezaban a teñirse con el velo del mito. La fotografía adornó durante un largo tiempo una de las paredes de la taquilla del teatro, como un testimonio silencioso de aquel encuentro.
Sin embargo, con el cierre definitivo del Teatro, el destino de ese preciado recuerdo se desvaneció.
¿SERÁN COINCIDENCIAS?
Existen dos hechos que podrían dar credibilidad a la idea de que Jorge Negrete, el cantante y actor, realmente nació en Saltillo y no en otra parte. El primero es la dedicatoria que el propio Jorge escribió en la fotografía; el segundo, la coincidencia de que el hijo de Celia García Negrete, al que llamó Jorge, pudiera ser el mismo. Pero la verdad es más compleja, Celia, la mayor de las hijas de Manuel y Marciana, contrajo matrimonio con Abel Vázquez y, al nacer su primer hijo, lo llamaron Jorge. Tiempo después, la pareja se trasladó a Chihuahua.
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En aquel pequeño Saltillo de los treinta del siglo pasado, comenzó a tejerse la leyenda. Se decía a lo largo y ancho de la ciudad que el hijo de Celia y Abel, llamado Jorge, era el célebre cantante y actor de cine. El propio actor había declarado años antes ser originario de Saltillo, lo que avivó las habladurías que, con el tiempo, se desvanecieron. Hoy, sabemos que todo fue una leyenda mal construida.
El actor Jorge Negrete nació en Guanajuato el 4 de diciembre de 1911, hijo del militar José Manuel Antonio David de la Soledad Negrete Fernández y de María Emilia de Guadalupe Moreno Anaya. En cuanto al otro supuesto Jorge García Negrete, el nacido en Saltillo, no era Jorge, sino José, llamado así en honor a su tío.
LAS TRAGEDIAS VIENEN JUNTAS
El 24 de marzo de 1904, en la casa de la calle Hidalgo número 9, don José Negrete, a sus 75 años, sucumbió a una implacable bronconeumonía. Fue José García, maestro del Ateneo Fuente, quien se presentó alrededor de las once de la mañana ante el Oficial del Registro Civil, José María Valdés, para dar la noticia del fallecimiento.
Relató que a las diez y veinticinco minutos de esa mañana, el corazón de don José Negrete había dejado de latir. La muerte del empresario sumió a la sociedad saltillense en una profunda consternación. Josefa, la viuda desolada, aún no encontraba consuelo cuando, tres días después de la pérdida de su esposo, el 27 de marzo, el destino le asestó otro golpe cruel: su hija María fue hallada sin vida en la misma casa de Hidalgo número 9.
La causa de su muerte, otra vez, fue la bronconeumonía, dejando a Josefa envuelta en un dolor insoportable, como si la sombra de la tragedia hubiera decidido quedarse para siempre en su hogar.
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De manera vertiginosa, oficiosos con sus lenguas viperinas, esparcieron elucubrados chismes en cada círculo social de la ciudad. Se decía que las muertes de José como la de María habían sido por envenenamiento. Los chismes hablaban de sospechas que apuntaban a Ángel Villar, esposo de María y a Josefa la esposa como los responsables, para así quedarse con la inmensa herencia. Los chismes tuvieron un impacto devastador en Josefa, aumentaron el sufrimiento y complicaron su capacidad para encontrar consuelo y seguir adelante con su vida.
La malicia de los chismes se deslizaba por las calles empedradas del Saltillo, se colaba por los postigos de las ventanas cerradas y encontraba cabida en los oídos de cientos de personas. La falta de compasión y respeto hicieron difícil la convivencia con su yerno Ángel.
DEL DIFÍCIL DUELO
La viuda sintió un marcado rechazo en su círculo social, agravando así la sensación de soledad y retrayéndose aún más en su dolor. Josefa, en lugar de enfocarse en sanar su dolor, se encontró atrapada en una espiral de dolor causada por la malicia de los chismes. Sintió desconfianza con aquellos que pretendían apoyarla y de los portadores de aquellas habladurías.
Entre aquellas personas mal intencionadas, la pregunta seguía en el aire, ¿quién se quedaría con la fortuna de José Negrete? La verdad sobre la herencia de Negrete podría revelar conexiones inesperadas y giros sorprendentes. La próxima semana, el velo del secreto se levantará y la historia finalmente saldrá a la luz.
saltillo1900@gmail.com
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