Sin freno éxodo migrante en frontera de Coahuila; niños, bebés y madres solteras vienen en caravana
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Se espera que en las próximas horas lleguen tres mil personas a más a la frontera coahuilense que está rebasada
En vísperas de Navidad, el éxodo centroamericano y venezolano continúa llegando a la frontera entre Coahuila y Texas, y de acuerdo con las autoridades, se estima que en las próximas horas arriben más de tres mil personas, en medio del colapso en el sistema migratorio de Estados Unidos.
En grupos de 5 y 10 personas, las personas migrantes llegan hasta las cercanías del río Bravo para emprender lo que sería su último tramo, antes de enfrentarse a las autoridades fronterizas del país vecino para solicitar asilo.
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Entre la migración, existen diversos grupos; algunos que buscan la manera de cómo ingresar a dicho país de forma irregular, y el grupo más reciente, se caracteriza por cruzar justo en las zonas donde existe un amplio despliegue de elementos, a quienes les solicitan un turno para exponer los motivos por los cuales abandonaron sus países.
De acuerdo con la Casa del Migrante de Saltillo, en los siguientes días, las caravanas estiman grupos de mil a dos mil personas diariamente, que ya se observan en tránsito a lo largo de la carretera 57.
Entre estos grupos, hay personas de origen salvadoreño, nicaragüense, guatemalteco y en gran parte, venezolano y hondureño.
Heinner Josué es un rapero y reciente influencer venezolano de 31 años, quien en compañía de su pequeño gato a quien carga en los hombros, arribó en las horas recientes a la ciudad de Piedras Negras, luego de un trayecto de dos meses, en que sorteó su vida al atravesar la corrupción de autoridades, la selva y un tramo en conflicto como es la colindancia de Colombia y Panamá.
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Heinner, quien tiene una carrera universitaria en administración, dice que en su país, todos los conflictos que se han escuchado en la prensa internacional se han agudizado, y cada vez son más constantes las detenciones arbitrarias, el hambre y la falta de oportunidades para continuar a salvo.
“El problema es la distribución de la riqueza; Caracas está bien pero no es así con el resto del país. Nada está funcionando de la forma correcta. Hay un abandono del Estado y es una pena porque hay una gran cantidad de dinero pero todo es para el Gobierno y no para la nación. Hay gente que no tiene luz. En nuestro país está imposible”, dice.
Aunque muchos de los migrantes parten de sus países con dinero, en el caso de los venezolanos, Heinner dice que en realidad, sus connacionales salen sin un peso, y por eso tardó para llegar, toda vez que en cada país tuvo que ganar ingresos para seguir avanzando más kilómetros.
Pero no solo es el gasto de sus necesidades, sino el dinero que tienen que ahorrar para poder sobornar a las autoridades de los diversos países por los que cruzan; como Panamá, Colombia, Honduras y México.
“Lo peor que vi, fue una persona a la que le quitaron la cabeza. Por qué razón, no sé, para dar miedo. Eso solo lo vi en el holocausto y en películas”, dice.
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Antes de rimar frente a un grupo de personas que estaban a la espera de meterse a las frías aguas y agresivas corrientes del río Bravo, Heinner expuso que más adelante pretende reunirse con un amigo suyo en una entidad al norte de Estados Unidos, quien ya ha logrado superarse, al menos en comparación de lo que en su país hubiera logrado.
“Somos personas preparadas. Yo sé que allá en Estados Unidos mi título no va a valer, pero vengo con ganas de trabajar y sé que puedo obtener muchas cosas que en mi país no se puede”, indica.
Pese a que en México se le ha tratado bien, dice que las autoridades del Instituto Nacional de Migración sí han tenido malos tratos hacia su persona, y hacia otros migrantes que ha observado en la caravana.
“No tienen sentimientos, son malas personas. Ya es un sistema corrupto que está hecho para eso”, dice.
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- ¿Y cómo ha sido despedirte de tu gente?
“Es una fecha importante. Hay regocijo, compartimos. Hace días en Juchitán escuché una música venezolana y me puse a llorar porque es muy duro. Te entran las ansias y la desesperación dejar tu país y no saber cuando vas a regresar”, expresa.